Habla con contundencia. La que otorgan la experiencia y el hecho de conocer de primera mano los acontecimientos, muchos y muy graves, que afectan a España y sacuden los mercados financieros. Es Cesar Píérez, quien, desde su posición como estratega jefe de JP Morgan Banca Privada para EMEA, posee una privilegiada visión panorámica de esta histórica crisis.
El Banco Central Europeo (BCE) ya ha destapado sus cartas. Comprará deuda si antes se pide el rescate. ¿Cómo valora esta estrategia?
El BCE ha hecho lo que tenía que hacer. El mayor cambio que ha sucedido en Europa es el relevo de Jean-Claude Trichet a Mario Draghi. Este año es el del Dragón en China, pero nosotros creemos que es el año de Draghi. Por su experiencia, sabe cómo funcionan los mercados y ha conseguido que el mercado vea al BCE como lo que tenía que ser, como el comprador de último recurso. Esto es muy importante. Y está buscando todos los mecanismos necesarios y logrando el consenso preciso para sacar adelante un plan para comprar deuda ilimitadamente. Y este matiz es significativo; que se comprometa a adquirir deuda sin límite es un cambio abismal para el BCE.
Sin embargo, la incertidumbre sobre el rescate de España persiste...
El BCE ha dejado claro que actúa como mecanismo de ayuda y que son los socios europeos de España los que deben definir las condiciones. Pero estamos ya muy de la mano de Europa.
El Gobierno quiere demostrar que es proactivo y no reactivo, pero una ayuda, de una manera u otra, es inevitable. Hacerlo cuanto antes resultaría positivo a pesar del coste político que podría tener. Hay que anteponer que España quiere formar parte del euro, y eso es un compromiso relevante que supone una diferencia con respecto a otros países.
¿Quíé podrían pedir las autoridades políticas europeas?
El Gobierno está a la espera de lo que le van a pedir antes de solicitar el rescate. Eso sí, independientemente de saber o no saber, hay otros asuntos que todavía no se han tocado y en los que todo el mundo piensa. Lo que le va a pedir Europa creo que el Ejecutivo ya lo sabe. Son las pensiones, el sistema sanitario y la dimensión del sector público.
Pero es que, indiferentemente de que nos ayuden, hay que acometer esos cambios en estos ámbitos. Porque tienes que mirar tu línea de ingresos y de gastos, y los primeros van por debajo de los segundos en España, por lo que cuanto antes lo hagamos, mejor. Si no, la situación sería inviable.
¿Quíé necesita Europa en estos momentos?
Hay que tener en cuenta dos cosas: en primer lugar, los políticos son reactivos, no proactivos; y en segundo lugar, o nos integramos o el euro se rompe. Yo comparo la Cumbre de junio de este año con la que que se celebró en Hannover en 1988 que condujo al Tratado de Maastricht. Entonces, se le encargó a Jacques Delors que volviera con una hoja de ruta para crear una moneda única.
El proceso, de tres pasos, no fue fácil, pero se superó y se ejecutó. Ahora ocurre lo mismo, necesitamos una hoja de ruta en la que se espefique que hay más y no menos Europa. Y entre medias el BCE está ahí, dispuesto a actuar. Además, se han dado otros muchos pasos en la unión bancaria y fiscal. Esta es la nueva casa de Europa.
¿Pero bastará esa casa para que el euro siga existiendo?
En la situación actual, el riesgo de que surjan cisnes negros siempre existe. Pero tambiíén creo que puede ocurrir lo contrario, que aparezcan sorpresas positivas inesperadas. La gente está tan fuera de Europa, tan escíéptica, que igual el mercado podría comportarse de forma más favorable de lo esperado.
Oliver Wyman ya ha calculado las necesidades de capital de la banca española. ¿Será el paso definitivo para sanear el sector?
España tiene un doble problema en este sentido. Uno de comunicación y otro de creencia en los números. En el último ejercicio, el de Oliver Wyman, lo que se ha hecho es buscar analistas exteriores que miraran los números con dos intenciones: aclarar el valor de los activos en los balances y asegurarse de que el proceso fuera riguroso. El ejercicio es bueno y los resultados tambiíén deberían serlo.
Lo mejor del examen es todo el trasvase de los activos malos, cuyo efecto de desapalancamiento en la banca española va a ser muy alto. Esto permite limpiar la banca para que por fin pueda afrontar el mayor problema de la periferia europea, que consiste en la diferencia entre los costes de financiación que afrontan las empresas de la periferia con respecto a las del núcleo de Europa. Hasta que no se solucione eso, no podremos crecer en la periferia. Draghi está luchando contra este problema de forma muy acertada.
¿A quíé precio deberían transferirse los activos al banco malo?
El Banco de España no quiere aplicar un descuento al escenario adverso planteado en los exámenes. Dado que el banco malo está planteado con una vida de 15 años, se calculará el valor teórico de los activos, que se moverá entre el escenario base y el adverso, nunca por debajo. Desde mi punto de vista, debe ser lo más ajustado a lo que les has obligado a provisionar.
¿Volverá así el críédito?
A corto plazo seguirá fluyendo poco críédito. Lo que acabará ocurriendo es que el BCE haga lo que está haciendo el Banco de Inglaterra: financiar a los bancos con la condición de que luego canalicen ese dinero a la economía real en forma de príéstamos y a precios razonables. El BCE les puede decir que sólo les proporcionará liquidez si luego prestan a la economía real.
¿Es una amenaza real la disputa fiscal entre los demócratas y los republicanos en EEUU?
A esta pugna se suman las negociaciones para volver a elevar el techo de la deuda pública. Creo que demócratas y republicanos terminarán llegando a un acuerdo en materia fiscal más pronto que tarde. En cambio, el tema del techo de la deuda puede ser más complicado. Pero en 2011 ya vieron que el retraso en esas negociaciones acabó en una bajada de rating y esta vez deberían llegar a un acuerdo antes.