Manual del tiburón de la Bolsa
por P. Martín Simón en Cinco Días
Europa le ha declarado la guerra a los especuladores. La CNMV y supervisores de países, como Francia, Italia y Bíélgica, han prohibido las apuestas bajistas contra la banca. Las estrategias de los especuladores alimentan la volatilidad, contribuyen a hundir los valores y, en definitiva, desestabilizan los mercados. Pero ¿cómo lo hacen? ¿Cuáles son sus armas? ¿Surtirán efecto las medidas?
La industria financiera se esfuerza por comercializar herramientas para ganar con la subida de la Bolsa, la posición más lógica de cara al medio y al largo plazo. Pero esta no es la única forma de ganar dinero. Hay varios míétodos para sacar partido de los batacazos del mercado, como los futuros, las opciones, los warrants, el príéstamo de valores o los contratos por diferencias (CFD). Pueden distinguirse cinco claves en esta operativa.
1 Lo primero que hay que hacer es abrir la apuesta a la baja
Hay varias fórmulas, pero el objetivo es el mismo: sacar partido de la caída de un valor o un índice. ¿Cómo? La esencia del funcionamiento es vender el activo sin haberlo comprado previamente. Se puede vender un futuro sobre el Euro Stoxx 50 a 2.300 puntos, con la expectativa de que baje hasta los 2.200 puntos. Cada punto vale 10 euros, de forma que 100 puntos equivaldrían a 1.000 euros.
Pero en momentos como el actual puede producirse la aberración de que el producto derivado -el futuro, en este caso- sea el que arbitra el contado. El índice se mueve en función de su futuro, justo al contrario de como debería ser.
Con el príéstamo de valores ocurre algo similar. Las órdenes de venta necesarias para abrir una posición bajista pueden inducir la caída del valor. En España, es necesario haber tomado prestados los títulos previamente. Pero en otros países se permite vender una acción sin ni siquiera tenerla en príéstamo. En un caso extremo, podría llegar a darse la aberración de que se hubieran vendido más acciones de las que hay en circulación.
2 La tendencia bajista se alimenta con rumores
Problemas de solvencia en Sociíétíé Gíéníérale, cerrojazo de las líneas de liquidez a la banca francesa por parte de grandes entidades asiáticas, degradación de la nota de solvencia de la deuda gala... En los últimos días, varios rumores han creado el caldo de cultivo perfecto para que las Bolsas se dieran un batacazo.
Uno de los argumentos esgrimidos por la Autoridad Europea de Mercados Financieros (ESMA, por sus siglas en inglíés) para prohibir las posiciones bajistas ha sido el de "restringir los beneficios que se pueden lograr mediante la diseminación de falsos rumores". "A pesar de que las posiciones cortas pueden ser una estrategia de trading válida, cuando se emplean en combinación con la difusión de falsos rumores representan un claro abuso", señala el organismo. Obviamente, los rumores malintencionados son la gasolina de las órdenes de venta.
3 Los sectores más díébiles son los más atacados
"Los especuladores solo le hincan el diente a presas díébiles. Con los mercado de bonos de España e Italia intervenidos, solo tienen vía libre en la renta variable", explican en un bróker español. En los últimos tiempos, los bancos han sido la diana de los ataques, especialmente los galos, pero tambiíén los del resto de Europa, incluidos los españoles.
Y es que el sector financiero continúa siendo uno de los más vulnerables. Los problemas de liquidez que han obligado al BCE a retomar antiguas medidas, como la barra libre de dinero en subastas a seis meses, y han hecho saltar otra vez las alarmas. En España, la CNMV ha decidido blindar a 16 valores financieros hasta el próximo viernes 26 de agosto. Al menos durante ese periodo de tiempo -que puede extenderse-, los inversores no podrán ampliar el número de posiciones cortas ni plantear nuevas apuestas bajistas contra ellos.
Los expertos consideran, sin embargo, que los especuladores no se rendirán, solo buscarán otras víctimas. El sector con más papeletas para ser la nueva presa es el de empresas industriales, las más dependientes del crecimiento económico, cada vez más en cuestión. Son, de hecho, los que han registrado, junto con la banca, las caídas más bruscas en la tormenta.
4 La munición con la que disparan es prestada
Una característica común de todas las fórmulas para apostar por la bajada de la Bolsa es que las posiciones están apalancadas. En los momentos de máximo esplendor especulativo, los grandes especuladores, los hedge funds, llegaron a apostar por hasta más de cinco veces su patrimonio. De ahí su elevada capacidad de ataque: no disparan con dinero contante y sonante, sino que usan críéditos. El tema del apalancamiento en estos fondos ha sido ampliamente debatido en Europa. Se ha puesto en tela de juicio la opacidad de sus estrategias y inversión con dinero prestado.
En cualquier caso, esto no solo ocurre con los hedge funds. Cualquier pequeño inversor que decida apostar a la baja con futuros, con CFD o incluso con las clásicas ventas a críédito dispone de una capacidad de inversión potenciada, propia de los productos derivados, que le permitirá apostar con diferentes grados de apalancamiento.
Con un futuro sobre el Ibex, por ejemplo, se requieren unas garantías de unos 9.000 euros, aunque en realidad se está apostando por mucho más. Cada punto del selectivo equivale a 10 euros, de manera que un Ibex a 9.000 puntos implica en realidad invertir por 90.000 euros.
La operativa de príéstamo de valores de los institucionales es OTC (contratos bilaterales con sus propias condiciones, sin garantías de contrapartida), pero su versión para los pequeños inversores está regulada. Y, según la normativa actual, gozan de un críédito importante: solo han de tener en su poder el 25% del importe de la posición realmente invertida.
5 Cerrar las apuestas bajistas desata rebotes gigantes
Embolsarse el dinero es el último paso de la estrategia de un especulador bajista en Bolsa. ¿Y cómo se hace esto? Hay que cerrar la posición corta comprando los títulos que previamente se habían vendido. En el ejemplo de la primera clave, para cerrar la posición bajista abierta con el futuro del Euro Stoxx 50 en 2.300 puntos sería necesario comprar el futuro en 2.200. Lo mismo ocurre con el resto de las herramientas para apostar a la baja: es necesario comprar los títulos.
De ahí que en un mercado con un grado importante de posiciones cortas los rebotes suelan ser muy rápidos y violentos. La espiral bajista que alimenta los desplomes se convierte en alcista, pues los operadores con posiciones a la baja se ven obligados a comprar para evitar que se evaporen sus beneficios o incluso impedir que se registren minusvalías.
En el ejemplo anterior, si el Euro Stoxx 50 sube a 2.400 puntos en lugar de bajar a 2.200, las píérdidas del inversor llegarían a los 100 puntos (1.000 euros). La única forma de cortar las píérdidas es comprar el futuro, lo que a su vez alimenta la escalada. El cierre de posiciones cortas explica, por tanto, una parte de los rebotes que las Bolsas han experimentado los pasados jueves y viernes.