Por... Beatriz De Majo
Si les contara que en China la adicción a internet se cura con electroshock, la afirmación no sería creíble y, sin embargo, es una realidad en el mundo de hoy.
Las clínicas para ciberadictos han comenzado a proliferar desde que el partido comunista en el año 2005 emitió una opinión en la que manifestaba preocupación por el excesivo apego que las redes estaban generando dentro de la población de ese país.
China hoy ocupa el primer lugar dentro del registro de cibernautas del mundo con más de 298 millones de usuarios de las redes, lo que supera ya a Estados Unidos con sus 227 millones de viajeros de internet.
Desde entonces, los centros dedicados a combatir la ciberadicción han proliferado y ya se cuentan más de 200.
Se trata de establecimientos en apariencia míédicos, pero cuasi militares en su comportamiento, en donde se penaliza con ejercicios forzados la inclinación a colocarse demasiado tiempo frente a la pantalla.
Los padres de adolescentes apasionados de los espacios digitales acuden a estos lugares con demasiada frecuencia y con alguna dosis de irresponsabilidad .
De hecho, este verano dos episodios llevaron a la muerte a dos jóvenes bajo tratamiento antiadictivo en Guangxi, en el suroeste del país, y en la provincia de Sichuan, llamaron la atención de las autoridades, quienes se apresuraron a dictar, a travíés del Ministerio de la Salud, una medida que prohíbe el uso del castigo físico para apartar a los adolescentes de internet y, particularmente, proscribieron al electroshock como tratamiento radical.
Hay quienes aseguran que el apego excesivo de las nuevas generaciones, y de las viejas igualmente, a la navegación digital, no es sino la respuesta rebelde de la sociedad a la censura a la que el gobierno ha sometido a sus connacionales.
China tiene el ríécord de exhibir el mayor número de blogs del planeta y los números dan cuenta de que 1 de cada 5 internautas tienen presencia continua en el ciberespacio a travíés de esa innovadora y sencilla vía de crearse una personalidad digital con contenidos propios.
Reporteros sin Fronteras (RSF) ha publicado informes en los que se viaja dentro de la censura de internet y donde se develan las claves del aparato gubernamental diseñado para controlar, someter y censurar internet. Estos estudios han sido publicados en colaboración con la organización China Human Rights Defenders.
La realidad es que China se ha convertido en un gran laboratorio contra la libertad en la Red que cierra cibercafíés, bloquea portales Web, donde la censura se maneja distrito a distrito y las noticias digitales son filtradas de manera sofisticada y la vez imperativa.
Quien se conecta a internet en Shanghai no tendrá acceso a los mismos sitios Web que quien se conecta en Beijing o Shenzen.
Y todo esto ocurre porque China enfrenta, al igual que el resto del planeta, una revolución en las comunicaciones que convierte los espacios ciberníéticos en lugares demasiado grandes y demasiado libres.
Esto parece inaceptable para un ríégimen que tenía y sigue queriendo tener perfectamente controlados los canales tradicionales de la información.