El Gobierno ha decidido poner pie en pared con el Grupo Prisa tras la publicación por parte de su buque insignia, el diario El País, de los presuntos papeles del extesorero del PP Luis Bárcenas. Y cuenta con la intercesión de unos aliados de privilegio. Según aseguran a El Confidencial fuentes próximas al Ejecutivo, este ha invocado la mediación ante Juan Luis Cebrián del Banco Santander, la Caixa y Telefónica, entidades que ya han pactado su entrada en el capital de la firma de los Polanco en el año 2014. Todo con el fin de que el periódico y el grupo, que atraviesa desde hace años serias dificultades económicas, entren en razón y apacigí¼en el nivel de sus críticas.
Eso sí, se trata de amagar sin dar. El arte de la guerra desaconseja las batallas que no están ganadas de antemano y en el Ejecutivo quieren ser prudentes con lo que podría suponer un pleito de insospechadas consecuencias contra el imperio mediático de Prisa. “Un grupo quebrado ha emprendido un ataque directo contra el presidente Rajoyâ€, arreciaba la semana pasada un destacado componente del Consejo de Ministros. Pero, paradójicamente, es la situación financiera de los editores de El País la que sirve de argumento para forzar un acuerdo de no agresión mutua que desactive la “cólera informativa†de un medio tradicionalmente hostil a los postulados ideológicos del Partido Popular.
La acrisolada independencia de El País es inversamente proporcional a las necesidades de financiación de su casa matriz, cuya supervivencia depende ahora de tres de los poderes fácticos más influyentes en la vida política y económica de España. Emilio Botín, Isidro Fainíé y Cíésar Alierta han cerrado filas para ayudar a Cebrián en una operación de rescate destinada a lo que dentro del sector de la comunicación se conoce como “salvar al soldado Prisaâ€. Corría junio de 2012 y la banca, despuíés de años de refinanciaciones imposibles, canjeaba 334 millones de deuda por capital. Telefónica completaba el salvamento a la compañía fundada por Jesús Polanco al comprometerse a comprar 100 millones en bonos. Los acuerdos tendrán efecto en el capital el año próximo.
El Gobierno no fue ajeno al esfuerzo de las multinacionales españolas. Ni que decir tiene que la intervención de la triple entente cordial fue propiciada con el beneplácito del Ejecutivo representado por la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, la principal interesada en evitar ahora una guerra en canal contra el Grupo Prisa. Ahora, la estrategia de Moncloa no es otra que aprovechar las exquisitas relaciones del Banco Santander, la Caixa y Telefónica para que intercedan como 'hombres buenos' y persuadan a Juan Luis Cebrián de la irresponsabilidad que implica un conflicto con el Gobierno en los actuales momentos de España y de El País.
Sin contar con que las tres entidades en liza dependen de la regulación y del BOE. Y todos ellas tienen razones para echar una mano. Al Santander, que gozaba de notable feeling con el Gobierno Zapatero, no le vendrá mal aproximarse al más esquivo Rajoy y abrirse del todo las puertas de Moncloa. Por su parte, la Caixa tiene razones para agradecer una reforma financiera que le situó en clara posición compradora, al punto de que Luis de Guindos llegó a promover la adquisición de Bankia por parte de la firma catalana. Finalmente, los lazos Gobierno-Telefónica precisan poca explicación. El propio Alierta preside el Consejo Empresarial para la Competividad, uno de los nexos del Ejecutivo con las grandes empresas.
Rajoy, al margen de los editoriales
No es casualidad que la principal cabecera del viejo imperio de Prisa entrara como una apisonadora para convertir el caso Bárcenas en la tumba política de Rajoy, pero que, de momento, se haya abstenido de invocar en sus editoriales la dimisión del presidente. Una posición que no ha dejado de provocar la consiguiente decepción del líder socialista de la oposición, Alfredo Píérez Rubalcaba. La actitud de El País resulta más sorprendente si cabe teniendo en cuenta que el periódico ha reclamado hasta en seis ocasiones, de momento, el cese de Cristóbal Montoro como ministro de Hacienda.
En medios del PSOE aseguran que “los tres tenores de Prisaâ€, en alusión a los eventuales futuros accionistas del grupo, no han debido de perder el tiempo para hacer entrar en razón a Cebrián. “A buen entendedor pocas palabras bastanâ€, añaden las citadas fuentes de Ferraz, convencidas del liderazgo ejercido por el presidente del grupo dentro de su periódico para frenar una ofensiva que, comparada con el arrebato inicial, empieza a deshacerse como un azucarillo en un vaso de agua.
Por otra parte, no es el único frente que tiene abierto el Ejecutivo en su aproximación mediática al affaire Bárcenas. Como publicó El Confidencial, el Gobierno se plantea reducir canales de TDT aprovechando una reciente sentencia del Supremo y en plena negociación del reparto del dividendo digital. Todo con el fin de ‘castigar’ a unas cadenas ‘poco colaboradoras’. Al menos así lo plantean abiertamente fuentes del propio Consejo de Ministros. “Hemos sido muy buenos hasta ahora, pero se ha acabadoâ€, aseguran. Rajoy, por vocación ajeno al mundo de los medios de comunicación, amenaza con terminar de barro hasta las rodillas.