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Autor Tema: El deterioro de los activos de la banca española empeorará en 35.000 millones  (Leído 185 veces)

Scientia

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El deterioro de los activos de la banca española empeorará en 35.000 millones

Entre 100.000 y 250.000 millones de euros. í‰se es el cálculo que hacen los bancos de inversión acerca del capital extra que se exigirá a la banca europea para cumplir los nuevos requerimientos.

La amplitud de la banda no sólo se debe a diferentes análisis sobre la situación de cada entidad, sino, y sobre todo, a que aún no están definidas las variables que marcarán cuántos fondos necesitará inyectar cada banco a sus recursos propios.
 
Sobre el ratio de capital, el presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, sólo ha dicho que será temporalmente "mucho más elevado", lo que podrí­a indicar que pasará del 5%, exigido como mí­nimo en los últimos test de estríés, a un 9%, o incluso más alto.
 
Pero para llegar a esa cifra la autoridad bancaria europea, la EBA, exigirá que antes la banca reconozca píérdidas de valor en su balance por su exposición a varios activos, sobre todo en su cartera de deuda soberana europea, además de realizar los cálculos en un escenario macroeconómico mucho más estresado que el de julio.

Los motivos son obvios: cuando se realizaron los test de estríés aún no habí­a estallado la crisis de deuda soberana, la prima de riesgo de algunos paí­ses, entre ellos España, estaba unos 80 puntos básicos por debajo de lo que alcanzarí­a a primeros de agosto y la quita de deuda soberana griega era aún una posibilidad que se contemplaba, en todo caso, para porcentajes que no superaban el 20%. Además, los mercados financieros aún no se habí­an cerrado a cal y canto y, por tanto, el mayor encarecimiento de la financiación aún estaba por venir para la banca europea, que aún podí­a emitir deuda y encontrar, por ejemplo, príéstamos en dólares sin ser asistido por el BCE.
 
La actualización de datos y redefinición de los baremos por parte de la EBA hará que muchos bancos, entre 40 y 60, según los cálculos de los bancos de inversión, deban buscar recursos para cumplir con las nuevas exigencias, lo que les empujará a una voraz competencia para conseguir los recursos necesarios de los inversores privados.
 
Muchos bancos españoles tambiíén tendrán que apelar al mercado, como primera opción, para aumentar capital, ya que además de penalizarse la tenencia de deuda española deberán enfrentarse, a juicio de los expertos, con escenarios más estresados tanto de coste de financiación como de deterioro de activos inmobiliarios.
 
En julio pasado, la EBA trasladó una hipotíética subida de los diferenciales de deuda soberana al coste de financiación de las entidades en 1,2 puntos. Un encarecimiento de esta partida estrecha los márgenes de intereses y provoca, en definitiva, una menor previsión de ingresos.

Pero el deterioro que más huella dejaba en la banca española vení­a por su exposición al sector inmobiliario. Se contemplaba una caí­da del suelo del 46,7% y de la vivienda del 21,9%, porcentajes muy por encima de la media de la UE.



Mayor descalabro en vivienda
 
En el escenario más adverso estos supuestos suponí­an un deterioro de 65.900 millones para el conjunto de entidades financieras, el 20,3% de toda su cartera, pero según los expertos estas previsiones se quedan cortas, a pesar de que el Banco de España insiste en que semejantes caí­das de valor son muy improbables, y esperan que la EBA exija que se reconozcan más píérdidas, lo que elevarí­a sustancialmente las necesidades de capital de la banca española, especialmente de las cajas o grupos de cajas, donde se produce una mayor concentración de estos activos.
 
La otra modificación, esta vez común con el resto de la banca europea, vendrá por la deuda soberana, el principal motivo de que se realice la recapitalización. En los test de julio, el conjunto de entidades españolas tuvieron un deterioro conjunto por su exposición a la deuda soberana europea (principalmente la española, donde tienen unos 220.000 millones), de menos de 10.000 millones.

Tambiíén en este punto está por concretar el porcentaje de deterioro que se planteará la autoridad europea, pero nadie espera que sea menor del 20%. Esto supondrí­a que las entidades españolas deberí­an reconocer píérdidas de valor de más de 40.000 millones.
 
Esto hace prever a los expertos que si en las últimas pruebas de resistencia tuvieron un deterioro de activos de 159.000 millones, en la próxima modificación el quebranto, teniendo en cuenta el críédito inmobiliario y la deuda soberana, podrí­a acercarse a 200.000 millones.
 
Para responder a estas píérdidas de valor, las entidades tienen como principal arma los ingresos previstos y las provisiones, especí­ficas y geníéricas. Estos conceptos sumaban en las pruebas de resistencia 162.000 millones de euros. Con ventas y otros mitigadores, como convertibles, se alcanzaban los 170.000 millones. En aquellas pruebas, eran suficientes para cubrir el capital exigido, pero en íéstas se producirá un díéficit que aún es complicado evaluar, y que dependerá de cómo se actualicen los datos correspondientes a deuda soberana, inmobiliario y previsión de ingresos por el escenario de PIB que aplique la EBA a nuestro paí­s.
 
Este plan de recapitalización, del que se sabrán más detalles en la próxima semana, intenta atajar la desconfianza hacia los grupos financieros europeos desatada a raí­z de la crisis de la deuda soberana. El objetivo, criticado ya desde el sector, no es atajar ningún problema de solvencia, aunque se trate de reforzar el capital, sino disuadir a los mercados de que la banca se puede desestabilizar, con colapsos de alguna entidad, como consecuencia de su cartera de deuda soberana. El íéxito, por tanto, es que los mercados acepten que los grupos financieros queden blindados