Dijo la OCDE: “La recuperación está a la vista (pero) el repunte del empleo llegará después” (El País 17.09.2009, Primera página). Interesante, mucho, mucho, ¡muchísimo!.
De entrada algo curioso: todo el mundo está aceptando este mensaje (la OCDE no es la primera que lo ha lanzado) como algo obvio, natural, evidente: ‘nos vamos a recuperar pero el desempleo va a continuar alto’; algo no cuadra, ¿o si?.
En todo el planeta han estado vendiendo la moto (quienes tenían que venderla) que se estaba poniendo en marcha una política keynesiana para reactivar la economía (falso: hoy es imposible poner en marcha una política keynesiana porque las condiciones son totalmente diferentes a las de los años 30, lo que se ha hecho es inyectar pasta de todas las maneras posibles, sólo eso), y ahora salen con que recuperación del PIB sí, pero de la ocupación no; y no va a ser ni lo uno ni lo otro, pero bueno. (Recuerden: las políticas keynesianas, en cuanto se pusieron en marcha, crearon empleo ¡ya!).
Lo mejor del caso -o lo peor, según se mire y dependiendo de quienes lo miren- es que lo que dice la OCDE es cierto: el PIB aumentará -dónde y cómo es otra historia-, pero la demanda de trabajo, 1) ni va a absorber el desempleo producido, y 2) ni va a contratar al aumento de oferta de trabajo que simplemente de forma vegetativa se vaya produciendo; en otras palabras, el horizonte a 50 años vista muestra un panorama de muy alto desempleo del factor trabajo, al menos muy elevado para nuestros parámetros de medida.
En mi libro, “El crash del 2010”, me ocupo del tema. Hasta la década de los 80, aumento de PIB y crecimiento de la demanda de trabajo estaban vinculados, a partir de los 80 dejaron de estarlo, es decir, el aumento del PIB dejó de estar relacionado con el crecimiento de la población ocupada; ¿por qué?, pues porque el sistema aprendió a generar PIB con menos factor trabajo; ¿cómo?, pues recurriendo a la tecnología de todo tipo (la organización también es tecnología). El sistema empezó a dejar de poner el foco en la producción, y empezó a ponerlo en la productividad, y esto ha ido yendo a más, más, más …
Esta crisis que ahora estamos comenzando es consecuencia de varios agotamientos, uno de ellos es el de la vinculación entre aumento del PIB y ocupación del factor trabajo. Como se ha seguido vendiendo que crecimiento y empleo seguían ligados (una persona desempleada no vota, o vota menos) la capacidad productiva ha seguido creciendo creyendo o queriendo pensar / no creyendo o no queriendo no-pensar que la producción seguía siendo lo fundamental: de ahí que se le concediese capacidad de endeudamiento a todo el mundo, en todas partes, y para todo. Se ha creado empleo, pero ficticio.
Hace un par de días, una médica, muy buena profesional de la medicina, inteligente, reflexiva, me preguntó que estaba sucediendo en la economñia del planeta; estuvimos hablando unos minutos hasta que llegamos a uno de los puntos cruciales: que en el sistema sobra factor trabajo.
Le dije, ‘Imagina que alguien decide fabricar cien millones de agendas electrónicas (tenía la suya sobre la mesa), pero, de verdad, de verdad, capacidad de pago sólo tiene un millón de personas, y necesidad verdadera de tener la agenda, medio millón. Como se da capacidad de endeudamiento a cien millones de personas, se pueden fabricar cien millones de agendas, lo que genera PIB, además se ocupan a X personas para que fabriquen esos cien millones de agendas, lo que genera más PIB. A la que se ponga de manifiesto que la capacidad real de consumo es de medio millón de agendas, el desempleo de los fabricadores de agendas se disparará, al igual que lo hará el de los fabricadores de caramelos de menta. Bien, pues eso es lo que ahora está sucediendo’.
Esa médica se quedó pensativa y, luego, dijo varias cosas, una de ellas fue: ‘La gente está teniendo demasiados hijos’. Lo que es absolutamente cierto teniendo en cuenta que YA HAY un excedente de población activa.
El desempleo no va a reducirse, ni aquí, ni en ninguna parte, más aún, aumentará a no ser que se reparta el tiempo de trabajo junto a una reducción de los salarios, claro; pero no creo que eso suceda porque lo que ya está primando, y más primará, es la productividad, y el reparto del tiempo de trabajo casa muy mal con eso (la médica antes referida me comentó que cada vez tiene más trabajo).
Recuerden: la solución está en lo nuevo: la solución no puede estar en que todo el mundo que quiera vuelva a trabajar el tiempo que quiera porque esa ha sido una de las causas que nos ha llevado a esta crisis; lo que sucede es que ese cambio tiene consecuencias.
(¡Ostras, ostras, ostras!. El presidente de la AEB, dijo la pasada semana que no, que el informe de Moody’s no refleja la realidad real de la banca española, y que “ese supuesto de crisis tan prolongada (caía del PIB continuada y aumento permanente del desempleo) es imposible” (El País 16.10.2009, Pág. 21); hasta aquí, bien, lo bueno fue cuando dijo que “Si la recesión continuase indefinidamente, ni España ni el sistema bancario podrían resistirlo” (Misma fuente).
Pienso que lo verdaderamente interesante de las palabras del Sr. Miguel Marín radica en que admita la posibilidad de una ‘recesión continuada’ (entiendo que quiso decir crisis, o depresión); que alguien como el presidente de la Asociación Española de la Banca admita eso dice mucho, mucho, por ejemplo, que el informe de Moody’s no es tan descabellado, absurdo, inconsecuente, incongruente, aberrante y erróneo como se ha manifestado. Ya saben lo de agua y el río).
(Pregunta. En términos reivindicativos, ¿es lógico que se declare en huelga la plantilla de una empresa que tiene un excedente de capacidad productiva?).
Santiago Niño Becerra.