Yo estoy comprando ¿Y usted?
por Josíé Antonio Fernandez Hódar
La estampida de inversores está dando lugar a unos altísimos volúmenes de negociación. El papel puesto a la venta alguien lo compra. Compran los cuidadores, dando contrapartida a una oferta que sólo aspira a salvar los muebles, como si estuviíésemos en la antesala de la ruina más absoluta. Otra parte del papel lo vamos recogiendo, poco a poco, inversores que dedicamos a la bolsa un dinero que no vamos a necesitar y gestores profesionales.
Quienes estamos comprando en los desplomes no lo hacemos como una inversión sin ánimo de lucro. No señor. Se invierte para obtener una rentabilidad superior a los activos de renta fija y una revalorización de las acciones, en un futuro no lejano. En definitiva, para ganar dinero.
Comprar cuando todos venden y vender cuando todos compran
Este aforismo, de todos conocido, es de los menos empleados y el que proporciona los mayores beneficios. He tenido ocasión de comprobarlo en el crack de 1987. En la fuerte recesión económica de los años 1982 y 1983, con tres devaluaciones de la peseta y con los bancos cargados hasta las cejas de activos inmobiliarios. En el verano de 1998, cuando el Santander cayó de 8 a 4 euros y el BBVA de 14 a 6. Dos años más tarde volvían a cotizar a 8 y 14 respectivamente. A finales de 2002 y primeros meses de 2003, cuando las acciones de Santander se ponían a la venta a 9, 8, 7, 5, 4,5 euros, y regresaban los compradores cuando, cuatro años más tarde, había que pagar por ellas 11 ó 12 euros. Y ha vuelto a repetirse la historia a finales de 2008 y principio de 2009. Y, no le quepa duda, que se seguirá repitiendo la historia y a grandes bajadas siguen grandes subidas y viceversa.
Ir comprando ahora, en cada desplome, no es promediar a la baja. Promedian a la baja quienes compran un valor pensando que va a subir. Se les va atrás, y en lugar de cortar las píérdidas en seco, van comprando más para rebajar el coste medio. Esto es perseverar en error.
Ir comprando en los desplomes es una estrategia meditada y preconcebida. Porque nadie, absolutamente nadie, sabe dónde está el fondo de una caída.
Hipótesis de trabajo:
a) De la crisis actual se saldrá, más pronto que tarde, aunque el tíérmino pronto signifique uno, dos, o tres años.
b) Los valores de calidad: Telefónica, los dos grandes bancos e Iberdrola, por sólo citar los pesos pesados del Ibex, no van a quebrar. Y, en la situación actual, el riesgo país no le afecta en exceso, ya que el mayor porcentaje de sus beneficios viene del exterior.
c) Comenzar a comprar en un punto en el que los multiplicadores sobre beneficios, la relación precio valor en libros, o la rentabilidad por dividendos, hagan que el precio en bolsa sea atractivo, asumiendo que mañana puede serlo más. La rentabilidad por dividendos está en el 8,5% en Telefónica, 7% en los dos grandes bancos, asumiendo que pueden recortarlos.
d) Desde el nivel comentado en el punto C, comprar en cada desplome la quinta parte del número de títulos que queremos tener en cartera. Sin gastar el último cartucho, que podría ser un 10% del capital disponible.
He citado tres ejemplos, pero la estrategia se puede hacer extensiva a una decena de empresas de Ibex 35, que tiene la sede y tributan en España, pero son multinacionales.
No se trata de aconsejar a nadie invertir en estos momentos. Un servidor está siguiendo esta estrategia, predicando con el ejemplo. Me puedo equivocar. Por supuesto. Pero es mi dinero y no tengo que dar cuenta a nadie.
¿Y usted quíé está haciendo? Supongo que actúa con una estrategia contrastada. O por el contrario está saliendo por pies sin tener claro como se recuperará de lo perdido. Creo que vale la pena actuar con la cabeza y no con el corazón.
Ahora, dos ruegos:
Uno No repita sus comentarios, aunque le salga un mensaje diciendo que la clave no es correcta.
Otro. Ya síé que soy un ignorante. Que no tengo ni p.i. de bolsa. Que me tengo que jubilar. Que no síé análisis tíécnico, y que no entienden el porquíé me pagan por escribir bazofia, o incluso el que regularmente me desea una muerte lenta y dolorosa, eso sí, en dientes de sierra, que siempre es de agradecer. Y como ya está dicho, no es un atentado contra la libertad de expresión si borro los comentarios en este sentido.
POR FAVOR
No cuelguen más comentarios. Tengo que ponerme a trabajar y no puedo estar activándolos, por lo que no los verá publicados.
He dicho que borraría todas las amanazas, pero esta de un madrileño, es original:
ojala tenga unam uerte dolorosa en un aserradero