Por… RICH MILLER
La recuperación económica mundial podría ser lo suficientemente sólida como para resistir el doble golpe del terremoto de magnitud 9 en Japón y un aumento de los precios del petróleo desatado por las tensiones en Oriente Medio.
Japón corre el riesgo de hundirse en una recesión y el crecimiento global podría desacelerarse, pero es probable que la expansión tenga amplitud e impulso para durar. El desempleo está bajando en el mundo, los beneficios de las empresas crecen y la política monetaria es suelta. El Grupo de los Siete organizó su primera intervención cambiaria conjunta el viernes desde el 2000 para limitar la amenaza a la economía del Japón.
“La economía global debería pasar estas pruebas y ver una continuación de la prosperidad”, dijo Edward Yardeni, presidente y estratega de inversiones en Yardeni Research, de Nueva York. Los inversores comprarán títulos “si y cuando se controlen los problemas nucleares en Japón”.
Yardeni –famoso por haber acuñado la expresión “vigilantes de bonos” para describir a los inversores que castigan a los gobiernos pródigos– predice que el crecimiento global de un 5 por ciento este año ayudará a generar un repunte de 15 por ciento en el Indice Mundial MSCI de títulos de países desarrollados desde 1,279.69 el jueves, y un aumento en el Indice Standard & Poor’s 500 de acciones hasta 1,500 para fin de año, desde 1,273.72.
Economistas de Goldman Sachs Group Inc. y de JPMorgan Chase Co. también consideran que la economía mundial resistirá los golpes dobles de Japón y el petróleo. Goldman Sachs pronostica un crecimiento de 4.8% este año, en tanto JPMorgan predice un 4.4%, superando la media de 3.4% de las dos décadas anteriores.
“Hay una buena elasticidad para absorber este nivel de shocks”, dijo David Hensley, director de coordinación económica global de JPMorgan Chase de Nueva York y ex economista en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York.
Otros, entre los que se cuenta Ian Plenderleith, ex director ejecutivo del Banco de Inglaterra, están más preocupados. Temen que los riesgos que se acumulan graviten sobre la expansión que todavía enfrenta las secuelas de la peor crisis financiera desde la Gran Depresión.
Además de los desastres naturales que dejaron miles de muertos en Japón, las revueltas en Oriente Medio y Africa del Norte dispararon el precio del crudo a más de $100 el barril hasta su nivel más alto desde el 2008, amenazando con afectar la demanda y generar inflación. Los costos de los alimentos subieron a niveles récord, y Europa todavía debe resolver su crisis de la deuda.
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