El más reciente esfuerzo de la Reserva Federal (Fed) por hacer bajar el costo del críédito a largo plazo posiblemente hará subir la inflación con pocos beneficios para el crecimiento económico, dijo el lunes un importante miembro del banco central.
Jeffrey Lacker, presidente de la Fed de Richmond, quien está a favor de mayores tasas de interíés reconoció que la inflación posiblemente retroceda en los próximos meses a medida que disminuyan las presiones de los altos precios de la energía y las materias primas. Pero advirtió que la inflación sigue siendo una amenaza.
"Dudo que la inflación vaya a caer muy por debajo de 2% por un periodo sostenido", declaró refiriíéndose al objetivo implícito del banco central para los precios a los consumidores.
Lacker dijo que se opone al más reciente esfuerzo de la Fed por bajar las tasas de interíés a largo plazo, conocido como Operación Twist, en el que el banco central se ha comprometido a vender 400, 000 millones de dólares en bonos del Tesoro a corto plazo para comprar títulos gubernamentales de mayor madurez.
"Los efectos de estas operaciones son inciertos, pero es posible que sean relativamente pequeños. Yo siento que el principal efecto será elevar algo la inflación en lugar de acelerar el crecimiento", sostuvo.
Lacker tendrá un asiento con derecho a voto en el Comitíé Federal de Mercado Abierto de la Fed el próximo año. í‰l afirmó que una serie de recientes discrepancias ante la más reciente campaña de flexibilización de la política monetaria de la Fed es una señal de un sano debate interno, no de un banco central fracturado.
La economía de Estados Unidos se ha mantenido díébil este año a pesar de las esperanzas de una mejoría en su ritmo de expansión. El producto interno bruto creció menos de un 1 por ciento en la primera mitad del año, mientras que el desempleo se ha mantenido por sobre el 9% durante varios meses.
Este escenario, unido con las tensiones que emanan desde Europa para los mercados financieros, han mantenido la presión sobre la Fed para que siga dando apoyo a la economía, a pesar de sus esfuerzos sin precedentes para ese efecto en respuesta a la Gran Recesión.
La Fed no sólo ha recortado las tasas de interíés hasta cerca de cero, sino tambiíén compró cerca de 2.3 billones de dólares en bonos del Gobierno y activos apoyados por hipotecas (MBS, por su sigla en inglíés) para apuntalar una frágil recuperación.
Lacker dijo que las compras de MBS, que recibieron un nuevo impulso en septiembre debido a que la Fed decidió reinvertir en el mercado los bonos de hipotecas que estaban venciendo, no fueron bien asesoradas.
