¿Quíé tienen en común las multinacionales Unilever, Google, Nissan y Panasonic? En la coyuntura actual de incertidumbre globalizada están apostando por Indonesia, la mayor promesa emergente de Asia despuíés de la India y China.
Recientemente, estos gigantes de los cosmíéticos, informática, automoción y electrónica de consumo han anunciado planes para ampliar su presencia en la mayor economía del Sudeste Asiático, alentados por el optimismo de Gobierno, analistas y consumidores.
“La situación de Indonesia es positiva, especialmente en comparación con sus vecinos, y los indicadores muestran una economía robustaâ€, explica a Efe Enrique Blanco, economista del Banco Mundial en Indonesia.
El Producto Interior Bruto (PIB) aumentó un 5,7 por ciento en el primer trimestre del año, el mayor repunte en doce meses, y todas las previsiones apuntan a que cerrará el ejercicio con una tasa de crecimiento próxima al 6 por ciento.
El Banco de Indonesia estima que la inflación en 2010 se mantendrá ligeramente por encima del 5 por ciento, lo que permitirá no tener que elevar drásticamente los tipos de interíés, actualmente en el mínimo histórico del 6,5 por ciento.
Además, una reciente encuesta de la consultora AC Nielsen desveló que los indonesios son los segundos ciudadanos más optimistas del mundo- por detrás de los indios- en tíérminos de perspectivas laborales y situación financiera a medio plazo.
El índice general de la bolsa de Yakarta ha repuntado más de un 40 por ciento en los últimos doce meses y casi un 159 por ciento desde su mínimo de noviembre de 2008, un fenómeno ligado en parte a los flujos de capital especulativo.
“Si Indonesia ha soportado la crisis ha sido porque está menos expuesta a los mercados internacionales y tiene una demanda interna muy fuerte, y porque cuenta con una situación fiscal sanaâ€, señala Blanco.
Las previsiones y el contexto internacional han restado importancia a los problemas crónicos del país, entre los que los expertos destacan la flagrante corrupción, la carencias en infraestructuras, la farragosa burocracia y las inconsistencias del sistema legal.
El último peso pesado en hacer pública su intención de afianzarse en Indonesia ha sido Google, que ha sellado una alianza con un proveedor local de Internet para que sus módem incluyan el navegador Chrome del gigante tecnológico.
Poco antes, el fabricante de automóviles Nissan anunció una inversión de 20 millones de dólares (16 millones de euros) para doblar la producción de su planta indonesia y producir 100.000 coches al año en 2013, el 90 por ciento para el mercado interno.
Unilever prevíé por su parte abrir este año una planta en Indonesia dentro de su plan de expansión en el Sudeste Asiático, y Panasonic ha destinado este ejercicio 45 millones de dólares (36 millones de euros) para trasladar al país sus fábricas de Japón y Vietnam.
La oleada de confianza exterior sucede a los llamamientos del Ejecutivo indonesio para atraer a los inversores extranjeros y a las primeras medidas adoptadas en este sentido, dentro de su propósito de alcanzar un crecimiento del 7 por ciento para 2014.
En estas condiciones, analistas internacionales han abogado por que Indonesia sea incluida en la elite de los emergentes, el BRIC, al que pertenecen Brasil, Rusia, India y China.
Mientras, otros expertos han acuñado el tíérmino “Chindonesia" para definir un nuevo “triángulo de crecimiento de Asia†que asienta sus víértices en Pekín, Nueva Delhi y Yakarta.