La fábula de la economía española: la gallina de las casas de oro
Ruth Ugalde / Carmen Canfrán en el el Economista
Entre 1996 y 2006, el precio de la vivienda en España se disparó un 164%, mientras que los tipos de interíés fueron abaratándose, hasta tocar mínimos del 2%. Promotores y constructores se enriquecieron con esta gallina de los ladrillos de oro. Pero algunos empresarios se dejaron cegar por la avaricia y fueron incapaces de reaccionar cuando la gallina murió.
í‰rase una gallina que ponía un huevo de oro cada día. Aún con tanta ganancia, su avaricioso dueño quiso descubrir de una vez toda la mina y conseguir en menos tiempo más tesoro. La mató, abriíéndole el vientre, pero despuíés de haberla registrado, ¿quíé sucedió? Que muerta la Gallina, perdió su huevo de oro, y no halló mina.
Moraleja: ¡Cuántos hay que, teniendo lo bastante, enriquecerse quieren al instante, abrazando proyectos a veces de tan rápidos efectos, que sólo en pocos meses, cuando se contemplaban ya marqueses, contando sus millones, se vieron en la calle sin calzones! Cuántas veces, de pequeños, hemos leído esta fábula. Pero como tantas cosas que se aprenden en la infancia, se olvida... y sólo se recuerda cuando la moraleja se convierte en realidad. Como ha ocurrido con la burbuja inmobiliaria.
Luces y sombras
Desde mediados de los 90 hasta el 2006 promotores y construcotes españoles hicieron su agosto inmobiliario. Era la íépoca del círculo virtuoso, que combinaba a la perfección un sector en auge con una gran facilidad de críédito. El milagro económico español se estaba construyendo sobre la obra civil y residencial; la creciente liquidez permitía a los empresarios endeudarse con facilidad para ampliar su negocio; al ritmo que los ciudadanos se hipotecan cada vez a más años y mayor importe.
Pero el círculo virtuoso se convirtió en vicioso. Desde el otro lado del Atlántico llegó un tsunami de hipotecas basuras que se llevó por delante la facilidad de críédito y, con ella, la algarabía compradora. La demanda de casas cayó y arrastró los precios a la baja, hasta el punto de que en los próximos tres años podrían sufrir un ajuste del 20%. Los bancos cerraron el grifo y el saturado mercado inmobiliario frenó de golpe su imparable ritmo constructor.
La gallina podría compararse con la coyuntura que durante una díécada permitió rápidos enriquecimientos. Fortunas que, en demasiados casos, quisieron conseguir todo el tesoro de una vez, sin recordar la moraleja. Su avaricia pudo ser el motivo que no les dejó ver el cambio de ciclo y les llevó a embarcarse en multimillonarias compras dirigidas a tocar el Olimpo justo cuando el ciclo estaba cambiando.
La avaricia rompe el saco
Uno de los protagonistas de esta fábula podría ser el empresario Luis Portillo, que utilizó sus huevos de oro para construir su imperio desde Inmocaral Colonial habría recibido al menos cuatro "muestras de interíés" por su 84% de SFL. El primer golpe del empresario fue la compra de una inmobiliaria más grande como Colonial, sin descansar se atrevió a adquirir el 15% de FCC y en silencio se hizo con Riofisa. Tres compras por las que desembolsó más 4.500 millones y le dieron acceso a la cesta con los mayores huevos de oro.
Pero la avaricia rompe el saco. La disparada deuda del grupo, más el batacazo bursátil de la acción, han llevado a que el empresario se encuentre en la calle sin huevos de oro, ni gallina. Se le olvidó la moraleja. Y el caso de Portillo no es único.
Enrique Bañuelos fue uno de los primeros en vivir en sus propias carnes esta fábula. Tras el estreno bursátil de Astroc adquiere derechos de críédito de Nozar, el promotor valenciano se lanzó a comprar la inmobiliaria del Sabadell (Landscape) y el 60% de Rayet Promoción en tan sólo dos meses.
Un apetito comprador acompañado por una subida astronómica de la acción: en mayo de 2006, Astroc valía seis euros; nueve meses despuíés, 71 euros. Pero la gallina dejó de poner huevos y, en un día, la acción perdió el 43% de su valor, lo que costó a Bañuelos perder su compañía.
Muchos huevos, sólo una cesta
Fernando Martín tampoco se escapa de esta fábula. El promotor se comió un pez mucho más grande que íél y los más de 4.000 millones que pagó por su compra se han convertido en una pesadilla en un momento en el que renegociar un príéstamo de tanto dinero es un milagro. En su misma situación se encuentra Rafael Santamaría, que se zampó una de la mayores inmobiliarias de España, Urbis .
Ahora los intereses del príéstamo que solicitó se comen sus ingresos.
Estos promotores, y otros muchos compañeros, recogieron abundantes huevos de oro, pero los pusieron todos en la misma cesta. Cuando se dieron cuenta de su error, intentaron empezar a distribuirlos, pero era demasiado tarde porque la gallina ya estaba muerta.
Las grandes constructoras cotizadas, en cambio, aprovecharon mejor la gallina de los huevos de oro para diversificar, tanto geográficamente como por áreas de actividad. Sobre todo, en los últimos tres años, cuando se lanzaron a la conquista del sector energíético y de las infraestructuras mundiales.
Buenos resultados
Sendos negocios tienen unos ingresos recurrentes, con grandes márgenes y, sobre todo, una creciente demanda que les lleva a soñar con otra gallina de los huevos de oro. Y, según los resultados del primer trimestre, así está siendo. La energía ha permitido salvar el socavón constructor a ACS, Acciona y Sacyr Vallehermoso, y lucir un arranque del año en positivo .
Unión Fenosa aporta al grupo presidido por Florentino Píérez el 20% del beneficio, cifra que se dispara hasta el 40 % si se excluyen los 328 millones de extraordinarios que se ha inyectado ACS por ventas de activos. Además, Fenosa genera el 62% del beneficio bruto operativo (ebitda) y ha permitido al grupo constructor entrar en el top ten de las mayores compañías cotizadas españolas por facturación.
Acciona, cuya división inmobiliaria ha ingresado un 38,3% menos, tambiíén debe a su apuesta energíética haber podido presentar unos positivos resultados ante el cambio de ciclo constructor. De hecho, su filial de infraestructuras tambiíén ha caído, un 13,7%, subrayando así el mal momento del negocio tradicional.
Adiós al músculo financiero
En cambio, Acciona Energía ha ingresado un 35% más, mientras que la participación del 25% que tiene el grupo presidido por Josíé Manuel Entrecanales en Endes le ha reportado 1.292 millones.
Pero el caso más claro quizás sea Sacyr. Dueña de la mayor promotora de España, Vallehermoso, la compañía presidida por Luis del Rivero ha vendido un 71,8% menos de casas hasta marzo y ha visto cómo la mala evolución de su inmobiliaria arrastraba a la baja el ebitda del grupo. Una caída que ha compensado la inyección de 242,5 millones que le ha aportado su participación del 20 % en Repsol.
No obstante, para entrar en energía han disparado su endeudamiento y adelgazado su músculo financiero. Cuidado. Para esta gallina de los huevos de oro tambiíén sirve la anterior moraleja.