TINO REY| VITORIA
RAFA GUTIí‰RREZ
Olaizola II Irujo Se diluyó el suspense de la liguilla de semifinales del Torneo del Cuatro y Medio. Se han guardado las calculadoras en el cajón y la cancha dictó sentencia. El triunfo de Martínez de Irujo (22-17) sobre Aimar Olaizola, ayer en el Ogueta de Mendizorroza, ha establecido a los protagonistas de la final.
Los dos navarros tendrán el privilegio de jugar el 7 de diciembre, en un escenario aún por determinar, el duelo más importante de esta modalidad. Ambos reconocieron, en la posterior rueda de prensa al encuentro, que «hemos quedado bien de manos y estamos dispuestos a jugar en la fecha establecida por las empresas».
El choque fue muy pasional. «Intenso y bien jugado tanto por Aimar como por mí», declaró el ganador. Así fue. Hubo un intercambio de pelotazos rápidos que produjeron constantes cambios de posición. La pelota iba y venía del frontis veloz. Y contribuyó a ello el juego de aire, con 84 intervenciones, que pusieron en práctica los dos pelotaris.
Además pintaron sus respectivos remates con un arco iris multicolor. Hubo una amplia gama de definiciones y para todos los gustos. Jugadas brillantes. Cortadas, sotamanos, dejadas, dos paredes, ganchos y paraditas al 'txoko'. No faltó una sola exquisitez de las que contempla el manual pelotístico. Un autíéntico alarde.
En defensa interpretaron un tratado. Constataron que tienen en su poder las piernas más veloces de los cuadros manistas. Hubo unas alcanzadas prodigiosas tanto el ancho como en la pared izquierda, casi todas ellas a pelota pasada, que enardecieron la grada. Hubo hasta estorbadas, no se sabe bien si deliberadas. El público no se cansó de aplaudir y vitorear a sus ídolos.
Hay que subrayar que en el Ogueta la nota positiva la ofreció la juventud que abarrotó las zonas altas. Un hecho que deben tener en cuenta los empresarios a la hora de fijar los precios para las finales. A esta singular afición no se le puede dejar al margen de estas importantes citas.
A por todas
Irujo se enchufó al duelo de una forma electrizante. Emitiendo chispazos de desazón. «He saltado a la cancha con los nervios a flor de piel», admitió en la posterior rueda de prensa. Se fue al aire al resto de saque de Olaizola, como hizo con Titín III en la anterior eliminatoria, y se le quedó la pelota pegada en la pared izquierda. Sin embargó, más tarde atemperó su estado anímico.
El marcador no terminó de aclarar las numerosas nebulosas que se le apagaron hasta muy mediada la primera parte. Hubo empates a 1, 5, 7, 9, 10, 14 y 15. La tensión y la emoción tambiíén se desparramaba por donde deambulan los corredores de apuestas, que de salida ofrecieron dinero a la par a favor del benjamín de los Olaizola. De aquí en adelante marcó la diferencia el campeón de Ibero.
El ganador firmó una gran actuación, demostrando que cuando deja aparcadas las lesiones en el baúl de los recuerdos es el pelotari más agresivo de la actualidad. Finalizó 13 tantos y seis saques, 'jugada clave' en opinión del derrotado, y sólo falló tres pelotas. Incluida una falta de saque. Aimar tuvo una gran actuación, pero quería quitarse del camino un rival incómodo y no lo logró.