La ampliación del Fondo de rescate europeo depende ahora del FMI, China y Brasil
El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) es el mecanismo que crearon los países de la Unión para acudir al rescate de aquellos países en dificultades. Cuando se presentó, en 2010, se aseguró que serviría de cortafuegos para que la crisis de deuda griega no se extendiera al resto de Europa. Desde entonces, Irlanda y Portugal se han visto obligados a acudir al mismo (Atenas ya había sido rescatada previamente y va por un camino aparte). Por eso, en estos momentos quedan unos 250.000 millones disponibles de los 440.000 con los que se creó.
Evidentemente, esta cantidad es insuficiente para salvar a España e Italia, los dos grandes focos de atención de los últimos meses, por lo que los líderes europeos llevan tiempo dándole vueltas a la cabeza sobre cómo ampliar la capacidad de rescate del Fondo. Se han barajado numerosas opciones, desde crear una especie de banco que tirase de los recursos del BCE para prestar a los gobiernos europeos a utilizar el FEEF para comprar deuda soberana directamente en los mercados secundarios. Finalmente, parece que se ha impuesto una solución mixta (que ya se había anunciado en los últimos días).
Según el texto presentado tras la Cumbre, el objetivo es ampliar la capacidad del FEEF hasta al billón de euros. Lo que no queda tan claro es quiíén pagará, cómo se articulará una posible quiebra de un estado que haya sido respaldado por el FEEF o quíé ofrecerá exactamente la UE a China, Brasil o el FMI para convencerles de que vengan en ayuda de Europa.