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Autor Tema: El Alquimista Que No Murió  (Leído 853 veces)

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El Alquimista Que No Murió
« en: Junio 07, 2010, 07:46:32 pm »
Nicolas Flamel
* Pontoise 1330, † Parí­s 1417
El Alquimista Que No Murió
La vida de Nicolás Flamel es una parábola perfecta sobre la búsqueda alquí­mica. Su sencilla y bella trama parece sacada de un cuanto de hadas. Un cuento escrito sobre el papel del tiempo con su propia vida.

Tal como en los cuentos, en los que personajes muchas veces insignificantes, son tocados por la fortuna; Flamel, un notario oculto en la Parí­s del siglo XIV, recibe en el año 1357 por designios que en principio íél mismo no logra comprender, un misterioso libro que le cambiarí­a la vida. Este es "El libro de las figuras jeroglí­ficas", el libro jeroglí­fico de Abraham el judí­o. De esta manera comienza un recorrido que lo llevará a la concreción de la gran obra y la obtención de la piedra filosofal.

Según lo explica Eliphas Levi en su "Historia de la Magia" el libro que le fue entregado a Flamel estarí­a inspirado en las Claves del tarot, con el cual posee profundas analogí­as y serí­a así­ mismo una traducción jeroglí­fica del cabalí­stico Sepher Yetzirah. Este libro estarí­a aún hoy enterrado en la base del campanario de la iglesia de Saint-Jacques.

Como lo relata el mismo alquimista, este adquiere el libro por un pequeño precio, dos guineas. El mismo estaba escrito en una lengua que íél no logra comprender sobre hojas de finas cortezas de árboles jóvenes. Así­, tratando de descifrar el sentido de las figuras que este contení­a, pasa 21 años de su vida, junto con su esposa Petronila, conocida como la Perenelle, hasta partir al igual que muchos alquimistas, en peregrinación hacia la tumba de Santiago Apóstol en Compostela, España. Es de regreso de este viaje iniciático que Flamel conoce a quiíén le revela el sentido operativo de su libro. Flamel se cruza, por otra de las misteriosas vueltas del destino de que tan plagada está su vida, con un míédico de ascendencia judí­a que profesaba el cristianismo, el maestro Canche. Gracias a la guí­a de Canche, Flamel y la Perenelle luego de otros tres años de trabajo en su laboratorio parisino, logran la transmutación metálica de mercurio en oro. Por tres veces realiza esta operación según íél mismo lo relata, con idíénticos resultados.

"Yo transformíé efectivamente el mercurio en casi la misma cantidad de oro corriente. Puedo decir esto en honor a la verdad. Realicíé la obra por tres veces con la ayuda de la Perenelle"...

Fruto de esta transmutación son las obras de caridad que Flamel realizó en Parí­s fue la fundación de catorce hospitales, siete iglesias y tres capillas.

Flamel es desde entonces la imagen fiel del autentico alquimista. La vida del alquimista francíés muestra a las claras que es el oro lo que el artista persigue, pero no la moneda. Que la búsqueda alquí­mica requiere verdaderamente de una transformación interior, de una muerte y resurrección y que en al alma de quien ha encontrado el gran arcano habita la luz de la caridad.
 



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Re: El Alquimista Que No Murió
« Respuesta #1 en: Junio 07, 2010, 07:47:34 pm »
El camino de Flamel es un camino recorrido en el secreto y la intimidad de su laboratorio, solo acompañado de su compañera mí­stica. Pero las obras del parisino se han visto a la luz del dí­a.

Es condición de la búsqueda alquí­mica un sincero desprendimiento y una profunda falta de ambición de bienes materiales.

La tradición reconoce en Flamel al iniciado que ha alcanzado la piedra y el elí­xir gracias al cual ha superado los lí­mites psicofí­sicos conocidos por el hombre común, y mucho más al hombre moderno, llegando a contar con cientos de años de vida.

Así­ es como en el siglo XV, el conde de Saint-Germain aseguraba haber conocido a Flamel y Karl Christoph Halle asegura haberlo encontrado con vida en la India, ¡cerca del año 1830!

Pero otros alquimistas han alcanzado este estado del alma que transfiere al cuerpo capacidades espirituales.

Muchos han creí­do ver en Fulcanelli, el adepto desconocido autor de "El misterio de las catedrales" y "Las moradas filosofales" a Flamel aun vivo en el siglo XX.