Bloomberg
El fabricante de chips que pueda producir los circuitos más chicos gana, como puede verse en la pelea de TSMC con Samsung por órdenes de compra de Apple.
La última operación de Tsinghua Unigroup muestra quíé difícil es para la industria china de los chips ponerse al mismo nivel de Occidente.
En lugar de echar mano de tecnología de punta del exterior, la firma, subsidiaria de capital riesgo de la universidad más prestigiosa de China incorporará a su cartera a XMC de Wuhan, informa Bloomberg News.
La fusión en cierto sentido parece forzada, como si funcionarios del gobierno le hubiesen pedido al presidente de Unigroup Zhao Weiguo que hiciera esa operación. De ningún modo es la dirección en que tiene que avanzar Unigroup.
XMC, o Wuhan Xinxin Semiconductor Manufacturing Corp., es una fundición. Eso quiere decir que la empresa se especializa en fabricar chips, como TSMC y UMC de Taiwán, en lugar de diseñarlos.
XMC tambiíén fabrica chips de memoria, que ostensiblemente son semiconductores de producción masiva. La compañía dice que su especialidad son las tarjetas de memoria, un tipo de chip que se usa para almacenar datos en dispositivos cada vez más pequeños. Los detalles no están claros pero el sitio web de la empresa indica que los productos estandarizados como los chips de memoria y sensores son su producto principal, y no componentes más complicados y especializados como los procesadores.
El problema para Unigroup no es tanto que la fusión no tenga sentido. En cierto modo, lo tiene, dado que la compañía tiene interíés en ser parte del mercado de memorias. Pero agrandarse no necesariamente ayudará a Unigroup o a China en su intento de mejorar, y es eso lo que necesita hacer el país para poder concretar el sueño del presidente Xi Jinping de adquirir independencia tecnológica. La fabricación de chips depende de tener la mejor tecnología posible para fabricar circuitos más pequeños. Los líderes mundiales en este campo son, entre otros, Intel, Samsung, TSMC y Micron.
Lo hacen siguiendo un precepto sobre semiconductores conocido como Ley de Moore, que establece que la cantidad de transistores de un chip se duplicará aproximadamente cada 24 meses en tanto el desarrollo continuo permite reducciones en el tamaño de los circuitos. El fabricante de chips que pueda producir los circuitos más chicos gana, como puede verse en la pelea de TSMC con Samsung por órdenes de compra de Apple.
Micron es otro buen ejemplo. Junto con Samsung, la empresa estadounidense es el mejor fabricante de chips de memoria del mundo. No sólo tiene una enorme capacidad de fabricación sino tambiíén la tecnología de punta necesaria para garantizar que sus chips sean los más diminutos, ligeros y eficientes en el uso de la energía, lo que en la era actual de los móviles es lo que piden los fabricantes de aparatos.
Sin embargo, la industria de los chips de memoria es sumamente volátil, y ser el mejor no garantiza un crecimiento continuo de las ventas ni márgenes de ganancias sostenidos. Aun así, a Micron le ha ido mejor que a la mayoría simplemente por sobrevivir cuando sus competidores se han ido a pique.
Lo revelador de XMC es que reciíén ahora ha pasado a la fabricación de 45 nanómetros, tecnología que Micron usaba hace por lo menos cuatro años. El coloso estadounidense actualmente utiliza el proceso, más avanzado, de 20 nanómetros.
En un momento dado pareció que Unigroup estaba dispuesta a hacer una jugada por Micron, pero cuestiones de seguridad en los EE.UU. echaron por tierra la idea antes de que tomara cuerpo. Otros intentos chinos de comprar tecnología occidental no se concretaron por razones similares.
Al parecer estos problemas de adquisición han obligado a China, y a Unigroup, a estar más desesperada y buscar fusiones internas. Es seguro que veremos más operaciones de este tipo. Pero ningún grado de fusión interna puede eludir el hecho de que la industria china de los chips no necesita apuntar a lo grande sino a lo más pequeño.
