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Autor Tema: Sobre el Espí­ritu y su Evolución  (Leído 3802 veces)

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Sobre el Espí­ritu y su Evolución
« en: Mayo 14, 2010, 08:57:39 pm »


Sobre el Espí­ritu y su Evolución


Creación:

Todos los espí­ritus son creados por los elohim. Todos son iguales, en un principio, salvo por particularidades y/o dones


Inmortalidad:

Todos los espí­ritus son Inmortales y su existencia individualizada parte desde que son creados por los elohim hasta el siguiente Big-Crunch.


Planos de vibración:

Los Espí­ritus moran en los planos 2 y 3 del error, en el plano 4 de maestrí­a y en el plano 5 de Luz. Tambiíén pueden bajar, debido a sus propias acciones, al plano –1 de la soledad y a la Octava Esfera. Además pueden encarnar en el plano 1 fí­sico.


Telepatí­a:

Los espí­ritus se comunican por Telepatí­a. Se trasvasan conceptos espirituales en un instante. Todo el conocimiento de una biblioteca puede ser comunicado a otro espí­ritu en tan sólo unos segundos. Por medio de la telepatí­a pueden contactar mediúmnicamente con seres encarnados. La telepatí­a está limitada a la comunicación y solo se puede llevar a cabo si las partes “abren su mente” y permiten el intercambio de ideas. Por lo tanto no pueden leer la mente de un encarnado si este no lo permite e igual pasa con un espí­ritu no encarnado.


Mente Reactiva:

La mente reactiva está desde el comienzo de la evolución espiritual. Los espí­ritus fueron creados por los elohim con mente reactiva, canalizadora del ego, porque sólo se evoluciona a partir de la imperfección.


Adivinación:

Ningún espí­ritu tiene el don de la adivinación y solo pueden predecir un determinado suceso, usando el sentido común. No pueden ver el Futuro. Sea encarnados o no.

Libre Albedrí­o:

Heredamos del Padre las dos cosas más valiosas que existen: su inmenso Amor y el Libre Albedrí­o.

Ningún espí­ritu es igual a otro. Por el libre albedrí­o que otorga el Padre, cada espí­ritu puede optar por servir, amar, compartir o vivir para sus semejantes. La complicación aparece porque muchos se aprovechan de esa libertad para causar daño a sus semejantes, eligiendo someter, dominar, absorber, confundir, dañar o vivir de los otros espí­ritus. Muchas veces la actitud negativa de un individuo lastima a terceros que no tienen ninguna culpa, siempre estamos expuestos a la crueldad de los otros y eso tambiíén es una consecuencia del libre albedrí­o que el Supremo Hacedor da por Amor. Esto puede parecer una injusticia, pero así­ como hay lecciones a aprender tambiíén hay compensaciones. Sólo el Supremo sabe como encaja todo.

El Universo es un espejo: todo lo que la persona haga, tanto en acto como en pensamiento, retorna a la fuente de origen. O sea, el que siembra mal, cosecha mal. Pero aquel que vive brindándose a sus semejantes y goza haciendo el bien, debe saber que esa Luz vuelve hacia íél.

Aquel que vive del otro, aquel que somete al otro, que se sumerge en equivocaciones permanentes, en error, en maldad, puede bajar a la Octava Esfera. Pero tambiíén hay una equivocación en esto. Se pensaba que la Octava Esfera era un centro dimensional energíético tan negativo, que el espí­ritu cruel que llegaba allí­, se desintegraba con la energí­a cósmica. No es real, porque el espí­ritu es inmortal, no muere. Y aparte, el Padre jamás permitirí­a que se destruyera ninguna vida. El mal se transmuta, no se destruye y un espí­ritu que cae puede volver a levantarse obrando en servicio mediante su libre albedrí­o.

¿Se corta el Libre Albedrí­o de una persona al salvarla de la Muerte?
Todo está dentro del libre albedrí­o, como, por ejemplo, el evitar un accidente, el salvar una vida a nivel míédico, o el corregir determinada enfermedad para que un paciente sane. No se están violando las reglas en el sentido de que se pueda pensar que se cortó el libre albedrí­o al curar a una persona impidiíéndole desencarnar. Simplemente habí­a alternativas y se eligió una de ellas.

Por ejemplo, en el caso de la resurrección de Lázaro, hubo una petición, y ante las circunstancias la Energí­a Crí­stica consideró que ya estaba dada la autorización implí­cita del Absoluto. Lo que ocurre es que estaba dentro de las probabilidades el que esa persona siga en el plano fí­sico. Hay elasticidad, pero es importante que, en general, las cosas sigan su curso. Cuando hay alguna alteración es porque, en el fondo, hay una posibilidad de evaluación y, por tanto, de modificación.



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Re: Sobre el Espí­ritu y su Evolución
« Respuesta #1 en: Mayo 14, 2010, 08:58:49 pm »
Conceptualidad:

Existen los Espí­ritus Conceptuales (de mayor entendimiento) y los Espí­ritus No Conceptuales (de menor entendimiento). Todos los espí­ritus son conceptuales en alguna medida, pero la expresión “no conceptuales” está reservada para los espí­ritus conceptuales con capacidad de concepto muy pequeña...

¿Por quíé no podrí­amos llamar a los espí­ritus aptos para encarnar en organismos humanos “espí­ritus conceptuales humanos”, para diferenciarlos, por ejemplo, de los espí­ritus conceptuales aptos para encarnar en organismos animales o vegetales? No habrí­a ningún inconveniente en utilizar la expresión, pero siempre que la referencia sea al planeta Tierra. Una persona es un espí­ritu conceptual humano porque ha encarnado en un organismo humano, pero si mañana decide encarnar en otro planeta como planta en una misión importantí­sima, entonces ya no serí­a un espí­ritu conceptual humano. Cabrí­a llamarlo “espí­ritu conceptual superior”, aunque a muchos Maestros de Luz la palabra “superior” les pueda parecer egoica. El tíérmino “superior” puede utilizarse, pero siempre aclarando, para que no haya ninguna mala interpretación, en quíé sentido se lo está utilizando.

La variedad de “niveles” de Conceptualidad es enorme. Así­, si tuviíéramos que establecer una cantidad de clasificaciones entre los espí­ritus conceptuales superiores y los espí­ritus conceptuales inferiores estarí­amos hablando como mí­nimo de un millón de clasificaciones.

En el mundo espiritual como espí­ritus...
Estando en el mundo espiritual, se pueden distinguir los Espí­ritus tal y como son. Podrí­amos decir: “í‰ste es un espí­ritu de Luz, íéste es un espí­ritu del Error, íéste es un espí­ritu apto para encarnar en una gallina, este otro es un espí­ritu apto para encarnar en una ameba. Entonces hay una “clasificación” espiritual para lo que llamarí­amos“animales inferiores”, mal llamados así­.

Los elohim crean distintos espí­ritus conceptuales, desde aquellos que pueden encarnar en humanos o humanoides hasta aquellos que pueden encarnar en un virus o en una ameba…

Cuando se dice que un espí­ritu humano puede encarnar en distintas razas estamos hablando de razas pensantes. A su vez, hay otros espí­ritus conceptuales menos elevados que van a encarnar en especies animales que tengan un decodificador más reducido acorde con ellos.
¿Se puede distinguir a cada espí­ritu conceptual como para decir, por ejemplo, “íéste es el espí­ritu de un tigre, íéste otro es el espí­ritu de un reptil, aquíél de más allá es el espí­ritu de una planta”?
No se distinguirí­an, porque los espí­ritus conceptuales no son humanos ni humanoides ni animales ni vegetales, sino lisa y llanamente espí­ritus conceptuales. La diferenciación es en el plano fí­sico únicamente.

¿Sobre quíé podrí­a “conversar” un Hombre, al desencarnar cómo humano, con otro espí­ritu que haya desencarnado de una planta?
Si al desencarnar se encontrara con un espí­ritu que reciíén desencarnó de un vegetal, simplemente intercambiarí­an experiencias. Ese espí­ritu que encarnó como planta preguntarí­a: “¿Que sentiste tú, estando encarnado como humano, al tener un orgasmo?”. Y íél, a su vez, le preguntarí­a: “¿Quíé sentiste cuando a la planta hembra −tened en cuenta que al tener movilidad hay plantas machos y plantas hembras− le esparciste todo el polen por su cuerpo con caricias?”.

Incluso podrí­a haber intercambio de roles. El que encarnó como humano podrí­a encarnar como planta y el otro espí­ritu conceptual podrí­a encarnar como humano.

Hay que aclarar que si se va a otro mundo y se encarna como planta, no va a ser una planta como las terrestres, sino una planta de un mundo donde los vegetales tengan expresión e incluso escriban poesí­a.

Ahora bien, supongamos que desencarna un humano y tambiíén desencarna un espí­ritu que encarnó en una gallina, por mencionar un tipo de animal con “pocas luces”. ¿Podrí­an comunicarse e intercambiar experiencias?
No, porque no se trata de espí­ritus conceptualmente iguales. El mayor, conceptualmente hablando, quizá entenderí­a al espí­ritu que encarnó en una gallina, pero no al revíés, porque su espí­ritu conceptual es muy básico, muy elemental.


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Re: Sobre el Espí­ritu y su Evolución
« Respuesta #2 en: Mayo 14, 2010, 08:59:30 pm »
Encarnación:

Todo espí­ritu independientemente de su Plano de vibración (excepto en la Octava Esfera, que no se puede encarnar), puede encarnar, siempre voluntariamente, en cualquier planeta del Plano Fí­sico, y en la forma de vida que elija siempre que esta tenga un decodificador válido.

Compatibilidad de los Espí­ritus y los Organismos fí­sicos:
Los elohim no crean espí­ritus “humanos” o “animales” o “vegetales”, sino espí­ritus conceptuales, que pueden encarnar tanto en un humano como en un reptiloide como en una planta, siempre y cuando la raza tenga el tipo de decodificador apropiado, es decir que estíé en relación con el nivel conceptual o de discernimiento de ese espí­ritu, y mañana desencarnan y pueden encarnar en otro tipo de vida compatible. En este caso, no serí­a un espí­ritu “humano” que encarna en un reptiloide, sino un espí­ritu conceptual que encarna en un organismo reptiloide. Y tambiíén puede encarnar en cualquier otro organismo animal o vegetal. Nada lo va a impedir, pero siempre y cuando tales animales o tales vegetales tengan un decodificador igual que el humano. Incluso puede encarnar en un organismo humanoide, como lo hizo por ejemplo el filósofo Rah, del planeta Antares 4, que mide menos que las mujeres del planeta Tierra, pesa menos de 40 kilos terrestres, es menudito, su ADN no es igual al ADN de aquí­â€¦

Esto significa que nunca va a encarnar un espí­ritu conceptual elevado, es decir, con discernimiento superior, en una entidad animal, como por ejemplo en un perro terrestre, porque no podrí­a encajar, ya que necesita un decodificador más sofisticado para poder expresar sus ideas. Incluso un Langar podrí­a desencarnar como langosta y encarnar en un organismo terrestre, porque el decodificador mental es similar.

¿Por quíé razón un espí­ritu conceptual elevado encarnarí­a en un reptiloide o en un anfibio?
Se supone que el espí­ritu conceptual elevado elegirí­a para encarnar el organismo más elevado y no uno menos elevado.

Esto es un error de concepto:
Hay distintas razas en el universo porque en cada planeta hay una condición de vida distinta. Y a veces esa condición de vida distinta resulta ser más favorable como para que una vida anfibia crezca en inteligencia y su decodificador vaya floreciendo. Hay planetas donde no han florecido las razas humanoides o animales y sí­ lo hicieron las razas vegetales, que al principio eran inmóviles y luego empezaron a salirse de su raí­z y a travíés de los milenios adquirieron movilidad propia y pensamientos abstractos. Hay planetas donde la raza vegetal es pensante al punto de que su decodificador es similar al del humano. Esto significa que no existe menoscabo alguno en que un espí­ritu conceptual elevado encarne en este tipo de organismo, ya que puede evolucionar lo mismo que en un organismo humano. Desde ya que las plantas de nuestro planeta no sirven para que un espí­ritu conceptual elevado encarne.

¿Podrí­a un Ser Humano encarnar en una gallina terrestre?
No, en una gallina terrestre no, porque su decodificador mental es muy limitado. Serí­a como si estuviera encerrado sin poder comunicarse.

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Re: Sobre el Espí­ritu y su Evolución
« Respuesta #3 en: Mayo 14, 2010, 09:00:08 pm »
Desencarnación:

¿Dónde van la mente reactiva y los engramas al desencarnar?
Los engramas no se acumulan para la próxima encarnación y se quedan en el espí­ritu. Si el espí­ritu logra integrar sus egos, puede vencer sus engramas, pero la mente reactiva es inherente a dicho espí­ritu. Lo importante es que la mente reactiva no sea campo fíértil para crear más engramas.

Se ha dicho que en los planos de Luz los espí­ritus no tienen engramas, porque han logrado integrar su ego. Pero el plano fí­sico es un arma de doble filo. Ejemplo: Si tu thetán se encuentra en el plano 4º y tú, debido a egoí­smos desencarnas con engramas, automáticamente tu espí­ritu bajará de nivel vibratorio. Porque en los planos de Luz no existen los engramas ni el ego cumple ningún rol, pues el servicio lo abarca todo.


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Re: Sobre el Espí­ritu y su Evolución
« Respuesta #4 en: Mayo 14, 2010, 09:00:47 pm »
Planos Espirituales

Cada plano puede ver al plano inferior porque el Universo Suprafí­sico de cada plano envuelve al plano inferior. Pero nosotros no podemos ver los planos –1 y –2 porque mediante una jugarreta dimensional está invisible a nuestra vista y es indetectable a nuestros aparatos. Es un plano tan denso que es imperceptible por lo obvio.

Los Planos Vibracionales tienen la misma amplitud del Plano Material. Si la galaxia tiene una extensión de 100.000 años-luz, cada plano espiritual perteneciente a la Ví­a Láctea va a tener tambiíén 100.000 años-luz. Pero cada espí­ritu va a estar en su vibración correspondiente.

Por otro lado, por una cuestión de apego, cada esencia espiritual va a estar siempre cerca del lugar fí­sico de su última encarnación. Es muy común que eso suceda. Es posible que un desencarnado de la Tierra pueda encarnar en Vega, a pocos años-luz, pero es muy raro que encarne a 10.000 años-luz del sistema solar. Aunque hay que dejar claro que nada se lo impide y siempre puede elegir hacer lo que quiera.

Los Planos Espirituales aunque iguales en cada Planeta pueden tener distintas connotaciones. En Antares 4, donde está encarnado actualmente Rah, sus habitantes están dedicados exclusivamente al Amor, los planos espirituales inferiores van a tener engramas, pero van a ser muy díébiles y casi superados. Una raza belicosa como Vega 3 va a tener sus planos 2 y 3 completamente contaminados. Su vibración va a ser más densa. Esto significa que los planos vibracionales son “distintos” en cada planeta. Puede haber distintas categorí­as de engramas.

Para ser más claros: Una vibración 2 de Antares 4 puede haber superado un 80% de engramas, mientras que una vibración 2 de nuestro planeta ha superado apenas un 20%. Ambas son el nivel 2º en la escala espiritual, pero las posibilidades de que los espí­ritus de ese plano suban al nivel 3º, son infinitamente superiores en Antares 4, porque el plano entero tiene mejor vibración. Para que esto se entienda se podrí­a hacer (Que no se puede, es un ejemplo) una media del nivel vibracional de cada espí­ritu que reside en el 2º Plano. Los Espí­ritus de Antares darí­an una media aritmíética de 2’8 y los Terrestres de 2’2. Así­ los espí­ritus de Antares 4 del 2º nivel están más cerca de subir al nivel 3º de vibración.


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Re: Sobre el Espí­ritu y su Evolución
« Respuesta #5 en: Mayo 14, 2010, 09:01:24 pm »
Espí­ritus de Luz:

El plano 5 está habitado por Espí­ritus de Luz. Son entidades de una vibración tan elevada que “su brillo” se destaca del de otras almas de menor nivel.

Su misión no solo es Servir, sino tambiíén guiar a sus semejantes -sepan que muchas entidades de Luz ayudan, por ejemplo, a distintos pueblos a soportar el sentirse marginados, para que no surja el rencor en ellos o un sentimiento revanchista-. Pero no son inmunes a las tentaciones. En el mundo espiritual, el apetito de poder es el más pernicioso de todos. Es el apetito de poder el que hace que seres que han llegado a elevadí­simos niveles retrocedan. Nadie está exento a esa tentación. Hay espí­ritus que rozan el lí­mite de la crueldad y descienden al plano –2, denominado la Octava Esfera.

En la vibración 1, el llamado plano material, hay seres de Luz que están en misión y su Thetán puede estar en el plano 5. Ni que decir tiene que estando encarnados están expuestos a todas las tentaciones del plano fí­sico como cualquier otro. Debido a la píérdida de memoria y al azar, estas misiones son peligrosas para el espí­ritu.

Cada ser encarnado tiene un espí­ritu de Luz llamado “guí­a” que le ayuda en su misión. Además intentan ayudar en todo lo posible. Aunque pueden leernos la mente y “vernos” siempre que quieran hay que recordar que poseen una gran íética. Están por lo tanto pendientes de las cosas que hacemos en nuestro plano, pero no se meten en lo que no les importa, ya que ayudar no significa inmiscuirse.

No en todos los casos estas entidades de Luz permanecen cerca nuestra. Pueden estar en misión en distintos lugares y no siempre llegar a tiempo a determinada emergencia espiritual. Hay que saber que son muchos más los espí­ritus del Error que las entidades de Luz y es imposible que orienten a todos aquellos que están desesperanzados. Todos son importantes para ellos y les prestan la misma atención. Mas en el caso de optar entre dos personas que precisen ayuda, eligen el caso que consideren más grave. Es una enorme responsabilidad que toman como una bonificación ya que en su plano, el único goce es el Servicio. Desde los planos superiores nos ayudan mucho más de lo que podrí­amos suponer. El estar encarnado es como subir una cuesta con un gran peso sobre los hombros. No es fácil “despersonalizarse”, porque, a veces, el entorno nos supera y cuesta mucho no ser prejuiciosos, susceptibles o envidiosos. Aparte, los problemas que se tienen, laborales o familiares, personales o afectivos, causan trastornos psicosomáticos y entran a tomar un papel protagónico los distintos egos, logrando que los estados emocionales negativos tomen el control.

El rol desde los planos de Luz es apuntalarnos con Amor, para que nunca perdamos la Fe en Dios ni debilitemos nuestra voluntad. Es muy importante saber esto. Pero tambiíén es muy importante la reciprocidad. O sea, obrar tambiíén en consecuencia, retribuyendo su inestimable ayuda. La retribución que esperan los espí­ritus de Luz no es para ellos claro, sino para que sirvan al prójimo con Amor.

Desde los niveles espirituales sutiles se comunican con nuestro cuerpo causal, enviando ideas de conciliación en forma permanente para debilitar la costumbre de prejuzgar que existe en el plano fí­sico. El resto lo tiene que hacer cada uno. No se puede esperar todo del mundo espiritual, ni crean que las oraciones resolverán nuestros problemas. La oración fortifica el espí­ritu, pero es incompleta sin la Obra. Si solamente nos apoyáramos en la oración, entrarí­amos en estado de desidia.

La Obra es Servicio y íéste es evolución, pero es muy útil comprender que cada persona tiene que evolucionar por sí­ misma. El Absoluto siempre está con cada uno de nosotros, pero el libre albedrí­o que tenemos debe servir para crecer en perseverancia, en voluntad y, por sobre todo, en iniciativa.


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Re: Sobre el Espí­ritu y su Evolución
« Respuesta #6 en: Mayo 14, 2010, 09:02:20 pm »
Servicio por Conocimiento:
La misión de los Maestros de Luz, de los planos 4 y 5, es el Servicio. Son, para decirlo de una manera entendible, obreros laboriosos, y su preocupación fundamental es el Servicio, y por eso quizás interroga más a Eón, o a una Energí­a, el espí­ritu encarnado en el plano fí­sico que los propios Maestros de Luz en el plano 5.

Entiíéndase el sentido de “obreros”, porque los lectores son muy susceptibles con las palabras y cuando íéstas se emplean mal, los hacen “saltar”. Los Maestros de Luz lo que hacen es “arremangarse” y se ponen a trabajar, relegando sus conocimientos en beneficio del servicio. Están permanentemente trabajando y no preguntando. ¡Nosotros somos los que preguntamos! Y está bien que así­ sea.
Dolor Espiritual:
Un error de concepto es creer que cuanto más alto es el nivel de vibración, menos se sufre. Es todo lo contrario. Pero, obviamente, en los planos de Luz no se sufre por equivocaciones propias, sí­ por los errores ajenos, por las equivocaciones de los seres que están en vibraciones densas, queriendo manipular a otros seres de su misma vibración para beneficio propio. Sufren por empatí­a. Envuelven con su Rayo al espí­ritu del Error que se halla en crisis y tratan de consolarlo. No siempre lo logran, pues hay espí­ritus que se rebelan por soberbia y no permiten ser ayudados.

En el nivel 5º de vibración espiritual hay mucha tarea. Se vive para Servir, con muchas entidades que sienten que la meta es compartir, que disfrutan el ver felices a otros, que gozan con la alegrí­a de los demás, pero no todo es dicha. Tambiíén se sufre por el dolor de aquellos que les domina el ego. Sufren por aquellos que sólo piensan en dominar.

Sabemos que el sufrimiento no es para siempre. Ya fue dictado que habrá una gran comunión con el Padre, sin perder la individualidad, para poder gozar en í‰l. Y así­ será.

Este dolor de los planos espirituales no tiene nada que ver con la angustia terrenal, como el dolor fí­sico. Es un dolor espiritual sublime, porque en la Luz no se sufre por uno, pues eso serí­a ego. En los planos superiores se sufre por los demás, al notar que la ignorancia les acarrea dolor. Los espí­ritus del Error sufren por su propio protagonismo y lo de Luz comparten ese pesar. Pero lo comparten con amor y tratan de aliviar la carga de cada espí­ritu. Lo mismo pasa con el ser humano encarnado. Cuanto más necesidades tiene, más sufrimiento genera. Les mandan Luz a su cuerpo causal, tratando de mitigar su protagonismo, mas íéste comete nuevos errores y, a su vez, sufre nuevos pesares.

El dolor que se siente en las vibraciones sutiles se soporta porque saben que siempre algún alma va a ser rescatada de su equivocación. Otras veces sucede lo contrario. Hay un espí­ritu que trata de elevarse y en determinado momento sale determinado engrama a flote y ese espí­ritu se retuerce en el rencor. Todo esto puede ser trasladado al plano fí­sico. Hay personas echan a perder en un instante años de crecimiento interior y no tiene nada que ver con la poca o mucha preparación espiritual que esa persona posea. Quizás en un momento determinado esa persona tuvo una duda, le invadió el ego, le asaltó una tentación, fue arrastrada a la confusión y eso hizo que se desviara del sendero de Servicio.

Para dar un ejemplo, la elevación espiritual es como la ascensión a una montaña muy escarpada. Recorres metros y metros de subida, sufres cortes y magulladuras. Y si das un paso en falso, te desbarrancas y pierdes todo lo ganado. Incluso puedes arrastrar a alguno de tus compañeros si estás atado a ellos. Igual que en el camino espiritual.

Es más fácil caer que ascender. Y las filas del Error se engrosan. ¿Se entiende entonces el dolor que genera eso a un espí­ritu de Luz?

Pero que no se mal interprete. No es un dolor que moleste e incomode. Al contrario, tomarí­an todo el dolor para si mismos si así­ pudieran aliviar un poco a aquel que sufre. Y se sabe que eso no puede ser. Porque el ser humano genera su propio dolor: las luchas por el poder, la ambición, la especulación, la indiferencia.
Algunos dirán: “La indiferencia es un mal menor”. Pero No es así­. Porque cuando un ser encarnado deja de preocuparse por su hermano, comienza a preocuparse por sí­ mismo. Y ahí­ empieza el sufrimiento, suyo y del semejante al que ignoró.

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Re: Sobre el Espí­ritu y su Evolución
« Respuesta #7 en: Mayo 14, 2010, 09:02:57 pm »
Los Lí­pikas:

Otras de las entidades de Luz al nivel de Fohat y Prana son los Lí­pikas. Estas entidades no son Energí­a Divina, sino Espí­ritus de Luz que guardan los registros kármicos en los archivos akáshicos. Estos anales son custodiados por El Cristo, el actual Logos Dimensional.


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Re: Sobre el Espí­ritu y su Evolución
« Respuesta #8 en: Mayo 14, 2010, 09:03:41 pm »
El Thetán:

Cientí­ficamente se sabe que el hombre se compone de tres partes:
1) Thetán (alma o espí­ritu);
2) Mente;
3) Cuerpo.
De las tres, obviamente, el Thetán es la entidad superior, ya que sin alma el cuerpo no tendrí­a animación ni mente, mientras que sin un cuerpo o una mente, el alma continúa teniendo animación y vida.

El tíérmino Thetán fue acuñado por L. Ronald Hubbard para referirse al alma o espí­ritu, y resulta más apropiado utilizarlo para erradicar la concepción errónea de que el hombre “tiene” un alma: el hombre “es” esa alma.

La palabra Thetán proviene de la letra griega theta que, en electroencefalografí­a, indica un ritmo cerebral más lento y predomina en el nivel de la percepción extrasensorial.

En el plano fí­sico, sólo un 10 % de nuestro Thetán anima nuestro cuerpo y nuestra mente. El otro 90 % se encuentra en un plano de vibración superior, el que nosotros llamamos el mundo espiritual.

Cuando desencarnamos seguimos existiendo como Thetán, ya que íéste es inmortal. En realidad, el Thetán no es el espí­ritu en sí­, completo, sino que es el 90% que queda en su plano de origen. Se llama thetán al espí­ritu cuando el mismo se halla “dividido”, un 10% encarnado y el otro 90% en su nivel, íéste 90% es el thetán. Cuando el espí­ritu está desencarnado ya no es encarnado ni thetán, sino espí­ritu, 100%, y se lo llama por su nombre. Jesús es Jesús. Todos los espí­ritus desencarnados tienen nombre. Es preferible que se le diga thetán a aquel espí­ritu que está encarnado: “El thetán de...”.


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Re: Sobre el Espí­ritu y su Evolución
« Respuesta #9 en: Mayo 14, 2010, 09:04:19 pm »
Comunicación:
Mediante la telepatí­a (propia o utilizando un míédium) es posible comunicarse con cualquier Thetán, encarnado o desencarnado. La comunicación del thetán con la parte encarnada se efectúa en forma de ideas en su campo mental y en su campo causal. En el primero de los casos, a la persona se le “enciende la lamparita” y capta la idea. En el segundo de los casos, la persona “toma conciencia” y se da cuenta de la verdadera trascendencia de la vida.

Lamentablemente, no en todos los casos ocurre esto. A veces estamos muy compenetrados en los problemas del plano fí­sico y, de alguna manera, descartamos esa orientación que nos brinda nuestro thetán. Digamos que la ignoramos... esto le pasa a la mayorí­a de los espí­ritus encarnados. Estamos tan “programados” para captar solamente las cosas del mundo fí­sico, que no nos es fácil la comunicación con la parte espiritual. Como se dice vulgarmente: Muy pocos escuchan la voz de la conciencia. Aunque muchos están en la búsqueda, la mayorí­a no sabe “quíé" buscar. El mensaje espiritual es algo que se lleva grabado en el inconsciente, pero es difí­cil “buscar adentro”.

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Re: Sobre el Espí­ritu y su Evolución
« Respuesta #10 en: Mayo 14, 2010, 09:05:30 pm »
Evolución Espiritual


Las únicas garantí­as de evolución espiritual son el Amor y el Servicio.

No todas las mentes están preparadas para captar lo que no quieren.. Hay una frase que viene al caso, “El que tenga oí­dos para oí­r, que oiga y el que tenga ojos para ver, que vea”. A veces es difí­cil “ver” u “oí­r” cuando hay tanto apego, que es el origen del sufrimiento en este mundo fí­sico. Hay mucho dolor y mucha equivocación, producidos por el apego, pero hay que insistir en la integración.

En el plano quinto hay una confraternidad tremenda. Pero en los niveles 2 y 3 están actualmente con tantos engramas como en el mundo fí­sico. Si el nivel material, no puede ser orientado por los planos espirituales que lo rodean, la pregunta obligada serí­a: ¿quíé hacemos, entonces? Porque la comunicación con esos planos del Error, ellos la utilizan para desestabilizar al ser humano y no para apuntalarlo. Es como si a un alumno su profesor no le pudiera enseñar. Para remediar esta situación todos los espí­ritus de los niveles 4 y 5 buscan orientar directamente a las personas del nivel 1. Porque en los niveles 2 y 3 hay caos.

La mayorí­a de los espí­ritus y los Thetanes de los seres encarnados están en el nivel 2, y es lógico, porque es el nivel al que van todos los espí­ritus que desencarnan con alguna deuda karmática. Es el nivel de más frecuencia de comunicación con el plano fí­sico.

El Absoluto es el creador de todos los planos, pero cada espí­ritu es responsable de habitar en cada uno de ellos. O sea, el sufrimiento de cada espí­ritu en los planos del Error son consecuencia de su propia conducta. Aquellos seres que han cometido excesos y han sido poseí­dos por una crueldad extrema, automáticamente descendieron al nivel negativo –2, para compartir el sufrimiento y así­ aprender del dolor del otro.

Puede haber espí­ritus en el nivel 4 de Maestrí­a que bajan por vocación de Servicio al nivel 2, como misión, para poder comunicarse con esos espí­ritus atormentados por sus luchas de poder. Tambiíén hay espí­ritus de Luz del plano 5 que, como ofrenda de Amor, orientan a las entidades equivocadas para que encuentren su camino. Así­ de simple.

Hay gente que busca un grupo espiritual para satisfacer su curiosidad y no para elevar su condición espiritual. En general es así­, se enteran que hay una nueva propuesta, van para ver de quíé se trata, satisfacen su curiosidad y se retiran. La mayorí­a de las personas se acercan a un grupo para obtener algo más provechoso que una enseñanza (Irónicamente hablando). No de cosas materiales pero, por ejemplo, muchos se acercan a un sacerdote sanador para ser curados de determinada dolencia. Otros piden por su familia o por trabajo. O para resolver determinado problema amoroso. O sea que la mayorí­a se acerca a determinada corriente espiritual para pedir... Y así­ se olvidan de dar... Eso tambiíén es ego. Hay otros casos: personas que están bastante elevadas y quieren cooperar con determinado grupo espiritual, pero luego compiten con otras personas para ver quiíén es más importante dentro de esa corriente espiritual. Los termina invadiendo la soberbia y al final se alejan. Es otra forma de ego.

No convendrí­a sin embargo que tratásemos de convencer a aquellos que les invade la soberbia y se alejan, no tendrí­a sentido, porque el bien no se impone, se propone. Caso contrario, esas personas que anteponen el figurar al dar, terminarí­an perjudicando al grupo o al entorno. Es una pena, porque íéste es un momento clave y trascendente en la humanidad, dado que al efectuarse el cambio de milenio, están dadas las condiciones para un cambio espiritual. Pero para que se efectúe ese cambio, es necesario que el ser humano tome conciencia de su camino evolutivo.


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Re: Sobre el Espí­ritu y su Evolución
« Respuesta #11 en: Mayo 14, 2010, 09:06:07 pm »
¿Por quíé se evoluciona a travíés del dolor y no del placer?
Porque hay una limitación en los seres creados. La cosa pasa por ahí­. Si hubiera solamente placer, como los seres son como criaturas, solamente aprenden con disciplina. Si a un niño lo dejas siempre jugar como si todo fuera un jardí­n de infantes, nunca va a hacer caso.

Es más fácil hacer una Creación con leyes coherentes, como la de gravedad, la de electromagnetismo, etc. El espí­ritu posible tiene que ser un espí­ritu imperfecto, y dentro de esta imperfección el aprendizaje es únicamente coherente a episodios de dolor. Sin el dolor no habrí­a evolución, porque el dolor, en este juego creado, es el mejor acicate para evolucionar.

En realidad, como Eón, el Absoluto, es ilimitado, no hay un espí­ritu posible, sino infinitos espí­ritus posibles. Pero estamos hablando del espí­ritu posible con menor esfuerzo, que es el que comienza limitado para que despuíés vaya evolucionando. Y el dolor es la forma más sencilla de aleccionamiento.

Pero como es lógico, esa misma limitación que tiene el espí­ritu lo hace evolucionar a travíés del dolor. Pero no tergiversemos las palabras: la Creación, en sí­, es gozo. Pero si dentro de la Creación hay seres que sufren, obviamente no hay gozo del Creador. El Creador, a travíés de sus “tentáculos”, empatiza con cada hijo, acompaña a cada hijo, le “duele” cada hijo que sufre.

Un ejemplo muy práctico de que la Creación en sí­ es gozo: una persona, en el plano fí­sico, tiene un nieto. Hipotíéticamente, ese nieto tiene que tener una operación menor, apíéndice, garganta, o lo que fuere. Y entonces lo llevan a operar. Su abuelo sabe que es una operación que no le va a dejar ninguna marca, ningún rastro. Es un ejemplo solamente. Imaginemos lo más í­nfimo, como una pequeña verruguita. Sabe que en ese momento sufrirá, pero a pesar de ello va a estar gozando sabiendo que despuíés va a estar mejor.

Correlativamente, si un espí­ritu sufre, obviamente que el Absoluto va a sufrir con íél, pero si con ese sufrimiento aprende, despuíés tambiíén va a gozar porque finalmente aprendió la lección. La Creación es gozo porque la Evolución en sí­ es gozo.


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Re: Sobre el Espí­ritu y su Evolución
« Respuesta #12 en: Mayo 14, 2010, 09:06:57 pm »
¿Va a dar tiempo a Evolucionar?
La Creación, en sí­, es perfecta, porque no puede contener errores. Estamos hablando de que se precisa un trecho muy grande, de Big Bang a Big Crunch, para que las razas verdaderamente se desapasionen de sus yoes.

Pero hay que entender que es muy difí­cil, hablando ahora de la Tierra solamente, que cuando el planeta llegue a su fin los espí­ritus que hayan encarnado en la raza evolucionen en su totalidad. Es muy difí­cil... no va a alcanzar el tiempo. Pero, como todaví­a faltan más de 25.000 millones de años para el Big Crunch, aun terminando la vida en la Tierra, los espí­ritus van encarnar en otros planetas hasta llegar verdaderamente a evolucionar. Ya está todo calculado, o sea que no es que va a faltar el tiempo. Aparte, Eón ya lo sabe.

¿Quíé capacidades de comprensión tendrá un espí­ritu dentro de 25.000 millones de años?
Un espí­ritu siempre va a tener la capacidad de comprensión de un espí­ritu. El espí­ritu evoluciona en bondad, en abstracción. Obviamente, va a tener más comprensión que ahora, pero la comprensión no va a ser una competencia. La comprensión va a ser una comprensión de lo abstracto.

Y aunque parezca risible, si tuviíéramos el tiempo para desconectarnos de la realidad y nos integráramos en el Absoluto, hoy mismo ya podrí­amos tener esa comprensión que tendremos dentro de 25.000 millones de años. Esto es así­ por que esa comprensión ya está dentro de nuestro espí­ritu. Así­ como dentro de cada organismo fí­sico hay una cadena de ADN, y esto es inmutable, así­ tambiíén dentro de cada espí­ritu está la comprensión desde que el espí­ritu fue creado.

Entonces, ¿Por quíé no hacemos clic y la sacamos ahora…? Simplemente porque no creemos que somos capaces de lograrlo, simplemente por eso. La falla está en nosotros pues lo podrí­amos lograr hoy mismo.

El caso es que un espí­ritu es siempre un espí­ritu –hasta la Singularidad- y sólo evoluciona en cuestión de Servicio. Puede haber una mayor comprensión pero siempre dentro de lo normal en los espí­ritus, no mayor a lo que podrí­amos alcanzar hoy dí­a.
Grados de Evolución Espiritual
/ oscuridad / luz / maestrí­a /

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Re: Sobre el Espí­ritu y su Evolución
« Respuesta #13 en: Mayo 14, 2010, 09:07:52 pm »
En los comienzos de la historia de la humanidad, los hombres prehistóricos se manejaban de manera totalmente instintiva, con una tremenda violencia, que usaban incluso hasta para aparearse con la hembra, llegando a someterla por la fuerza para satisfacer su necesidad fisiológica.

Se dice que vinieron grandes Maestros de un planeta del sistema de Orión hasta las tierras de Egipto, dejaron sus enseñanzas y la humanidad comenzó a evolucionar. Tambiíén se dice que alguno de los faraones eran seres de aquella civilización extraterrestre y por eso fueron considerados dioses por los hombres de aquella íépoca. Desgraciadamente, muchas de esas enseñanzas cayeron en manos de algunos sacerdotes con ansias de poder, que usaron ese conocimiento para someter a sus semejantes. Otros sacerdotes de espí­ritu más elevado sirvieron a la Luz y guardaron esa sabidurí­a bajo escritura jeroglí­fica, para que no sea fácil de descifrar por las personas que sirviesen al Mal.

Uno de esos grandes Maestros venidos de Orión era Thot, que fue considerado el dios tutelar de la ciudad de Hermópolis, dios lunar, señor de la sabidurí­a, inventor de las ciencias, de las artes y de la ya nombrada escritura jeroglí­fica. El pueblo griego lo conocí­a como Hermes Trismegisto. De esta forma griega de denominar a Thot proviene el tí­tulo de los Libros hermíéticos, aplicado a 42 tomos sagrados de sabidurí­a egipcia. Una de las sociedades que estudian esas ciencias ocultas es la Orden Hermíética del Alba de Oro (Hermetic Order of The Golden Dawn), fraternidad inglesa fundada en 1887, por miembros de una Orden de carácter Rosacruz.

La creación siguió su curso y, para seguir apuntalando espiritualmente al ser humano, llegaron a encarnar grandes Maestros de la Luz: Moisíés, profeta hebreo, cuyo verdadero nombre se dice que era Osarsiph y habrí­a sido iniciado en los Misterios de Heliópolis. El patriarca Enoch, a quien se le atribuye el llamado Libro de Enoch, en donde íéste cuenta sus mí­sticas y simbólicas visiones. El profeta Elí­as, que fue enviado por Jehová, uno de los elohim, para unir a las familias y sembrar el amor en todas las comunidades de aquella íépoca tan oscura.

Y al final vino el Maestro Jesús, que enseñó la religión sin religión, que predicó el Amor con mayúsculas, que clamó tantas veces que al Padre se lo encuentra en el interior del hombre, no en la cima del monte ni en la sinagoga. Eran palabras muy avanzadas para aquella íépoca, incluso para este tiempo. Muchas personas todaví­a viven en una búsqueda infructuosa, ávidas de diálogo personal con el amante Dios y tratan de buscarlo en una imagen, en un santuario, mientras siguen con su egoí­smo cotidiano, sin ver más allá de sus narices. Preocupándose poco y nada por su prójimo, y pensando que más tarde, con un poco de arrepentimiento, la tarea ya estarí­a hecha. No se dan cuenta que así­ lo toman a Dios por un tonto, queriendo engañarlo, como si í‰l no estuviera dentro de cada uno de nosotros.


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Re: Sobre el Espí­ritu y su Evolución
« Respuesta #14 en: Mayo 14, 2010, 09:08:28 pm »
El Maestro Jesús nos dejó una provechosa enseñanza, dio conceptos para los seres de oscuridad y tambiíén para los que empiezan a asomar a la Luz. Ya hay seres encarnados que están en el grado 2 de evolución, el grado donde comienza la maestrí­a.

Actualmente hay 7 elohim trabajando. Estas jerarquí­as son las únicas que quedan de las originales 72, y siguen creando espí­ritus que comienzan el camino evolutivo por el grado 9. Jesús, el Gran Maestro de la Luz, movilizó la conciencia espiritual y consiguió que muchos espí­ritus del grado 6 pasaran al grado 5, o sea, de la Oscuridad a la Luz.
Hay Maestros de Luz que trabajan en este plano material, así­ como hay Espí­ritus de Luz que operan en los planos espirituales. Hay seres humanos que ya están en los grados 2 y 3 de maestrí­as y reconocen que cada dí­a es más difí­cil evolucionar estando encarnados. En los planos espirituales de Luz tambiíén se sigue evolucionando, pero al no existir el ego es mucho más fácil dicha evolución. De todas maneras, los espí­ritus encarnados no estamos tan desamparados como pensamos, pues los ángeles vienen a proteger y orientar al ser humano. Aparte, los Maestros de Luz tienen la misión de apuntalar al hombre para que no retroceda en su evolución.

El ego es un tremendo lastre para que el ser humano se eleve espiritualmente. Algunos se dicen “Maestros”, sin saber que en muchos casos ni 50 años de “maestrí­a terrenal” alcanzan para llegar a los grados 2 y 3.
Los que no están en los dos primeros ciclos son aprendices, pero no todos son buenos discí­pulos. La base para comenzar a ser un destacado discí­pulo es el Amor, con el respaldo del Conocimiento, el Respeto y la Humildad... sin dejar de lado el Servicio. Por eso no hay que ser reticentes en dar Conocimiento.

Los exámenes en estas categorí­as espirituales se pagan con lágrimas.