No quiere trabajar en balde. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha trasladado a algunos de los asesores que participan en procesos de salida a bolsa su malestar por la práctica de procesos paralelos de venta, según reconocen algunos inversores e intermediarios. El organismo supervisor quiere evitar que su estructura acumule trabajo de manera infructuosa, probablemente ante las sospechas de que algunos de los interesados manejen otras alternativas de venta entre inversores privados.
“Es un problema recurrente que surge con los periodos de eventuales salidas a bolsaâ€, explican desde una firma de asesoramiento. “Este problema se resolvería si la CNMV cobrará unos fees por todo el proceso de salida. De esta manera, se evitaría el uso de recursos públicos para que un inversor particular pueda maximizar su precioâ€. Esta práctica, conocida como dual track, es habitual en todos los mercados y los vendedores recurren a ella para mantener la tensión sobre el proceso.
Consultada ayer por este diario, fuentes de la CNMV negaron que se haya comunicado algún mensaje en este sentido y explicaron que los calendarios de salida a bolsa transcurren con total normalidad. “El supervisor tampoco va a ir contra las prácticas competitivas del mercadoâ€, subrayan desde un banco de negocios. “Recientemente, dos cableras alemanas, Parallel y Unity, han cancelado sus planes para cotizar ante las ofertas recibidas por distintos fondos de capital riesgoâ€.
Ante la elevada volatilidad de los mercados y el gran número de colocaciones en bolsa que se han suspendido en las últimas semanas -una de cada dos de las 70 transacciones previstas-, algunas compañías que tienen previsto saltar al parquíé están trabajando en dos frentes. Uno, continuar con los trámites ante la CNMV y seguir con los contactos con los inversores. Dos, evaluar la posible entrada de un inversor para financiar el crecimiento y dar salida a los accionistas actuales en el caso de los private equity.
En este doble juego han tenido gran protagonismo los bancos de inversión, que han sufrido en sus carnes los aplazamientos de las OPV al observar que los ahorradores no querían comprar las acciones de sus clientes. Por eso, más de uno ha aconsejado a las empresas que estaban en la línea de salida a buscar otras alternativas. Así han hecho Goldman Sachs y Morgan Stanley con Telepizza, a cuyos accionistas -la familia Ballvíé y el fondo Permira- han recomendado estudiar la venta a un tercero.
Lo mismo ha ocurrido con Renovalia y con Eolia. La empresa de los ex dueños de Forlasa ha cambiado de bancos -BNP Paribas y Espirito Santo por Banesto y Citi- para ver si en este nuevo intento (fracasó en 2008) conseguir sacar adelante su Oferta Pública de Suscripción (OPS) con la que pretende captar 200 millones con los que financiar su expansión. Pero su asesor, Rothschild, le ha indicado que, si el mercado no acompaña, quizás sería bueno encontrar un socio financiero.
“Hay muchos clientes de banca privada dispuestos a entrar en negocios de renovables. Sería una solución para compañías de tamaño medio, que lo van a tener muy difícil para salir a bolsaâ€, explican desde un banco nacional. La misma fórmula se ha ofrecido a Eolia, quizás la compañía del sector mejor preparada para cotizar, que tiene previsto estrenarse en junio. “Habrá que ver cómo están los mercados por esa fechaâ€, sostienen fuentes del sector, “pero sería una buena salida para las cajas accionistasâ€.