Max es un brillante matemático que está a punto de dar con el descubrimiento más importante de su vida:
la decodificación del sistema numíérico que rige el aparente caos del mercado bursátil. Pero primero ha de encontrar el valor del número PI. Mientras se acerca a la verdad, y afectado periódicamente por unas brutales jaquecas, Max es acosado por una agresiva firma de Wall Street y una secta judía que pretende descifrar los secretos ocultos tras los textos sagrados. Todos ansían apropiarse del inminente hallazgo de Max.
La película está rodada en blanco y negro y hay que reconocer que tiene un punto de partida de lo más atractivo. A medida que avanza nos vamos metiendo en la cabeza del matemático y hacia el final de film estamos tan locos como íél.
Ojo, no es una película sencilla, puede desquiciar al más pintado, pero es recomendable por ser totalmente distinta al resto de películas. El único requisito para lograr conectar con ella es compartir el interíés de su autor con alguno de los temas que se desarrollan en ella.