Por… Jarillabolsa
El repunte de la morosidad se está convirtiendo en el gran lastre para la recuperación del sector bancario.
La dificultad que atraviesan cada vez más familias españolas para llegar a fin de mes ha disparado los impagos en las cuotas hipotecarias y, por extensión, el número de ejecuciones hipotecarias. Pero a la banca no le interesa incrementar su stock de viviendas, sino lograr que su cliente haga frente a su compromiso. Si para ello se han de renegociar las condiciones del contrato, lo se hace, pero la realidad es bien palpable.
La coyuntura actual ha provocado que las novaciones (cambios en las cláusulas originales del préstamo dentro de la misma entidad”) estén alcanzando cotas históricas. Algunos ciudadanos optan por alargar el plazo de sus hipotecas y, de este modo, reducir el importe de la cuota. De este modo, las entidades no cobran comisiones y los notarios y registradores no cargan costes en concepto de aranceles notariales y registrales. Además, se ha eliminado temporalmente el gravamen del Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados para las novaciones que se refieran a la ampliación de los plazos.
Las entidades están alargando los préstamos hasta un máximo de 40 años. Una hipoteca media de 142.700 euros formalizada a 25 años con un tipo de interés del 3,1% supone una cuota de 684 euros. Si el periodo se aumenta hasta 35 años, 557 euros.
Sin embargo, el cliente ha de tener en cuenta el incremento de los intereses totales: pasarán de alrededor de 62.500 euros a 91.000 euros. Es decir, cuando venza el préstamo, habrá pagado en total 28.500 euros más. Otra opción es incluir un plazo de carencia de entre dos y tres años. Durante este periodo sólo se amortizan intereses, pero no capital.
Los suelos de interés mínimo que se aplica a la hipoteca, pese a que el euribor esté por debajo también están siendo objeto de negociación entre entidades y clientes. No quitan este suelo, pero sí lo bajan cuando son muy elevados, por ejemplo, del 4% al 3%, aproximadamente.
Suerte en la vida!