El avance es modesto pero alivia las presiones contra el Gobierno para que suavice los recortes
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La economía británica ha evitado caer por tercera vez en cinco años en una recesión al crecer un 0,3% en el primer trimestre de este año, por encima del 0,1% que habían pronosticado los analistas de la City. Aunque el dato es relativamente modesto, puede tener un importante valor psicológico para inversores y consumidores y tiene alta importancia política porque alivia las presiones que está viviendo el Gobierno para que suavice su política de recortes en el gasto público.
El hecho de haber eludido la recesión permite al canciller del Exchequer y ministro del Tesoro, George Osborne, hacer acopio de argumentos ante la visita que iniciará el 9 de mayo una delegación del FMI, institución que el martes pasado puso en cuestión el ritmo del ajuste presupuestario. “Los datos de hoy (por este jueves) son un signo alentador de que la economía se está reponiendo. A pesar del difícil entorno económico, estamos haciendo progresosâ€, declaró el ministro. La oposición, sin embargo, concluyó que la economía está estancada “porque estamos donde estábamos hace seis mesesâ€.
Quizá el dato más alentador es que la economía creció un 0,6% en comparación con el mismo trimestre del año anterior, el mayor crecimiento desde finales de 2011.
El crecimiento se ha cimentado en el buen comportamiento del sector servicios (y en especial de hoteles y restaurantes), que supone más de tres cuartos de la economía británica y creció un 0,6% respecto al trimestre anterior. Sin embargo, la construcción cayó un 2,5% y está un 18% por debajo del nivel al que estaba cuando empezó la crisis en 2008. Transportes y comunicaciones crecieron a una estimable tasa del 1,4%. La libra, que ha caído en los últimos meses, se apreció un 1,13% frente al dólar y subió cerca del 1% frente al euro.