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Autor Tema: El BCE no subirá el precio del dinero hasta finales de 2011  (Leído 276 veces)

Eguzki

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El BCE no subirá el precio del dinero hasta finales de 2011
« en: Noviembre 04, 2010, 07:21:31 am »
Europa acumula diecisiete meses con los tipos en mí­nimos, o dieciocho, si se tiene en cuenta que no se espera que el BCE mueva ficha. En el horizonte se divisan, como mí­nimo, otros catorce meses sin movimientos en el precio del dinero. Mientras tanto, Estados Unidos continúa con la polí­tica expansionista, y tanto las economí­as emergentes, como algunos paí­ses desarrollados mueven las fichas de las subidas.

Tras la reunión de la Fed, que continua apostando por la flexibilización económica, les llega el turno al Banco Central Europeo (BCE) y al Banco de Inglaterra. En principio, la decisión del organismo monetario americano no deberí­a afectar al europeo más que por el hecho de que “vivimos en un mundo un los tipos de cambio flexible”, como reseña Josíé Carlos Dí­ez, economista jefe de Intermoney.

Asimismo, Josíé Luis Martí­nez Campuzano, estratega de Citi en España, asegura que no concibe “una relación en la gestión de la polí­tica monetaria entre Estados Unidos y Europa. Con los mismos problemas de fondo, pero de diferente intensidad”.

Iván Comerma, director del área de tesorerí­a y valores de Banca Internacional-Banca Mora (BIBM), añade, además, que la reciente victoria de los conservadores en Estados Unidos, pone presión a las nuevas medidas de flexibilización cuantitativa (Quantitative Easing 2, o QE2, según sus siglas en inglíés) de la Fed, así­ como a la expansión del gasto publico en Estados Unidos. “Esto supone un riesgo serio a la recuperación económica en Estados Unidos, y creo que en el 2011, hablaremos de polí­ticas de austeridad en este paí­s”, asegura.

División interna
En cualquier caso, al BCE le favorece que sea Estados Unidos quien tome el camino heterodoxo en lo que a polí­tica monetaria ser refiere, con inyecciones masivas como la de ayer de la Fed. “Esto evita que el BCE tenga que tomar medidas para las que ni esta preparado ni para las que va a haber consenso”, destaca Comerma.

En ese sentido, hay que tener en cuenta que si Alemania prefiere la austeridad, los paí­ses perifíéricos apuestan por medidas similares a las de la Fed. O lo que es lo mismo, la división dentro del BCE es cada vez más evidente. Y es que para ver subidas de tipos en Europa habrí­a que esperar a que la economí­a alemana u otras de peso, como la francesa, entren en un proceso de crecimiento sostenido y sostenible, como menciona Ví­ctor Alvargonzález, director general de Profim.

Pero para que esto se produzca deberí­a pasar un año como mí­nimo. “Aún así­ está por ver si ese crecimiento genera tensiones inflacionistas, porque no tiene porquíé ser así­â€. Y si no se producen tales tensiones, prosigue Alvargonzález “es posible que el BCE se relaje un poco y espere algo más de tiempo, dado que paí­ses como España o Grecia tardarán mucho más tiempo en volver a la senda del crecimiento y una subida de tipos darí­a la puntilla a sus maltrechas, y probablemente deflacionistas, economí­as”.

Sin subidas en el horizonte
Todo esto hace que se dilate la polí­tica de tipos bajos instalada en Europa desde que en mayo de 2009 tocaran su mí­nimo histórico en el 1%. Hasta el punto de que Martí­nez Campuzano no espere subidas de tipos hasta el último trimestre de 2011. Además, estás serí­an “de escasa magnitud, no más de 0,25 puntos básicos”.

Una de las variables de ajuste de los tipos será el euro, según coinciden todos los expertos, que tampoco avistan subidas hasta finales de 2011. “Con un euro a 1,40 dólares, y con posibilidades de 1,50 en breve según indican los analistas, los tipos no van a tocarse en el costo plazo, y yo dirí­a que durante todo el 2011”, puntualiza Iván Comerma.

Desde Profim tambiíén alejan rotundamente del horizonte cualquier tipo de encarecimiento del precio del dinero en Europa. “Ninguna economí­a europea está ni necesitada, ni en condiciones de subir tipos de interíés”, apunta su director general, que se muestra aún más tajante al manifestar que según su firma “el BCE lo que tendrí­a que hacer es bajarlos”, puesto que “su misión es mantener la estabilidad de precios, lo que significa que tambiíén deberí­a estar vigilante ante el peligro de deflación, como hace la Fed, y no estar tan obsesionado con una inflación inexistente”.

El discurso que se espera del BCE no depara muchas sorpresas y todo apunta que será el mismo de las últimas reuniones y, por tanto, estará centrado en vigilar la inflación. Ahora a lo que habrá que estar atentos es a cómo y a quíé ritmo se retirarán las medidas extraordinarias de liquidez. “Aquí­ tampoco espero sorpresas”, dice Iván Comerma, “simplemente una retirada paulatina, ya que es evidente que el mercado interbancario y la financiación mayorista todaví­a no esta restaurada”,

Es decir, Europa va a un ritmo diferente que Estados Unidos, donde apuestan por una polí­tica expansionista que fomente el crecimiento económico, como ayer demostró la Fed, según explican desde Intermoney. “Deberí­a haber una coordinación de polí­tica monetaria, pero no la hay”, indica Dí­ez.

Dos caminos para dos velocidades
“La economí­a mundial se presenta en dos velocidades”, señala Josíé Luis Martí­nez Campuzano, y “esto es positivo si facilita los ajustes de los desequilibrios externos”. Y es que mientras que en Estados Unidos se continúa flexibilizando la economí­a, otros paí­ses como los emergentes, e incluso, algunos desarrollados ya están subiendo los tipos.

Los casos más recientes que reflejan esto son los de Suecia, Australia o la propia India, que han subido los tipos en la última semana. “Las economí­as emergentes están en otra guerra”, apunta Ví­ctor Alvargonzález. En el caso de Australia “es algo más que una economí­a emergente, pero depende mucho de las economí­as emergentes”.

El director de Profim tambiíén explica que “el cuadro macroeconómico de las economí­as emergentes es justo el contrario del de las economí­as desarrolladas. Donde aquí­ hay recesión o crecimiento puramente testimonial allí­ hay crecimiento robusto. En las economí­as desarrolladas la inflación no es un problema y en cambio la deflación podrí­a serlo. En las economí­as emergentes el problema es la inflación. Y suma y sigue, desde en temas presupuestarios hasta creación de empleo”.

Desde Intermoney, Dí­ez añade que al igual que la entrada en la recesión estuvo sincronizada, la salida no lo está siendo. “Los emergentes salieron antes de la crisis. Estos paí­ses están influidos por la demanda de las materias primas y la subida del precio de las mismas, a la vez que por el proceso de normalización de los tipos de interíés. Buscan polí­ticas neutrales para evitar tensiones inflacionistas”. Por el contrario, al margen de los paí­ses cuya economí­a está más boyante y donde están encareciendo el precio del dinero, “no hay tipos altos, ni se esperan que suban”, concluye.