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Autor Tema: “Merck no puede invertir en un paí­s que rebaja los precios de los medicamentos”  (Leído 292 veces)

Scientia

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“Merck no puede invertir en un paí­s que rebaja los precios de los medicamentos”
 
por Sergio Saiz en Expansión

El primer ejecutivo de la farmacíéutica alemana garantiza el presente de las plantas de la multinacional en España, pero asegura que su futuro depende de la credibilidad del entorno polí­tico.

“España es uno de nuestros grandes mercados, tanto en ventas como en fabricación y queremos que lo siga siendo. Sin embargo, el marco polí­tico del paí­s decidirá el papel que jugará en la estrategia de Merck”. Con estas palabras, el presidente de la farmacíéutica alemana, Karl-Ludwig Kley, resume el malestar generado en la matriz por la aprobación de dos reales decretos consecutivos para recortar el precio de los medicamentos en España.

El nuevo marco legislativo le costará a las farmacíéuticas presentes en el paí­s cerca de 2.100 millones de euros, es decir, un 13% de su facturación. Mientras el sector se prepara para afrontar una oleada de despidos, que podrí­a dejar en el paro a 5.000 personas sólo en España, el presidente de Merck garantiza, de momento, los puestos de trabajo en todos los paí­ses en los que la compañí­a está presente.

“No hemos recortado personal, ya que estamos intentando afrontar la crisis reduciendo horas de trabajo”, aunque si el escenario internacional sigue complicándose, Kley no descarta que el grupo se vea obligado a seguir los pasos de sus competidores. “Todos los paí­ses quieren tener industria farmacíéutica por su alta inversión en I+D, pero reducen los precios de los medicamentos”. En su opinión, estas dos polí­ticas son contradictorias y, asegura, “no podemos invertir en un paí­s que rebaja los precios de los medicamentos”. Actualmente, España es uno de los paí­ses de la Unión Europea donde más baratos son los fármacos.

Mercado nacional
Merck cuenta con tres centros de producción en el paí­s, donde emplea a cerca de mil personas. Y, aunque estos puestos están a salvo, “las consecuencias de este tipo de medidas son siempre a largo plazo”. De momento, España figura en los planes estratíégicos de Merck “y no vamos a reducir plantilla inmediatamente”, pero dentro de cuatro o cinco años la situación podrí­a ser diferente, advierte el ejecutivo. Karl-Ludwig Kley asegura que, a la hora de adjudicar la fabricación de nuevos productos, clave para la continuidad de las plantas nacionales, “analizaremos toda la situación global del paí­s, desde el Gobierno hasta las fábricas”.

“Si el negocio se ve amenazado, será difí­cil continuar con nuevas inversiones”, ya que el sector farmacíéutico requiere de una gran estabilidad, tanto desde el punto de vista legal como polí­tico, porque los proyectos de I+D se ejecutan a muy largo plazo, explica Kley.

Otro factor que corre en contra de España es el problema que supone para las farmacíéuticas el reparto de competencias entre las comunidades autónomas y el Gobierno, difí­cil de entender incluso para alguien que preside una compañí­a con sede en Alemania, un paí­s federal. Kley considera que el modelo español de las autonomí­as es “arcaico” y ha fragmentando el mercado.

Pese a las crí­ticas, Karl-Ludwig Kley sigue defendiendo la producción en España y destaca la productividad de las plantas nacionales de Merck y asegura que, cuando se habla de I+D, la deslocalización hací­a paí­ses con mano de obra más barata no es una opción.

Además, la abultada factura del sistema sanitario “no es sólo un problema español”, apunta el presidente de Merck, que ve con incertidumbre las diferentes polí­ticas que se están adoptando en toda Europa y que están poniendo contra las cuerdas a las farmacíéuticas. Sin embargo, Kley es un ejecutivo que destila optimismo y no cree “en las estrategias escritas en una pizarra”, ni en seguir los pasos de sus competidores.

Mientras que otras multinacionales de medicamentos de marca entran de lleno en el segmento de los geníéricos, Merck, nadando contracorriente, decidió vender esta división: “En un sector caracterizado por la innovación y alta tecnologí­a, no hay sitio para un negocio de commodities (sin valor añadido)”.

Planes de futuro
Las decisiones de Kley parecen haber dado en la diana, ya que en el último trimestre la facturación creció un 25%, hasta los 2.438 millones de euros, y el beneficio bruto de explotación (ebitda) se disparó un 50%, superando los 700 millones.

Ahora, la farmacíéutica se centra en los mercados emergentes, como China, y en equilibrar su pipeline de molíéculas, donde cuentan con una importante cartera en oncologí­a. “Tenemos candidatos muy prometedores” para convertirse en la nueva generación de fármacos y sortear así­ el fantasma de la caducidad de patentes. Su lanzamiento más inmediato es la cladribina, un tratamiento oral para la esclerosis múltiple, que actualmente está siendo evaluado por las autoridades sanitarias de Estados Unidos (FDA) y de la Unión Europea (Emea).