El Zorro, la Ardilla y los dividendos
Las lluvias habían llegado al Bosque, sus especies más estáticas recibían la bendición del liquido elemento. Los arroyos corrían con más alegría, los ríos aumentaban su caudal, y el Zorro se tendría que fastidiar. No es que no le gustara la lluvia, es que no podía salir a cazar, y se tendría que aburrir en casa. Bueno..., ¡por poco tiempo!.
Una voz desde el exterior llamó su atención:
-Zorro!, Zorro!, ¿estás en Casa?.
El raposo tardó unos instantes en responder, no acababa de identificar la voz que lo reclamaba. Se dio por vencido y contestó: Si, ¿quiíén es?. Ya voy, ya voy. El cánido se asombró al ver al visitante:
- ¡Como...!, Ardilla, ¡tú por aquí!.
- Hola Zorro, si no te molesta vengo a hacerte una visita y consultarte algo.
- Bueno, pasa, pasa, y no te mojes más.
Los dos habitantes del Bosque entraron en la guarida. El Zorro, que nunca había sido amigo de la Ardilla estaba intrigadísimo con la visita:
- ¿Quíé querrá?, pensaba, ¿acaso alimento, u oro?.
La Ardilla pronto le aclaró el motivo real de la visita:
- Verás Zorro tenemos en casa un poco de oro, no es gran cosa, unas 10.000 monedas. Y como todos los habitantes del Bosque conocen tus habilidades y trucos para la inversión, quería consultarte donde es mejor colocarlo. Eso si, sin compromiso por tu parte.
El cánido sintió reconocida su valía en los mercados, pero tambiíén se sintió un poco decepcionado porque el interíés de su visita se redujese al oro.
- ¡Ay el oro!, el oro!, -pensaba-, ¡parece ser lo único que interesa últimamente en el Bosque!.
El Zorro invitó a su visita a unas nueces, y comenzaron a hablar del tema:
- ¡10.000 monedas has dicho!,¿ no?.
- Si, Zorro, es prácticamente todo lo que tenemos.
- Yo siempre aconsejo guardar una parte del oro, por si surge alguna emergencia.
- ¡Gracias!, ¡pero ya lo hemos hecho!.
¡Ah!, bien, muy bien. ¿Y quíé tipo de inversión prefieres Ardilla?.
- Para eso vengo a visitarte, para que tu experiencia nos sirva de guía. ¿Tú que nos aconsejas?.
- No se, depende de cuanto queráis arriesgar, de cuanto queráis ganar, de cuanto tiempo disponemos, etc. etc..
- Digamos que el oro no lo vamos a necesitar en unos años, este es un excedente que deseamos rentabilizar más, eso sin, a ser posible, sin grandes riesgos.
- Bien, creo que ya se que tipo de inversor eres, y como tal, te recomendaríé la compra de determinadas acciones, que si bien no te harán rico en poco tiempos si te proporcionarán una rentabilidad mayor que el tener el oro depositado en el Banco.
- ¡Vaya!, me has leído el pensamiento, Zorro, ¡eso es lo que busco.
-Me alegro de haber percibido tus deseos y necesidades, Ardilla. Veamos, aunque la Bolsa ya tiene recorrido una parte importante del ciclo alcista, creo que comprando estas acciones tendrás una buena rentabilidad por dividendo y el añadido de las ampliaciones liberadas o gratis, que últimamente casi todo el mundo desprecia por que cree que se hará rico con cualquier cosa.
Compra acciones de Zardoya-Otis, Faes, Abertis, Europac, y Banco Críédito Balear. Y no te preocupes en exceso de los avatares de los mercados. A la larga ganarás más que en el Banco.
- ¿Quíé es eso de las acciones liberadas?.
- Hay empresas que cuidan más a sus accionistas que otras. Estas, en concreto, reparten una parte importante de sus ganancias, y además, cada año dan a sus accionistas acciones gratis, o sin costo, en la proporción de 1 X 10 en el caso de Zardoya-Otis, 1 X 8 en Faes, 1 X 20 en Abertis, y en Europac. De esta forma, cada año una inversión en Zardoya rentúa un 10 % más que el anterior, sin que el accionista haga nada.
- Vaya Zorro, esto si que es un buen negocio, ¿y lo saben muchos inversores?.
- Si Ardilla, pero lo olvidan. Unos por estar mal asesorados, otros porque su sistema de inversión les rentúa más, y los últimos, la mayoría, por que andan en busca de la Gran Plusvalía Perdida.
- ¿Y la llegan a encontrar?.
- No, pero en eso invierten una parte apreciable de su vida, y en ocasiones, de su dinero.
-Pero Zorro, el sistema que me estás diciendo es casi como tener un inmueble en alquiler. Te rentúa anualmente, sigues teniendo la propiedad, y aún encima, la cartera aumenta de tamaño.
- No vas desencaminada Ardilla, pero te olvidas que esto es Bolsa, y esta fluctúa enormemente. Puedes tener más acciones dentro de un año, pero estas valer menos.
- Si Zorro, pero tú lo has dicho fluctúa, a la baja, y al alza, pero el dividendo lo sigo cobrando, y las acciones aumentan.
- Veo que captaste bien la idea Ardilla, me alegro que tu fama de lista sea cierta.
- Gracias Zorro, ya veo que tu fama de astuto inversor, tampoco desmerece.
Los dos habitantes del Bosque se miraron y sonrieron. El Zorro, le dio las últimas instrucciones, indicándole que la cuadratura del circulo la obtendría si reinvierte los dividendos en esas mismas acciones, o en otras. Entonces, amiga Ardilla, la bola de nieve irá cogiendo una bonita velocidad. Los dos, casi ya amigos, se despidieron. La Ardilla se fue toda feliz por tener un sistema de inversión tan fácil como rentable, y el Zorro, quedó en su hogar pensando en toda la conversación:
- ¡Quíé bonito es asesorar a los habitantes del Bosque!, y que fácilmente uno olvida lo más básico de la Bolsa, ¡el ganar dinero!, aún recuerdo cuando le hice la cartera mi hija Foxyta con esas acciones, más Prim y Catalana de Occidente, ¡y lo que lleva ganado la picarona!
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