Por... BARRY HATTON
LISBOA -- El ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva le recomendó a los políticos de Portugal que no acepten el rescate financiero, pero el país europeo afrontaba el martes nuevos apremios financieros, luego que Standard & Poor's le redujo la calificación a los bonos portugueses por segunda ocasión en seis días.
Los bonos quedaron apenas un punto arriba del nivel basura. Esta calificación elevará el costo del dinero para Portugal en los mercados internacionales, donde los inversionistas nerviosos consideran al país una apuesta peligrosa.
Lula afirmó que aun cuando Portugal se encuentre al borde de la quiebra financiera debe abstenerse de aceptar la asistencia del fondo de rescate financiero europeo y del Fondo Monetario Internacional.
El rescate financiero acarreará a Portugal más medidas de austeridad y le reducirá el crecimiento, apuntó.
El gobierno en Portugal dispuso reducciones de sueldos y alzas de impuestos que suscitaron de inmediato una oleada de huelgas y un deterioro del nivel de vida en el país. Los empleados del metro paralizaron el martes sus actividades en Lisboa.
"El FMI no resolverá los problemas de Portugal, tal como ocurrió en Brasil", expresó Lula la noche del lunes durante su viaje a Portugal. "Cada vez que el FMI intenta ocuparse de las deudas de los países, crea más problemas que soluciones", apuntó el ex mandatario.
Portugal es uno de los estados más pequeños y una de las economías más díébiles entre las 17 naciones de la eurozona.
Standard & Poor's dijo que redujo la calificación a la deuda soberana de Portugal de BBB/A-2 a BBB-/A-3. La agencia calificadora afirmó que el abultamiento enorme de la deuda y las perspectivas poco propicias para el crecimiento de Portugal podrían obligar al país a que recurra a un rescate financiero.
Según los expertos, Portugal podría necesitar un rescate financiero de hasta 80.000 millones de euros (113.000 millones de dólares).
A la fecha, Portugal ha sido renuente a aceptar la asistencia como le recomiendan que haga los otros países europeos, aun cuando sus penurias financieras se agravaron con la renuncia del gobierno ocurrida la semana.