INICIO FOROS ÍNDICES DIVISAS MATERIAS PRIMAS CALENDARIO ECONÓMICO

Autor Tema: MAB, el mercado de moda, pero ¿quíé riesgo corre el pequeño inversor?  (Leído 330 veces)

Eguzki

  • Socio Foxinver
  • Excelente participación
  • ***
  • Mensajes: 26.156
  • Karma: +0/-1
El Mercado Alternativo Bursátil (MAB) de compañí­as en expansión está de moda. A Zinkia e Imaginarium y la reciente Gowex, este año podrí­an incorporarse otros cinco valores al “segundo mercado”, una cantidad que superará las salidas a la bolsa tradicional. El interíés de las pymes por el MAB estriba en sus menores barreras de entrada y su regulación más laxa que les exonera de proporcionar determinadas informaciones (folleto informativo, cuentas trimestrales…). Esto supone un mayor riesgo para el inversor que, a cambio podrí­a beneficiarse de una más ventajosa prima de riesgo.

 

El MAB es un mercado concebido para favorecer la financiación de empresas de pequeña capitalización en expansión y donde los trámites y costes son más reducidos que los de la bolsa convencional. El MAB cuenta con una supervisión a medida, para lo que se ha incorporado la figura del asesor registrado, que viene a sustituir la supervisión de la CNMV y cumple las funciones de consultor y controlador de las empresas.

El primer riesgo que puede encontrar quien desee entrar en el capital de estas compañí­as es la escasa liquidez de este mercado. “A la hora de comprar y vender, el inversor puede encontrar dificultades”, explica Eduardo Jimíénez, analista de Renta 4. Con una media de 20.800 euros negociados al dí­a durante este año, Zinkia se ha revalorizado un 9,4% desde su estreno en julio de 2009. Por su parte, Imaginarium mueve algo menos de 18.000 euros de media diaria en 2010 y pierde un 33,3% desde diciembre del pasado año, fecha de su estreno en el parquíé.

La tercera compañí­a del MAB, Gowex, en cuatro dí­as que lleva cotizando, registra una media diaria de 40.400 euros negociados. En este periodo, la empresa tecnológica sube un 25%. El 25 de marzo debutará en el MAB el grupo de distribución de protíésis quirúrgicas Medcomtech. Tambiíén ha anunciado su intención de cotizar el grupo biotecnológico catalán AB Biotics a la que podrí­an unirse OWL Genomics y Euroespedes y Neuron Biofarma. Un reciente estudio espera que el MAB supere los cinco estrenos este año frente al rango de uno a tres del mercado continuo.

Proveedor de liquidez ante la escasa negociación

Los valores cotizan en fixing, con dos subastas al dí­a (a las 12:00 y a las 1600 horas), lo que permite concentrar el volumen de negocio. Para evitar el riesgo de iliquidez, el MAB cuenta con un proveedor de liquidez que aporta dinero y papel como contraparte a los compradores o vendedores.

Estas compañí­as suscitan un escaso seguimiento entre los analistas especializados, debido a que son “empresas pequeñas, con poca liquidez y poco conocidas”, apunta Eduardo Jimíénez. “Son menos seguidas porque atraen menos inversores. Su estudio es sencillo, se hace a grandes rasgos en función de la información disponible”.

Pese a ello, la entrada en el capital de estas compañí­as puede suponer “una buena oportunidad”, ya que estas empresas suelen cotizar con descuentos y tienen “un mayor potencial alcista”.

La posibilidad de beneficiarse de una prima de riesgo tambiíén deriva del menor flujo de información que estas empresas están obligadas a suministrar. El díéficit de información “podrí­a estar descontándose en el precio de negociación”, señala Manuel Castilla Cubillas, catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Granada. El profesor advierte de que las caracterí­sticas del MAB, con su menor nivel regulativo, podrí­an conducir a un “competencia perversa” con otros mercados similares para rebajar costes normativos y atraer más empresas.

Un riesgo que podrí­a repercutir en la seguridad del inversor. Sin embargo, en su opinión, “los mecanismos del mercado están actuando”. “El mercado se está estratificando en dos niveles” –conocidos por los inversores- y los mayores riesgos del MAB tambiíén comportan un descuento en sus precios.

Hay otro punto positivo para la inversión en las compañí­as del MAB: las ventajas fiscales. Desde el punto de vista del inversor, tanto la Comunidad de Madrid como la de Cataluña prevíén una deducción de hasta el 20% con un lí­mite de 10.000 euros de las cantidades invertidas durante el ejercicio en la adquisición de acciones de compañí­as madrileñas, en el primer caso, y en la adquisición de acciones como consecuencia de acuerdos de ampliación de capital en el segundo.

Díéficit de información: sin folleto informativo y con menos información contable

Entre las menores exigencias de información que permite el MAB a las compañí­as, destaca la ausencia de obligación de presentar un folleto informativo de colocación y negociación pública de valores. A cambio, el MAB ha previsto que las solicitudes de incorporación a su plataforma incluyan un documento informativo inicial donde deberán constar los estados financieros convenientemente auditados, realizados, eso sí­, con una breve descripción y, por tanto, con un coste inferior al del folleto.

La obligación de inscribir un folleto en la CNMV como en los mercados regulados es eludida por el MAB –en el caso de OPVs- gracias a las excepciones contempladas en la Ley del Mercado de Valores. Básicamente, estos supuestos suponen las ofertas dirigidas a inversores que adquieran valores por un mí­nimo de 50.000 euros o las destinadas a inversores cualificados.

La orientación de las OPVs a inversores institucionales no es un hecho desdeñable. í‰stos suelen tener un acceso mejor y más abundante a la información que los inversores minoritarios. Por eso es necesario evitar al inversor común la percepción de que la entrada de compañí­as en el MAB supone un hecho equivalente a la admisión en la bolsa.

Otro ahorro de información incluye la relativa a la información contable, que puede ser semestral y no trimestral, además de permitirse la presentación de cuentas abreviadas en determinados supuestos.

Las empresas del MAB sólo están obligadas a comunicar en las participaciones significativas los cambios que se produzcan por encima del 10% frente al lí­mite del 3% de las acciones de bolsa. En las tomas de participación de los administradores sólo deben comunicar las operaciones a partir del 1% frente a la publicidad de todas las operaciones en el mercado de valores convencional. Hay otros factores diferenciales entre las cotizadas en bolsa y las del MAB, sobre todo en cuestiones de gobierno corporativo, donde la normativa de la nueva plataforma permite ahorrarse el trabajo de un asesor externo, entre otros aspectos.

Menores requisitos para su admisión en el mercado

Los requisitos financieros para el ingreso en el MAB son tambiíén menores: mientras que en la bolsa se precisa un mí­nimo de 6 millones de euros para el acceso, en el MAB únicamente se exige un umbral de 2 millones; del mismo modo, con carácter general, las aspirantes a cotizar en el mercado continuo deben acreditar un beneficio en los dos últimos años (o tres no consecutivos) que le permitan dar un dividendo de al menos el 6% del capital desembolsado, una exigencia ausente en el MAB.

Esta carencia de barreras puede afectar a la confianza del inversor, que tal vez tema que el MAB sea un coladero de compañí­as de escasa solvencia. Pero como indica Manuel Castilla esto “no es de los aspectos más preocupantes, ya que es normal que una empresa en expansión no tenga beneficios los primeros años”.

El asesor registrado: un “guardia privado” para el MAB

Además, la idoneidad de los aspirantes es examinada por el asesor registrado una especie de “guardia privado” que cumple la doble función de consultor y controlador de las compañí­as del MAB. El asesor registrado asesora y revisa la información de la empresa, además de mantenerla informada de sus obligaciones y, en su caso, alerta al mercado a travíés del MAB de posibles incumplimientos en los deberes de la compañí­a.

La relación contractual del asesor registrado con la compañí­a, de quien recibe su remuneración, podrí­a crear un “incentivo perverso” en el cumplimiento de sus obligaciones. Pero frente a esto, explica Manuel Castilla, “existen incentivos de mercado, especialmente a lo que se refiere a su reputación” para que el asesor desempeñe su labor con profesionalidad. En este sentido, la experiencia en otros mercados similares como el AIM londinense –referencia del MAB- es positiva.