Por… Lenin Cardozo
Pareciera, que el conflicto con Irán, por su manejo de la energía nuclear, será el desencadenante de la próxima guerra de esta segunda década del siglo. El formato es el mismo que el de Irak. Las cosas no están claras, es mejor intervenir. En esta “actividad” estarán convocados 65 millones de iraníes que habitan ese territorio y unos cuantos más de sus aliados naturales vs los ejércitos ocupantes. Los persas nuevamente, harán lo que más han sabido hacer milenariamente.
Sin embargo, aun cuando esto ocurriese, la mayor convocatoria bélica de este siglo no será en esa guerra. La madre de las guerras, tan anunciadas por los apocalípticos, será por el control del agua potable y alimentos. Esto lo confirma el informe elaborado por el ejército canadiense, titulado “El Contexto de la futura seguridad 2008-2030″, donde adelantan algunas iniciativas para amortiguar o controlar parte de lo que ya se prevé que va a ocurrir. “Las Fuerzas Armadas se están preparando para responder a los cuatro rincones del planeta, debido a las guerras regionales y eventuales hechos violentos por la competencia de los recursos naturales. Las futuras operaciones militares debidas a la multiplicación de motines provocados por el hambre darán lugar a intensos combates”. Revela el documento.
Entre los numerosos factores de desestabilización del planeta para los próximos años, el impacto ambiental ocupa el centro de atención de dicho informe. “En todo el mundo tendrán lugar fenómenos meteorológicos cada vez más violentos y cada vez más vinculados al cambio climático que exigirán intervenciones militares, desde misiones de socorro a las víctimas de catástrofes naturales hasta operaciones de estabilización a gran escala”. Las fuerzas canadienses estiman que la lucha entre los estados será por el control de recursos tales como el agua y los alimentos y prevé la peor de las situaciones. El informe prevé en países frágiles económicamente, las luchas internas por el control de los recursos, será especialmente en forma de guerrillas o hordas armadas organizadas para los saqueos.
En un periodo de 20 años los problemas medioambientales, así como la escasez de agua y de alimentos, supondrán un riesgo de desestabilización en regiones enteras. “Se prevé que las presiones causadas por las migraciones y los flujos de refugiados o de personas desplazadas conllevaran a un recrudecimiento de las tensiones étnicas, religiosas o territoriales, inestabilidad y, posiblemente, crisis de gobernabilidad en esos estados. Estos efectos se manifestarán en primer lugar en las zonas costeras, donde habita el 75% de la población mundial, en especial entre los grupos de personas, los sectores de la economía y las localidades sensibles a las variaciones climáticas desde el punto de vista económico o ecológico”.
Según los analistas militares, los efectos del cambio climático serán severos y tendrán consecuencias catastróficas, especialmente sobre el deshielo de los casquetes polares, la subida del nivel del mar, la creciente desertificación y la disminución del rendimiento de los cultivos en ciertas regiones (especialmente en África), la transformación de hábitats, la extinción de numerosas especies y la creciente propagación de enfermedades tropicales en las zonas templadas. El aumento del nivel del mar y el deshielo de los glaciares aumentarán sin duda la superficie de tierras perdidas, mientras que las infiltraciones salinas y la contaminación reducirán el acceso a los recursos de agua potable. La productividad agrícola de África caerá en picado. “La pérdida de tierras de cultivo debida a la desertificación conllevará una disminución de las cosechas en un 50%”. Además, “los glaciares del Himalaya desaparecerán sin duda hasta 2035, lo que privará a 750 millones de habitantes de la región del Himalaya-Hinde-Kush y China de su fuente de agua potable”.
Mientras todos están tomando sus “precauciones”. La agenda política latinoamericana, actúa con indiferencia ante el tema ambiental. La seguridad alimentaria, el crecimiento poblacional y el agua potable, son temas distantes porque no dan votos en lo inmediato. Duro, para no decir misionero o quijotesco, el camino de los ambientalistas, en advertir lo que está por llegar.
Será como dicen en mi país, ante lo que viene: “que dios nos agarre confesados”!!
Suerte en sus inversiones…