La Comisión Europea aprobó ayer los planes de reestructuración exigidos a las cuatro entidades nacionalizadas a cambio del primer tramo de ayudas (por valor de 37.000 millones de euros) del rescate de la banca española. La terapia aplicada supone una de las mayores transformaciones del sector desde el comienzo del euro. Y marca el final de unas cajas de ahorros que llegaron a controlar el 50% del mercado.
Las condiciones que acompañan el rescate europeo conllevan un daño colateral para las empresas participadas por las entidades intervenidas. El mandato de desinversión impuesto por Bruselas ya pasó factura ayer a la cotización de algunas de ellas, como Mapfre, Iberdrola, NH, Sacyr o Deoleo