La alarma que saltó esta semana en los mercados cuando Grecia 'amenazó' con llevar a referíéndum el rescate europeo volvió a hacer pensar a los inversores sobre cuál puede ser el mejor destino en sus inversiones en un momento que, pese al miedo, es muy distinto al de hace dos meses cuando la bolsa española marcó mínimos.
Maniobrar bien tanto en los coches de choque como en los mercados evita, en muchas ocasiones, colapsarse. Sin embargo, la posibilidad de que Grecia sometiera a referíéndum el rescate de la Unión Europea supuso todo un obstáculo que alimentó el ánimo vendedor de los inversores.
Una vez descartada esta opción y habiendo visto como las decisiones políticas acorralan a las bolsas, la gran pregunta es dónde podemos meter el dinero de aquí a final de año teniendo en cuenta que pese a todo estamos en un momento mejor al de agosto- septiembre, pero la bolsa sigue congestionada a la espera de una relajación en la zona euro.
Una cartera estructurada con cierta exposición a los activos de riesgo. í‰sa es la mejor alternativa de inversión para lo que queda de 2011, según los expertos consultados por elEconomista. Activos como los bonos high yield o bonos de alto rendimiento, emergentes, convertibles y renta variable son las principales propuestas de Jacobo Zarco, socio director de Atlas Capital, porque "es donde realmente hay valor y se ganará dinero a la larga". Ni siquiera los grandes descensos que ha sufrido la bolsa española en la última semana, que le ha permitido alejarse de resistencias (lo que favorece tomar posiciones), y las dudas sobre si protagonizará el tradicional rally de fin de año ha llevado al Ibex 35 a acercarse al mínimo anual de los 7.640 puntos que marcó hace dos meses. Unos niveles de los que se mantuvo alejado aún contemplándose la salida del euro de uno de los diecisiete miembros y cuya situación alarmó al mundo entero, hasta el punto de convertirse en una de las prioridades de la reunión del G-20.
Momento para la renta variable...
Los mercados del Viejo Continente y los emergentes tienen unas perspectivas de crecimiento desigual pero ambas, según los analistas, son algunas de las propuestas más certeras para invertir su dinero. Las bolsas europeas presentan un balance anual cargado de números rojos que en el caso de la renta variable española e italiana se traduce en píérdidas en lo que va de ejercicio cercanas al 13 y al 23 por ciento, respectivamente. Un castigo constante por ser los países con más riesgo de requerir ayudas tras las economías intervenidas. Tanto es así que el Ibex 35 cede un 23 por ciento desde máximos y el Ftse Mib italiano, un 34 por ciento. Un comportamiento que constrasta con el de los emergentes. Los BRIC (Brasil, Rusia, India y China), por ejemplo, no han salido indemnes de la situación económica por el gran número de compañías del Viejo Continente presentes en estos países, ya que sobreviven a los rumores constantes de recesión europea y estadounidense con caídas en 2011 que oscilan entre el 10 y el 16 por ciento.
"Nos gustan los emergentes, ya que estamos viendo una ralentización del crecimiento y la inflación por fin está empezando a caer, lo que explica que muchos de estos países estíén ahora empezando a bajar los tipos. Si Europa y Estados Unidos se colapsan o si el crecimiento europeo es cero, China seguirá creciendo ya que el potencial de su consumo privado es grande", asegura Didier Saint George, miembro del comitíé de inversiones de Carmignac. Y es que hay varias firmas de inversión que consideran que pueden ser los países emergentes los que tengan el as en la manga para calmar la situación mediante políticas expansivas.
...pero tambiíén en otros activos
Los últimos coletazos de la crisis perifíérica volvieron a mostrar la excesiva dependencia que tienen los mercados del poder político. Solucionada la cuestión del referíéndum y en ausencia de noticias inesperadas, los analistas no esperan que el mercado vaya a tener más sesiones de nerviosismo y grandes desplomes. De ahí que el responsable de fondos de Gestionha, Ricardo Sánchez, tambiíén opte por activos de riesgo (como la renta variable y los bonos high yield), siempre que se incluyan escalonadamente y que no superen el 50 por ciento en la cartera. "La renta variable debería vehiculizarse a travíés de fondos de inversión de grandes compañías europeas y norteamericanas globalizadas con rentabilidad por dividendo, puesto que serán las que menos puedan sufrir para mantener sus tasas de beneficio en un entorno económico de crecimiento global aníémico y restricción crediticia".
En el caso de los bonos high yield o de alto rendimiento, su interíés reside en que ofrecen elevadas rentabilidades para compensar de alguna manera su mayor riesgo de impago. El auge de esta clase de activos es tal que el índice de Barclays de bonos high yield estadounidenses se anota una subida del 30 por ciento desde comienzos de enero, frente a una caída inferior al 1 por ciento del índice markit iBox de bonos high yield europeos. "Nuestra clase de activo preferido sigue siendo el críédito y la renta variable", apunta íngel Molina, director de análisis de Tressis.
Abierto todavía el capítulo del culebrón de la eurozona, el responsable de gestión de Inversis Banco, Fernando Hernández, aconseja elaborar una cartera estructurada sin una exposición muy alta a bancos (entre el 5 y el 10 por ciento), con un nivel medio de exposición a renta variable (10-15 por ciento para el perfil bajo de riesgo y hasta un 60-65 por ciento para los más agresivos) y destinar entre el 30 y el 40 por ciento en renta fija y destinar otra parte en fondos de inversión de gestión alternativa.
Si el entorno varía y se pone de nuevo en duda la aplicación de las medidas acordadas por el Eurogrupo -quita griega, ampliación del fondo, entre otros-, los activos más recomendados para las necesidades de liquidez serán los considerados refugios (bonos alemanas, estadounidenses, yen, oro...), aunque desde Capital at Work prefieren los bonos de Noruega y Australia al ser "países que ofrecen seguridad".