El oro continúa siendo el activo refugio por excelencia en tiempos difíciles para la economía y la renta variable. Es un activo que se mueve de manera inversa a las Bolsas y ofrece una rentabilidad mejor que otros productos tradicionales como fondos garantizados, depósitos, cuentas remuneradas, etc.
La demanda va aumentando poco a poco y muchos inversores se preguntan qué sería necesario que ocurriese para frenar las alzas del metal precioso. Pues simplemente que la estructura de la economía internacional vuelva a ser sólida y la confianza se apodere de los inversores para volver a depositar su dinero en las Bolsas.
Una ventaja es que no tiene el problema de contrapartida como le ocurre a las emisiones de bonos. Otra ventaja es el gran interés de países como China y otros emergentes en adquirir grandes reservas, hecho que puede aumentar considerablemente la demanda y por tanto seguir subiendo la onza (recientemente hemos asistido por ejemplo a un máximo histórico en el precio de la onza de oro de Londres).
La trayectoria de la cotización de este metal durante la crisis ha sido excepcional, aunque fue en el año 2003 cuando comenzó su tendencia y en el año 2009 cuando marcó un máximo anual muy significativo, teniendo su mejor año de este periodo en el 2007 cuando se revalorizó más de un 30%.
Suerte en sus inversiones!
Fuente: Bolsa-finanza