La revista Time acababa de publicar su ránking de las 100 Personas Más Influyentes del Mundo, y había colocado como primero en la lista al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ocupaba el cuarto puesto.
Simultáneamente, un titular de la agencia de noticias EFE citaba a Francisco Luzón, un alto directivo del Banco Santander de España, diciendo que “América Latina tiene el mejor sistema financiero del mundo”.
Horas antes, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional habían hecho públicas sus proyecciones económicas, mostrando que la economía latinoamericana crecerá un saludable 4 por ciento este año, y otro 4 por ciento en el 2011, o sea, por encima del crecimiento esperado para Estados Unidos, Europa y Japón.
Uno de los informes del Banco Mundial sobre Latinoamérica, titulado “Del colapso global a la recuperación”, tenía titulares inusualmente optimistas, como: “En general, las cosas van bien”.
Entre las proyecciones contenidas en el informe se cuentan:
Brasil será la estrella económica de la región este año, seguido por Perú, Chile, Panamá y México, en la mayoría de los casos gracias a los altos precios de las materias primas y a políticas económicas responsables. La economía de Brasil crecerá un 5.5 por ciento en el 2010, mientras que las de Perú, Chile, Panamá y México crecerán entre un 4 y un 5 por ciento.
Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Paraguay y Uruguay tendrán índices de crecimiento moderados, de entre un 3 y un 4 por ciento.
Venezuela y Bahamas tendrán el peor desempeño de la región. La economía de Venezuela se contraerá un 2 por ciento en este año.
¿Pero son realistas todas estas valoraciones políticas y económicas? ¿Haría bien nuestro amigo de Marte si mandara un informe a su centro de control diciendo que América Latina es una de las regiones más importantes del mundo?
Mi opinión: Ojalá me equivoque, pero me temo que los últimos titulares son un fenómeno fugaz generado por un sentimiento generalizado de desesperanza en Estados Unidos y Europa. Cuando las cosas andan mal, la gente tiende a buscar nuevos héroes para alimentar nuevas esperanzas.
El hecho concreto es que el progreso económico en la nueva economía global dependerá cada vez más de qué países serán capaces de inventar nuevos productos, o formas más eficientes de producir los actuales.
Y mientras Estados Unidos registra 77.000 patentes anuales y Corea del Sur 7.500, Brasil registra solamente 100, México alrededor de 50 y Argentina 30. Estas cifras nos dan una visión más realista de dónde está la región, y del desafío que tiene por delante para convertirse en un actor mundial de importancia.