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Autor Tema: Mi vida en níºmeros...  (Leído 72 veces)

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Mi vida en níºmeros...
« en: Octubre 20, 2016, 05:32:52 pm »
Por...  Ian Vásquez



Ian Vásquez destaca el ritmo iníédito con el que ha progresado la humanidad en las últimas díécadas.

 
En el tiempo que le demora leer este artí­culo, 300 personas alrededor del mundo saldrán de la pobreza extrema. Ese ritmo iníédito del progreso, no solo respecto a ingresos sino tambiíén a prácticamente todo indicador de bienestar humano, se debe en gran parte a la globalización.

Pero algo raro ha ocurrido en los paí­ses ricos. En vez de celebrar el hecho de que la brecha entre los pobres y los ricos se está cerrando, se ha instalado un estado de ánimo pesimista acerca de la situación actual y el futuro económico. De allí­ el fenómeno Donald Trump, quien promete el proteccionismo y cerrar las fronteras estadounidenses a los inmigrantes, y semejantes sentimientos nacionalistas que en parte animaron al ‘brexit’ (la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea) y que han respaldado el auge de movimientos polí­ticos populistas en Europa continental.

No hay duda de que los paí­ses desarrollados tienen problemas serios y que la gran recesión y el bajo crecimiento han influido en el humor actual. Es una exageración, sin embargo, decir, como lo ha declarado Trump de EE.UU., que “este paí­s se ha ido al infierno”, y son absolutamente falsas sus aseveraciones de que EE.UU. se está inundando de inmigrantes.

El problema es que el pesimismo es una fuerza polí­tica potente, y si la percepción dista mucho de la realidad, puede conducir a que los paí­ses implementen polí­ticas desacertadas y tiren por la ventana las que han funcionado bien. Esto los latinoamericanos lo sabemos bien. Por eso viene bien un nuevo proyecto en lí­nea que permite comparar la realidad de la vida de uno contra las percepciones que uno pueda tener. Con esta herramienta (yourlifeinnumbers.org), cualquier ciudadano del mundo puede ingresar el paí­s en donde nació o donde vive y la fecha de su nacimiento. El programa reportará una serie de indicadores y cómo han mejorado, o no, durante la vida del usuario.

Permí­tame entonces, estimado lector, abusar de su gentileza y usar mi propia vida como caso de estudio. Nací­ en Lima en 1968. En el Perú, desde entonces, la expectativa de vida ha incrementado un 44%, la supervivencia infantil ha mejorado un 88% y el ingreso per cápita ha aumentado 91%. El suministro de alimentos por persona se incrementó en 30% y la media de años de escolarización subió en un 117%. Viajo mucho pero trabajo la mayor parte del tiempo en EE.UU. Allí­ tambiíén ha habido mejoras importantes en todas esas categorí­as aunque en un porcentaje menor que en el caso peruano, exceptuando la categorí­a de ingreso per cápita.

El progreso peruano ha sido realmente impresionante. En 1968, la brecha en la expectativa de vida entre el Perú y EE.UU. era de 18 años (52 años versus 70). Hoy la brecha se ha cerrado a cuatro años (75 versus 79). La expectativa de vida del peruano de hoy es más alta de lo que era el caso del estadounidense de 1968, a pesar de tener un ingreso per cápita a la mitad de lo que tení­an los estadounidenses de esa íépoca.

Mi vida abarca el decenio de la dictadura militar y la díécada perdida de los ochenta que atrasó el ingreso per cápita peruano por 30 años. Para los peruanos más jóvenes, digamos los que nacieron en 1990, sin embargo, el ritmo del progreso ha sido todaví­a más impresionante. El incremento del ingreso per cápita en ese perí­odo más corto ha sido de 134%, por ejemplo.

Todo eso, que es parecido a lo que ha ocurrido en buena parte del mundo en desarrollo, hay que celebrarlo. Sin embargo, quienes dicen preocuparse por la pobreza y la desigualdad son muchas veces los mismos en los paí­ses ricos que ahora abogan por barreras a la globalización. Se apoyan en estadí­sticas que muestran que las clases medias en los paí­ses avanzados no se han beneficiado de la globalización como el resto de la población mundial. Pero un estudio nuevo de la Resolution Foundation muestra que las estadí­sticas sobre ingreso y desigualdad mundial no comparan las mismas personas a travíés del tiempo porque ha habido mucha movilidad hacia arriba. Cuando se toma en cuenta esa realidad, se ve que incluso esas medias clases en paí­ses ricos aumentaron su riqueza al menos 20% desde los ochenta.

La percepción importa y urge ahora enfrentarla con la realidad en los paí­ses ricos.


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...