Por... Sergio Ferrari
La pobreza en el mundo, un efecto de la injusticia
Con los alimentos malgastados se podría alimentar a 800 millones de personas.
Una de cada diez personas en el planeta Tierra sufre en 2018 el impacto de la pobreza extrema, según las cifras oficiales de los organismos internacionales. Y si bien en los últimos 25 años, las mismas estadísticas, indican que mil millones de seres humanos escaparon de esa categoría, la realidad cotidiana en muchas regiones aporta señales preocupantes de retrocesos significativos.
Acabar con la pobreza no es una cuestión de caridad sino de justicia, enfatizaron las Naciones Unidas esta tercera semana de octubre en ocasión del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que se conmemoró el 17. Reflexión aún más actual al celebrarse este año el 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y cuando se reactualiza el debate sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el primero de los cuales intenta terminar con este flagelo.
Según las estadísticas de la ONU, 700 millones de seres humanos viven por debajo de la línea de pobreza, lo que significa que cuentan con menos de 1,90 dólares estadounidenses por día. Sin embargo, acotan las mismas, serían 1300 de millones las personas que padecen de “pobreza multidimensional”, concepto que contabiliza el acceso a los servicios básicos esenciales para llevar una vida digna. Factor aún más preocupante: la mitad de las *víctimas* son menores de 18 años.
El drama del costo de un plato de comida
Un mismo plato de comida, casera, simple pero nutritiva, elaborada con ingredientes semejantes, que asegura un tercio de las calorías diarias necesarias de una persona, cuesta en Nueva York 1,20 dólares estadounidenses, es decir el 0.6% del ingreso diario promedio. Sin embargo, en Sudán del Sur, representaría más de dos días de ingresos. Es decir, como si un habitante de Nueva York tuviese que pagar unos 350 dólares por ese menú.
En Nigeria, para ese mismo tipo de alimento, se debe destinar el ingreso de más de un día. En tanto en Colombia, Guatemala o Bolivia, un menú de esa naturaleza representaría entre el 2 y el 2,7 % del ingreso promedio diario. Así lo señala “Contando los frijoles: el costo real de un plato de comida en todo el mundo, 2018” que acaba de publicar el Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PAM). Los principales afectados, según el estudio, son los países en conflicto o que sufren diversos factores de inestabilidad.
Causas y factores de la pobreza
Para Antonio Guterres, secretario general de la ONU en su mensaje oficial del 17 de octubre, los conflictos armados, los desastres naturales y las desigualdades crecientes aparecen como obstáculos para el combate contra este lastre. Y llamó a “una globalización justa que produzca oportunidades para todos y que garantice que el desarrollo tecnológico impulsará esfuerzos por erradicar la pobreza”.
Conceptos que comparten, parcialmente, organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales, que profundizan aún más, sin embargo, la reflexión sobre causas y factores de la pobreza.
“La pobreza es una epidemia que afecta a millones de personas en nuestro planeta”, enfatiza Oxfam Intermón que desde años prioriza su acción en esta temática. Para la ONG, son 1.400 millones de personas las que sufren pobreza extrema y casi 900 millones padecen hambre, y no tienen acceso al agua potable y a otros servicios básicos como la salud y la educación.
En la pedagogía de dicha ONG, el contenido, sin embargo, es más contundente. En su sitio web, Oxfam subraya que antes de explicar cuáles son las causas de la pobreza en el mundo, es importante clarificar entre factor y causa. “Las causas son situaciones que llevan al desarrollo de la pobreza, mientras un factor puede mantener estas condiciones de pobreza durante largo tiempo dado que no permiten una solución”, explica.
“Diferentes instituciones han estudiado las causas de la pobreza. Sin embargo, hay que tener en cuenta que cada territorio y situación es diferente, con lo cual hablar de la casuística general es más que complejo”, subraya. Y se lanza a analizar los factores que favorecen el mantenimiento de este flagelo.
Entre ellos, el modelo comercial multinacional, con el desarrollo de grandes corporaciones que usan recursos y manos de obra barata en países en riesgo de pobreza, empobreciéndoles aún más.
La corrupción, que sustrae recursos esenciales que deberían estar destinados para las áreas sociales. Sin subestimar el impacto del cambio climático y las enfermedades y epidemias. Otros factores: el despilfarro de los alimentos, que implica que con las mal gastadas 1.300 millones de toneladas de productos se podría alimentar a 800 millones de personas que padecen hambre; la discriminación de género; los conflictos armados y el crecimiento exponencial del número de habitantes en el planeta. Sin embargo, según la misma ONG, uno de los factores más preocupantes, sigue siendo, el desinterés de los países desarrollados por acabar con la pobreza.