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Autor Tema: El control digital del hogar ahorra energí­a  (Leído 924 veces)

nico

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El control digital del hogar ahorra energí­a
« en: Abril 07, 2008, 04:29:58 pm »
Un estudio del departamento de energí­a de EE UU concluye que en 20 años podrí­a ahorrarse 45.000 millones de euros

Dar a los consumidores el medio para controlar con precisión y ajustar su consumo de energí­a disminuye el recibo mensual y podrí­a reducir significativamente la necesidad de construir nuevas centrales elíéctricas, según un estudio llevado a cabo por el Gobierno.

Los resultados del proyecto de investigación realizado por el Pacific Northwest National Laboratory, del Departamento de Energí­a estadounidense, publicados en enero, dan a entender que si las familias disponen de herramientas digitales para establecer preferencias de temperaturas y de precio, las cargas máximas sobre las redes elíéctricas podrí­an disminuirse hasta un 15% anual.

En un periodo de 20 años, esto podrí­a ahorrar 45.000 millones de euros de gasto a las centrales y a las infraestructuras elíéctricas, y evitar la necesidad de construir el equivalente a 30 grandes centrales tíérmicas, según afirman los cientí­ficos del laboratorio federal.

El proyecto de demostración ha puesto a prueba tanto el comportamiento de los consumidores como el de la nueva tecnologí­a. Los investigadores querí­an descubrir si la capacidad de vigilar el consumo de manera constante harí­a que los consumidores ahorrasen energí­a, del mismo modo que algunos estudios han demostrado que caminamos más con un podómetro que nos cuente los pasos.

En la pení­nsula Olympic, al oeste de Seattle, se equiparon 112 viviendas con termostatos digitales y controladores informáticos en los calentadores de agua y en las secadoras de ropa. Estos controles se conectaron a Internet.

Las familias podí­an visitar un portal de Internet para comprobar la temperatura de su vivienda y cuántos grados deseaban subir o bajar dicha temperatura. Tambiíén indicaban su nivel de tolerancia a la fluctuación del precio de la electricidad. En efecto, a las familias se les pedí­a que decidiesen en quíé medida estaban dispuestos a cambiar ahorro por comodidad.

Resultó que las familias pronto se convertí­an en participantes activos en la gestión de la carga sobre la red elíéctrica y sus propios recibos. "En algunos momentos me sorprendió la respuesta de los clientes", dice Robert Pratt, cientí­fico titular del Pacific Northwest National Laboratory y director de programa para el proyecto. "Demuestra que si a los clientes se les dan herramientas sencillas y un incentivo, hacen esto".

"Y cada familia" añade Pratt, "no tiene que hacer mucho, pero si algo así­ se puede sumar a gran escala, los ahorros en inversiones que no tendremos que hacer serán enormes".

Tras realizar algunas pruebas con las familias, los cientí­ficos decidieron no mostrar a los consumidores demasiadas cifras y tampoco una información constante sobre precios. En el portal de Internet, a los clientes se les presentaban iconos gráficos para fijar y ajustar.

Tras los ajustes más bien sencillos de los consumidores se ocultaba un mercado vivo y muy complejo.

Cada cinco minutos, las familias y las empresas de servicios locales compraban y vendí­an electricidad, y los precios fluctuaban constantemente en cantidades diminutas a medida que cambiaba la oferta y la demanda en la red.

Las familias participantes en el proyecto de demostración ahorraban de media un 10% en su recibo mensual.

Los programas de ahorro prometen reducir la factura de combustibles y el daño al medio ambiente en Estados Unidos, si se puede convencer a los consumidores de que usen la energí­a de manera más inteligente. Aun así­, la gran cuestión entre los economistas y los expertos en energí­a es cómo adaptar los incentivos para fomentar cambios en el consumo energíético.

Algunos expertos afirman que el único modo de avanzar de verdad a la hora de ahorrar energí­a en los hogares es con subvenciones perceptibles y con criterios de calidad de producto obligatorios.