Las 25 mayores entidades por capitalización bursátil han cubierto ya buena parte de sus necesidades de financiación de 2011, pero la reciente tormenta amenaza con cerrar otra vez los mercados.
Los miedos sobre la posición de liquidez de las entidades financieras han vuelto a instalarse en el mercado y, de ahí, el fuerte varapalo bursátil que están sufriendo en las últimas jornadas. Y esa creciente desconfianza llega en un momento en el que el sector debe hacer frente a vencimientos ríécord de deuda entre lo que resta del año y el que viene.
Las 25 mayores entidades europeas por capitalización bursátil tienen compromisos financieros por importe de 1,54 billones de euros durante este periodo, según datos de Bloomberg. En este grupo se encuentran Santander, BBVA y CaixaBank que, entre los tres suman 67.220 millones, lo que apenas representa un 4,33% del total. Pero las entidades con mayores vencimientos en relación a su valor en bolsa son Commerzbank (361.960 millones), Barclays (212.491 millones) y Danske Bank (51.422 millones). Es decir, sólo a Commerzbank le vence el doble de deuda de aquí a finales de 2012 que, por ejemplo, al Reino deEspaña. “La situación no es la mejor. Los bancos, pero tambiíén los mercados, son muy conscientes de elloâ€, señala Christy Hajiloizou, analista de RBS.
Uno de los motivos que justifica los elevados vencimientos que debe afrontar la banca en 2012 es que toca refinanciar ya muchas de las emisiones que realizó el sector bajo el paraguas del Estado. Tras la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, los Estados acordaron un programa de ayudas para que la banca europea pudiera financiarse a precios asequibles. “Y ahora, la refinanciación de estos títulos supone un gran obstáculo a batir por la bancaâ€, añade Hajiloizou. En España, por ejemplo, bancos y cajas han colocado 61.597 millones en bonos con aval del Estado desde enero de 2009, según datos del Tesoro Público, de los que 35.790,92 millones vencen en 2012. Aunque, por otro lado, hubo entidades, como Santander, BBVA y Sabadell, que nunca hicieron uso de estas ayudas.
Pese a estos elevados vencimientos, los grandes bancos tienen siempre un mejor acceso a los mercados mayoristas y han podido aprovechar las ventanas de oportunidad que se han abierto durante la primera mitad de la año para prefinanciar buena parte de su deuda. Principalmente, han emitido cíédulas, conocidas en Europa como covered bonds, que suelen contar con la máxima calificación crediticia o triple A. De ahí que los bancos europeos ya han cubierto de media al menos el 85% de sus necesidades de financiación de 2011, según se desprende de sus resultados del primer semestre.
Las dudas ahora se centran en el efecto que tendrán los renovados temores de los inversores sobre los costes de financiación, lo que ha provocado un fuerte repunte de los CDS o seguros contra impago de la deuda. En general, los bancos que pertenecen a las economías con el riesgo país más alto deben ofrecer más rentabilidad. Por ejemplo, Santander, la entidad española que menos paga por su deuda, colocó 1.000 millones en cíédulas a cinco años el 31 de mayo, con un diferencial de 195 puntos básicos sobre midswap (referencia para las emisiones a tipo fijo que se encuentra en el 2,04%). Mientras, BNP se financió con un activo similar, aunque a un plazo de diez años, a 61 puntos básicos sobre midswap el 1 de julio.
Alertas recientes
El Banco Central Europeo (BCE) ya reconoció el 4 de agosto “las renovadas tensiones en algunos mercados financierosâ€, lo que le llevó a realizar una subasta extraordinaria para prestarle dinero a la banca a un plazo de seis meses, en la que un total de 114 entidades captaron casi 50.000 millones. Esta acción tambiíén demuestra el compromiso del BCE para evitar los episodios de alta tensión que se vivieron tras la quiebra de Lehman.
Tambiíén ha generado dudas el hecho de que el BCE tuviera que prestar de nuevo dinero en dólares a las entidades, algo que no ocurría desde febrero. En concreto, un banco le pidió 500 millones de dólares a un plazo de siete días y a un tipo de interíés del 1,1%. Y tampoco ha ayudado que la Fed de EEUU haya reconocido su preocupación sobre posibles dificultades de financiación de la banca europea, lo que le ha llevado a investigar la vulnerabilidad de las filiales estadounidenses de las entidades europeas a raíz de la crisis de la deuda.
Consecuencias
MíS COSTES
Un aumento de la desconfianza de los inversores sobre el sector bancario provoca un incremento de los costes de financiación. Además, las entidades dejan de prestarse dinero entre sí en el mercado interbancario, porque tampoco se fían las unas de las otras, y prefieren dejarlo a buen recaudo en la facilidad de depósito del BCE.
¿NUEVAS AYUDAS?
Tras la quiebra de Lehman, a finales de 2008, se tomaron medidas que, si la situación empeora, podrían retomarse, al menos algunas de ellas. Los estados lanzaron un plan de avales públicos para facilitar el acceso de la banca a los mercados. A su vez, el BCE puso en marcha un programa de compra de cíédulas en mayo de 2009, para rebajar los tipos de interíés de estos activos en el mercado secundario. En total, adquirió 59.715 millones. La institución ha flexibilizado tambiíén las reglas para acceder a sus subastas e incluso prestó dinero a plazos de entre seis y doce meses.
GRIFO DEL CRí‰DITO
Las mayores dificultades por acceder a los mercados de financiación podría retrasar todavía más la reactivación del críédito. Las entidades se encuentran además inmersas en un proceso de desapalancamiento, principalmente, a travíés de la reducción del activo.
PEORES RESULTADOS
Los mayores costes de financiación que deben afrontar las entidades para hacer frente a los vencimientos de deuda tendrán su reflejo en las cuentas de resultados. Podría provocar un deterioro del margen de interíés, que refleja la evolución del negocio típico bancario, si no consiguen trasladar esos mayor costes a los críéditos.