Por Santiago Niño Becerra.
Uds. saben que siempre he manifestado que lo que ahora estábamos viviendo era la precrisis que comenzó en Septiembre del 2007 -cuando se puso de manifiesto el affaire de las subprime- y que se extendería hasta mediados del año en curso cuando finalizasen los programas de ayuda y estímulo; conceptualmente continúo pensando lo mismo, pero pienso tambiíén que ahora, en estos momentos, la situación está dando un salto cualitativo fundamental. Estamos en un momento en el que todo queda viejo en el mismo momento en que ha sido dicho debido a que los acontecimientos nos están superando; ya, ya: es culpa nuestra porque pusimos en marcha un mecanismo que no se comprendía, o si; un mecanismo cuyos efectos y consecuencias no podían preverse, o si; pero lo único importante es que esos efectos, esas consecuencias ya nos han alcanzado: y están aquí. Ya hemos llegado a un lugar en el que nada tiene sentido. Da igual lo que se haga: será otro paño caliente, otro ganar unos días más hasta que tan sólo sean unas horas. Tanto da donde pongamos el punto de mira: en la economía postglobal todo es uno. Mientras suena la música se está dando vueltas a una mesa de la que se han quitado las sillas. Ayer fueron tales medidas, mañana serán otras, o una vuelta de tuerca, u otro recorte. Pero el problema es la deuda, la deuda total, la deuda del Estado, la de los entes locales, la de las entidades financieras, la de las familias, la de las empresas; en España, y en Uruguay, y en Camboya y en USA, y en Dubai.
Se continuarán haciendo cosas, ¡claro!, pero ya da igual lo que se haga porque lo que se haga se hará siguiendo las páginas de un manual que ya está obsoleto, desgastado de tanto aplicar unas recetas que ya no sirven, que ya no sirven para resolver los problemas a los que nos han llevado esas recetas que tanto propiciaron crecer. Ya da igual lo que se haga: quienes tienen que creerse que toda la deuda puede ser pagada no se lo creen porque no pueden creerlo: ellos tambiíén tiene deudas acreedoras y deudoras, pero quieren aparentar que lo creen porque hay que continuar dando vueltas a la mesa mientras la música continúe sonando.
Da igual lo que se haga, en Europa o en USA, en Japón o en Brasil: en una metástasis la única forma de acabar con el problema sería modificar la información que rige el funcionamiento de ese organismo enfermo; aquí y ahora: hace falta un manual nuevo. ¡Las ideas se han agotado!: es preciso un manual nuevo.
¡La tendencia!. Las Bolsas declinarán, y lo harán los precios porque el consumo caerá, porque lo harán las rentas, porque la deuda, mientras sea, continuará estando ahí, y ya no hay críédito al que recurrir porque a la confianza se la ha llevado el viento.
A mediados de año, si, pero en verdad la crisis ya ha comenzado.