La práctica de la respiración consciente se fundamenta en un ejercicio llamado «veinte respiraciones conectadas». Consiste en una práctica muy sencilla en la que no es necesario emplear más de medio minuto, pero que según los promotores del rebirthing, es más que suficiente para aportar al cuerpo y a la mente una apreciable dosis de energía vital.
El ejercicio se realiza de la siguiente manera: se efectúan cuatro series de inspiraciones y espiraciones, respirando siempre por la nariz. Cada una de estas series está compuesta a su vez por cinco inspiraciones de las cuales las cuatro primeras son cortas y la última larga y profunda. Esas veinte respiraciones deben sucederse, de modo que formen una sola serie de respiraciones conectadas. La finalidad de las respiraciones cortas es la de acentuar la conexión y fusión de la inspiración y la espiración en círculos ininterrumpidos. Las respiraciones largas, por su parte, tienen por objetivo llenar todo el espacio que pueda producirse en la inspiración, para vaciarlo por completo en la espiración.
Leonard Orr está convencido de las ventajas que aporta su míétodo, además afirma que el rebirthing es una solución para muchos problemas físicos y una autíéntica filosofía de vida. De todas maneras tambiíén establece algunas advertencias para que los practicantes del míétodo no caigan en una especie de euforia respiratoria. Invita a que esta respiración consciente no se haga de forma excesiva y sugiere que aunque los ejercicios se realicen de forma suave y lenta, en algunos casos pueden producirse síntomas de hiperventilación.
Generalmente estos síntomas se producen en las primeras sesiones y carecen de importancia. No son más que una defensa del organismo, habituado a mecanismos respiratorios más torpes y automáticos.