El Zorro y Mari Carmen la echadora de cartas
Febrero había llegado al Bosque, y con íél, más frío, más nieve, más invierno. La vida en la superficie era muy difícil de contemplar. Los habitantes estaban muy a gusto en sus confortables madrigueras, y su vida exterior era la imprescindible para mantener el ciclo vital. El Zorro, disfrutaba de la estación haciendo más vida familiar. Cuidaba sus crías, arreglaba las goteras de la madriguera, y de vez en cuando salía a cazar, lo justo, y volvía rápidamente a su hogar. En una de estas obligadas incursiones, se encontró con su primo el Lobo.
- Hola Zorro!, ¿cómo os va?.
- Bien Lobo, bien. ¿Y a vosotros?.
- Tambiíén Zorro, aunque tengo a la pequeña con gripe.
- Cuanto lo siento Lobo.
- Bah, no les des importancia, ya sabes como son las crías, se les sube la fiebre enseguida.
- Si, es verdad.
- Bueno Zorro!, ¿cómo ves la Bolsa para el 2007?.
- No se, no se, primo, creo que va a ser un año bueno, pero dudo si durará más allá del verano.
- Bien Zorro, lo importante es que sea bueno, -contesto el Lobo-. He oído hablar de una Humana, que echa las cartas en la aldea, dicen que lo acierta todo.
- ¿Todo, todo, Lobo?.
-Eso dicen Zorro, eso dicen. ¿Quíé te parece si le hacemos una visita?.
- No síé, Lobo, no síé.
- Anímate primo, venga....
- Esta bien, esta bien, iríé. ¿Quíé te parece si nos acercamos mañana?.
- Perfecto Zorro, quedamos en el arroyo que está cerca de el pueblo. Allí, mañana a las cinco de la tarde.
- Allí estaríé, hasta mañana.
Cada uno de los primos se fue por su lado, la intendencia era en ese momento su principal preocupación.
Al otro día, y a la hora señalada, los dos primos se vieron.
- Hola Lobo!.
- ¡Hola Primo! .
- ¿Vamos?
- ¡Vamos!.
Bajaron al pueblo, y buscaron la casa de una tal Mari Carmen, la adivina de la baraja para unos, y la bruja del pueblo para otros. Subieron la escalera del inmueble, y se encontraron con una buena cola de clientes guardando su turno.
- ¡Vaya Lobo, si que debe ser buena!. ¡Cuantos clientes!.
- Ya te lo dije Zorro, es la mejor .
- ¡Ojalá Lobo!, ojalá...
Los clientes entraban y salían muy lentamente, lo que daba lugar a que entablaran conversación entre unos y otros:
- Pues yo es la díécima vez que vengo, Mari Carmen me lo arregla todo, -aseguraba una Humana, ya mayor-.
- Pues yo es la primera vez, me la recomendó una amiga, todo lo que le dijo, así pasó, -decía una Humana ya madura-.
-Yo no creo mucho en estas cosas, pero tengo un problema, y si es capaz de arreglármelo, mejor, -comentaba un Humano escíéptico-.
- A mi lo que me importa es el amor, -decía una jovencita-
De esta forma, las horas de espera se soportaban mejor. Aquello era un tanto inacabable, pero por fin les tocó el turno a los dos primos. La echadora de cartas preguntó cual era el siguiente, y el Lobo contestó:
- Nosotros.
Los tres entraron en la pequeña habitación.
- ¿Es la primera vez que vienen, verdad?.
-Si, contestó el Lobo.
-¿Quiíén les envía?.
- Nadie en especial, hemos oído que lo acertaba todo, y decidimos venir a consultar.
- Bueno, pues me llamó Mari Carmen. ¿Quíé quieren limpieza, o cartas?.
- Los dos primos se miraron extrañados, ¿quíé era aquello de limpieza?. Mari Carmen se dio cuenta, y les dijo:
- Con lo de la limpieza me refiero al aura, al espíritu. Liberarles de malas influencias, de envidias, de maleficios....
El Zorro tomó la palabra:
- Bueno, ya que estamos aquí, que sean las dos cosas.
- De acuerdo. -consintió el Lobo-.
- Veamos, tenga en su mano este vaso, -dijo Mari Carmen al Zorro-.
Echó agua en el vaso, rezó algo y comentó:
- Eres un ser muy intuitivo, y te han tenido mucha envidia.
- ¿Quiíén?, -preguntó el Zorro-.
-Pues quien la suele tener, seres cercanos.
Llegó el turno del Lobo, y la echadora de cartas le vio algo distinto:
-Bueno a ti parece que te va todo bien, pero debes tener cuidado con la salud. Deberías tratar esos nervios, una visita míédico es inevitable. ¡Ve cuanto antes!.
-Es algo grave,- preguntó el Lobo-
- No pero necesitas, ayuda míédica.
-Bien, así lo haríé. ¡Gracias Mari Carmen!.
Los tres se sentaron en torno a la única mesa de la pequeña estancia. Mari Carmen cogió el mazo de cartas, y les preguntó:
-¿Quíé queríéis consultar?.
El Lobo se adelantó:
-La Bolsa. Si va a subir en el año 2007.
El Zorro asintió:-
- Si, eso.
Mari Carmen cogió el mazo de cartas y le indicó al Lobo que cortara con la mano izquierda y que dejase tantos montones de cartas como preguntas quisiera realizar. El Lobo cortó, hizo tres montones, y escogió las consultas: Bolsa, amor y trabajo.
La adivina les dio la vuelta y comenzó a leer:
- Si, efectivamente, aquí se ve una subida grande, despuíés una bajada y al final otra subida. El balance es positivo. Si, va a subir en el año 2007.
- ¿Y en el 2008, subirá tambiíén? -insistía el Lobo-
- Si, tambiíén subirá en el año 2008, aunque tendrás que tener cuidado –contestó Mari Carmen-.
- En cuanto al amor, veo alguna discusión con su actual pareja, no veo divorcio, la relación se ve sólida. Pero deberías cuidar un poco más a quien te quiere, en la vida se cuentan con los dedos de una mano las personas que realmente te quieren.
El Lobo no dijo nada, pero Mari Carmen y el Zorro se dieron cuenta de que las palabras de la adivina habían dado en el clavo.
- ¿Y el trabajo?, -preguntó finalmente el Lobo-.
- No te faltará trabajo, aunque tampoco te sobrará. Te veo estable en lo laboral.
- Gracias -le dijo el Lobo a Mari Carmen-
Era el turno del Zorro y este preguntó por sus Inbesós:
- ¿Van a subir?
Mari Carmen estuvo un buen rato mirando la tirada de tarot, finalmente le dijo:
- Veo que el Zorro tiene muchos miedos dentro de si, para el íéxito se deben superar.
En cuanto a tu inversión, eres tú el que debe preguntarse si es buena o no lo es. El tiempo solo actúa positivamente en lo que el destino prefija de antemano. Si has hecho una buena inversión, tarde o temprano se reflejará. Con los meses o los años, se recoge la cosecha sembrada con anterioridad. En tu interior tienes la respuesta.
El Zorro estaba entre sorprendido y confuso con la respuesta de la adivina, y le dijo:
- Esperaba una respuesta más concreta, ¿has leído bien?, ¿no te equivocarás en tus predicciones?.
Mari Carmen le respondió:
- Las cartas no se equivocan, siempre aciertan, la que puede equivocarse soy yo al interpretarlas. Las cartas, nunca. Debes preguntarte si has realizado una buena inversión, o simplemente una apuesta contigo mismo y con el destino para ver si suena la flauta.
Los dos primos de miraron convencidos, pagaron, 20 monedas de oro, y se despidieron. Al bajar la escalera comprobaron que la cola había aumentado considerablemente.
- ¡Quíé bien Zorro!, ya estamos fuera.
- Si, Lobo, es una suerte.
Los dos respiraron aliviados, y entraron en el Bosque. El Lobo estaba un poco intrigado por el silencio del Zorro, y le preguntó:
- ¿Y bien?, ¿quíé te ha parecido?â€.
-Sabes primo, estás cosas siempre me han interesado, existen realmente seres extraordinarios, con una alta sensibilidad para percibir, para adivinar. Y está Humana parece una de ellas. Yo he conocido a un Humano que ve el aura a simple vista, que puede ver o percibir el futuro, pero que tambiíén se equivoca, nadie tiene el don de la infalibilidad, y por eso mismo, hay que tener cierta cautela de cualquier visionario, o adivino. Pero yo, de momento, conservo la cartera. No vaya a ser que nos estíén dando los números de la Primitiva, y los estemos tirando al río.
- Pues yo, Zorro, voy hacer lo mismo que tú, no vaya a ser que tú aciertes y yo me quede sin ganancias.
- ¡Ay!, ¡como eres Lobo!.
- ¿Yo?, como eres tu primo.
- Mira que tú.
-Como tú, ¡nadie Zorro!.
- Vaya Lobo, si no haces más que copiarme.
-¿Quiíén yo?.
- Si tu, si, ¿quíé?.
-Nada, si no fuera por mí Zorro........................
Y así fueron discutiendo hasta que se separaron para ir a sus respectivas madrigueras. Cuantas veces buscamos la suerte, y se nos escapa, por no pagar 20 monedas de oro a quiíén sabe más que nosotros!.
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