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Autor Tema: La nueva Era de Amadeus se olvida del capitalismo popular  (Leído 364 veces)

Scientia

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La nueva Era de Amadeus se olvida del capitalismo popular
« en: Abril 19, 2010, 08:37:26 am »
La nueva Era de Amadeus se olvida del capitalismo popular

por Patricia Vegas

La central de reservas de viajes es la primera gran colocación desde 2007. Ante el díébil entorno económico, la compañí­a ha decidido salir con un interesante recorrido en el parquíé.

Parecí­a que se habí­an extinguido. Que esta crisis crediticia habí­a arrasado con ellas. Que eran sólo un recuerdo en la mente de los inversores. Pero, no. ¡Vuelve la Era de las salidas a bolsa en España! Despuíés de más de dos años y medio sin aparecer ninguna gran colocación en el Mercado Continuo, Amadeus ha llamado a la puerta de la bolsa española. Además, con un sonido que ha gustado a más de un inversor. Eso sí­, sólo a los profesionales, porque los particulares no podrán acudir a la colocación. Esta empresa ha decidido redebutar -cotizó hasta 2005- con una capitalización entre los 4.267 y 5.361 millones de euros -entre los 9,2 y 12,2 euros por acción-, una valoración por debajo de la de los analistas y de sus principales competidores. El mercado barajaba que la central de reservas saltarí­a con un valor entre los 6.700 y 8.000 millones, por lo que en la parte media de la horquilla de precios esta compañí­a ofrece al inversor institucional un potencial en torno al 25 por ciento.

Esta colocación es atí­pica a las que se producí­an en mercados alcistas, que debutaban caras e iban focalizadas al pequeño inversor, lo que ha provocado importantes píérdidas entre los minoritarios. Hay que tener en cuenta que el sector en el que se encuentra Amadeus cotiza con un PER (veces que el beneficio está incluido en el precio de la acción) de 14 veces de media, por encima del de la empresa española, que según las previsiones de los expertos saltarí­a al parquíé con un PER medio de las 13 veces. í‰ste es el principal ratio para comparar a compañí­as de una misma área de negocio y como norma general, cuanto más bajo sea más interesante es una sociedad para el inversor. Si cotizase al mismo baremo que sus comparables, su capitalización serí­a de 5.100 millones, en la parte alta de la horquilla.

Por otra parte, si se tiene en cuenta quíé beneficio bruto se paga por este sector -de media, 6,7 veces para 2010-, Amadeus podrí­a valer más de 6.000 millones de euros. "A estos precios, Amadeus va a cotizar a unos precios interesantes, lo que dará recorrido a la acción", dice Pedro Sastre, analista de Banca March.

En esta misma lí­nea se posiciona Bankinter, que explica que teniendo en cuenta la tasa de crecimiento medio de su beneficio bruto desde 2005 -ha sido del 15,6 por ciento- y aplicando un multiplicador entre las 7,6 y las 8,9 veces, el valor de la empresa rondarí­a entre los 6.800 y los 8.000 millones. "[Teniendo en cuenta estas valoraciones] el precio de colocación parece razonable si se sitúa en la parte baja del rango, ya que la compañí­a opera en un sector especialmente afectado por la crisis", comenta esta firma.

Edad de inversión
Si realmente sale con estas valoraciones, serí­a una de las pocas colocaciones con recorrido en el parquíé de los últimos diez años. Si se analizan los estrenos de la última díécada, de las 31 empresas que han puesto un pie en el mercado español, sólo siete han conseguido batir al principal í­ndice español desde su debut: Inditex, Tíécnicas Reunidas, Grifols, Iberia, Enagás, Medcomtech y la CAM. El fabricante textil sube más de un 200 por ciento desde que salió en 2001, frente al 17 por ciento que sube el Ibex en este periodo. Lo mismo ocurre con Tíécnicas, que avanza más de un 150 por ciento desde 2006, frente al 3,7 por ciento del í­ndice.

El recorrido que ofrece la compañí­a se debe a varios motivos, como la situación de mercado en la que se estrena Amadeus, cómo está orquestada la operación y a quiíén va dirigida. En primer lugar, esta empresa quiere saltar al parquíé en un momento de incertidumbre, que está penalizando al español -el Ibex se deja un 5,7 por ciento desde el 1 de enero- y se coloca como la segunda plaza desarrollada con peor comportamiento de todo el mundo. "Los inversores extranjeros son bastante recelosos con todo lo que procede de España. Esto obligará a que si una empresa quiere colocar tí­tulos en el extranjero, necesitará realizar un buen descuento como es el caso de Amadeus", explica un operador que no quiso ser citado. Además, hay que tener en cuenta que su competidor Travelport retiró su oferta de acciones en febrero ante la escasa demanda que obtuvo. A esto se une que la colocación de Amadeus va destinada sólo al inversor cualificado, tanto extranjero como nacional, y no al particular, como suele ocurrir cuando se colocan en el parquíé compañí­as a alto precio. Los expertos aseguran que el institucional tiene un mayor conocimiento de cómo valorar una colocación, por lo que van a exigir un recorrido más exigente en el valor que un particular, que puede no conocer al resto de comparables de la sociedad o cómo se encuentra el mercado en ese momento.

Tambiíén se da la particularidad de que, en estos momentos, tiene una mejor acogida que las empresas pidan dinero al mercado para desarrollar sus negocios que los accionistas de la sociedad que quieren salir del capital. "Con este panorama, las colocaciones mediante ampliaciones de capital tendrán una mayor aceptación que la venta de tí­tulos, porque ahora nos encontramos en un mercado de compradores, no de vendedores, por lo que serán ellos los que marquen el precio, no como en ejercicios anteriores", dice Ignacio de la Torre, profesor del Instituto de Empresa (IE).

Durante el rally alcista del parquíé, la mayorí­a de las empresas realizaba OPV -Oferta Pública de Venta-, es decir, colocaba en la bolsa acciones que alguno de los inversores tení­a en propiedad para obtener unas jugosas plusvalí­as. El trabajo era relativamente sencillo: a travíés de la alta capitalización de las entidades bancarias, el comercial de un banco colocaba los tí­tulos al particular, gracias a las altas comisiones que obtení­a por ello, argumentando el buen momento del parquíé.