Por… Beatriz De Majo
La cifra
Para frenar la construcción en 2011, el gobierno estimulará el alquiler de 10 millones de viviendas, duplicando casi los niveles del año 2010.
A mediados del año pasado el FMI se atrevió a vaticinar que la economía china vería expandir su PIB en el año 2010 en un 10,5% y se equivocó en sus predicciones numéricas. En lo que no erró fue en asegurar que cerca de dos tercios del crecimiento de la economía lo aportaría la demanda privada, casi un tercio sería responsabilidad de la demanda pública y las exportaciones no aportarían casi nada al crecimiento del PIB.
Lo que se espera en el año 2011 es una disminución apreciable de la totalidad de la actividad económica propugnada desde el gobierno central. Así lo anunciaron las autoridades al cierre de la Conferencia Central sobre el Trabajo Económico que tiene lugar todos los diciembres.
Con el ambiguo lenguaje que caracteriza los comunicados oficiales, el gobierno se comprometió a “reforzar y mejorar sus regulaciones macroeconómicas para garantizar un desarrollo económico estable y sano en 2011”. El país tiene claro, no obstante, que lo que hay en el panorama a lo largo del año que se inicia son medidas contractivas, de las que ya hubo una muestra diciente a lo largo de todo el 2010.
El Banco Central del país elevó el coeficiente de reserva bancaria en seis ocasiones e incrementó las tasas básicas de préstamos y depósitos dos veces en el último trimestre, sin haber logrado ni restringir el circulante ni controlar la disparada de los precios.
Lo que está, pues, en la agenda oficial no es otra cosa que una más programada y mejor monitoreada desaceleración de la dinámica económica en la que, sin embargo, que se mantenga el compromiso de fomentar el gasto de los consumidores, se controle aquellas industrias que tienen una capacidad excesiva, se introduzcan mejoras en el sector manufacturero tradicional y se fortalezca el sector de servicios.
Todos los analistas vaticinan que debido a las distorsiones de los mercados externos y de la demanda alterada de los países desarrollados, el frente doméstico será el llamado a generar dinamismo en el producto interno chino en el año 2011. El consumo y la producción industrial, no las exportaciones, serán de nuevo en el 2011 los motores de la actividad china. Ni se permitirá un consumo desbocado, ni se le darán alas a la actividad industrial, ni el acento estratégico estará centrado en la conquista de los mercados externos. El propio ministerio de la industria aseguró que el crecimiento industrial se hará caer 4 puntos desde el 15% del 2010 para que solo se expanda un 11% en el 2011. Se espera, pues, que en el sector eléctrico la demanda industrial se vea impactada hacia la baja debido principalmente a la contracción que el gobierno está propugnando en el sector de la construcción y que la industria siderúrgica igualmente se adecue a una demanda constreñida.
Ese es pues el panorama que se avizora en el escenario chino en el año que estamos viendo despuntar. Habría que apostar a que, con la austeridad que se está abordando al plan económico de este año, el PIB chino, con suerte, alcance a crecer un 9%.
¿Es esto bueno o malo para el área de influencia del coloso chino? Lo iremos viendo en el camino mientras avanza el 2011 y en la medida en que el resto de los jugadores globales se vayan adecuando.
Suerte en su vida y en sus inversiones…