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Autor Tema: ¿Por quíé Popular sufre en el parquíé?  (Leído 706 veces)

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¿Por quíé Popular sufre en el parquíé?
« en: Agosto 10, 2008, 10:46:19 am »
¿Por quíé Popular sufre en el parquíé?

Por Patricia Vegas para el Economista

Banco Popular ha sido durante varios ejercicios el estandarte de la correcta gestión bancaria. Su buen hacer financiero le ha permitido colocarse año tras año como la entidad más eficiente de Europa, una trayectoria que levantaba la admiración de los gestores internacionales. Pero ahora, su alta dependencia del mercado nacional, sobre todo mediante la concesión de críéditos hipotecarios, está pasando factura a su cotización.

Tal era el reconocimiento de su labor que fue premiada varias veces con el galardón al mejor banco de España por tres de las más importantes revistas financieras internacionales: Euromoney, The Banker y Global Finance.

Sin embargo, tan brillante sueño se está convirtiendo en pesadilla. Ahora la entidad presidida por íngel Ron está marcada con una cruz por las firmas de inversión, que están rebajando las previsiones de beneficio de Popular para este ejercicio. Esta realidad ha tenido una clara repercusión en el mercado, donde las acciones caen un 37% en 2008, por encima de la media del sector y el Ibex 35, que recorta un 22,8%.

¿Quíé ha pasado en Popular para levantar los recelos de la comunidad financiera?
Está pagando su indefinición: ha sido demasiado pequeño para compararse con los grandes titanes españoles, Santander y BBVA, pero demasiado grande para equipararse con la banca mediana. A esta situación se llegó por el escaso afán comprador en el exterior que mostró el banco bajo la gestión de los hermanos Valls Taberner, una estrategia que siguió su sucesor, íngel Ron.

"La entrada de Ron en la presidencia no supuso una variación en el modelo de gestión de la entidad que existí­a antes de su nombramiento", cuenta Nagore Dí­ez, analista de Norbolsa.

Limitado, por tanto, en el plano internacional, Popular se volcó en incrementar su tamaño en el mercado nacional a travíés de una eficaz red nacional que le permití­a captar volumen con un escaso coste, mientras la gran banca salí­a fuera de las fronteras por compras. "Además, para evitar un operación hostil Popular buscó crecer como principal objetivo en los últimos años.

Rentabilidad por volumen
Como resultado de esta estrategia, tuvo que sacrificar rentabilidad por volumen. Sin embargo, con el cambio de ciclo, el elevado crecimiento se está convirtiendo en mayor riesgo en tíérminos de morosidad", dice Juan Josíé Fernández Fijares, de Link Securities.

Esta polí­tica lo ha llevado a incurrir en excesos, que ahora tiene que purgar. Un ejemplo de esta arriesgada táctica se puede ver en su cartera crediticia. En los últimos tres años, la mitad de su cartera crediticia ha estado destinada a hipotecas. En concreto en 2007, el 53,2% de los críéditos a la clientela correspondió a príéstamos hipotecarios. Los expertos creen que íéste es un elevado porcentaje para un entorno como el actual: con una importante desaceleración económica y un brusco frenazo inmobiliario.

"El banco más expuesto al mercado hipotecario es Bankinter, ya que más del 70% de su cartera de críéditos es hipotecaria. Ahora bien, el peso de la cartera promotora de Popular ronda el 10%, sin tener en cuenta Martinsa Fadesa, por lo que creo que ese porcentaje se elevará considerablemente", explica Lola Jaquotot, analista de Gesconsult.

"Popular ha sido una de las principales ví­ctimas del panorama actual de los parquíés, debido a su casi total dependencia del mercado nacional, en fuerte desaceleración, desde crecimientos del PIB superiores al 3,5% hasta crecimientos en torno al 1%", comenta Nagore Dí­ez.

Fuerte frenazo
Antes de la llegada de la crisis de críédito iniciada el pasado verano, Popular se beneficiaba de los fuertes incrementos de la inversión crediticia en el mercado nacional, que aumentaban al 25% cada año. Además, gracias a su mayor presencia en el negocio de pymes y empresas, obtení­a unos diferenciales de rentabilidad superiores a sus competidores, y que conseguí­a financiar a precios muy reducidos sin acudir a los recursos de clientes. Esto, unido a una buena polí­tica de contención de costes, le permití­a mantener un ratio de eficiencia mejor que sus comparables.

Sin embargo, con la llegada de la crisis crediticia y la desaceleración económica española, Popular se ha visto arrastrado por los pilares que aguantaron su crecimiento en años anteriores: la inversión crediticia se desacelera (crecimiento de un solo dí­gito) y no cuenta con otras áreas del negocio que ayuden a compensar esta moderación.

Esto ha provocado que en el primer semestre del año los resultados de la entidad hayan decepcionado al mercado, con un incremento importante de la morosidad. Si esperaban un beneficio neto de 676 millones de euros, la entidad obtuvo un resultado de 674 millones.

La negativa sorpresa llegó por la tasa de mora, que creció hasta el 1,42%, frente al 0,72% del mismo periodo del año anterior y por encima de las previsiones del mercado. De esta forma se coloca como la más alta en diez años para la entidad. "La evolución de los márgenes fue peor de lo esperado por nosotros. [...] Así­ pues, viendo la exposición del banco, nos ha cambiado esa imagen de entidad estable y tradicional por una mucho más arriesgada y fuertemente orientada al riesgo", dice Inverseguros.

Más morosidad
Pero esto no es todo, ya que los expertos creen que puede ir a más. La actual tasa de morosidad no incluye las provisiones de 100 millones de euros que ha tenido que hacer por Martinsa-Fadesa, según los analistas, que barajan que este año la entidad podrí­a cerrar con una tasa del 2,5%, que podrí­a superar el 3% teniendo en cuenta estas últimas provisiones.

"La fuerte entrada de morosos indica un rápido y severo deterioro de la calidad de los activos del banco, incluso por encima de sus comparables, lo que se traducirá en un aumento de las provisiones más acusado que el del resto. El mercado descuenta que habrá revisiones a la baja en la estimación de los beneficios, algo que unido a la falta de visibilidad del sector en general, nos hace ser muy pesimistas con el valor", dice Jaquotot.

La alarma se desata si se mira la historia de Popular, en la que la entidad nunca habí­a tenido unos niveles de impagos tan altos. En la crisis de los noventa la morosidad del sector se incrementó de manera significativa, hasta alcanzar su punto álgido en 1993 con un 8,93% en el sector financiero. Sin embargo, Popular mantuvo un ratio del 2,93% en ese año.

No obstante, su situación era diferente y mejor que la actual. "Su presencia en críédito a promotor, el mayor riesgo actual, era del 3% sobre el críédito total, frente al 10,5% de ahora, en torno a 8.800 millones sin incluir a Martinsa. La implicación es obvia: podemos ver í­ndices de morosidad muy superiores al 2,93% que se dieron en el pico de ciclo [...]. Asumimos una tasa del 4,3% en 2009, muy por encima de las peores cifras de la historia del banco", dice Ibersecurities.

Acción corporativa
Otro de los problemas es su baja rentabilidad sobre los recursos propios. En el primer semestre estuvo en el 22,8%, lo que supone un descenso notable frente al 24,6% de media de los últimos 13 trimestres. "El banco se ha caracterizado por tener el ROE por encima del 20% y consideramos que tanto la morosidad como la erosión de márgenes no harán posible mantener dichos niveles", explica Jaquotot.

Por eso, los expertos creen que en el entorno actual no se puede descartar la venta de activos, un recorte del dividendo o una ampliación de capital para mejorar los ratios que tiene ahora. Las firmas de inversión están estableciendo un core capital -ratio sobre el capital- del 5,6% para el próximo año, por debajo de lo exigido.

Una posible congelación del dividendo de 0,49 euros por acción permitirí­a un ahorro entre los 600 y los 700 millones de euros, según las analistas. Sin embargo, teniendo en cuenta el núcleo duro de Popular -Sindicatura de Accionistas tiene un 14,5%; Allianz, un 9,4%, y Americo Amorí­n, un 6,89%- esta posibilidad es la menos viable. Aunque la alternativa de una ampliación podrí­a ser la más sencilla para el banco, los analistas consideran que serí­a mal vista por el mercado y, además, con el panorama actual serí­a difí­cil de colocarla.

Por eso, las firmas siguen bajando sus valoraciones. Si a principio de año se esperaba un resultado neto de 1.385 millones para este curso, ahora los expertos se han vuelto más negativos y creen que tan sólo conseguirá 1.320 millones. Esta realidad tiene un fiel reflejo en el precio objetivo, ya que ahora creen que el valor justo del tí­tulo es de 8,1 euros, frente a los 13,5 euros que calculaban a principios de año.

« Última modificación: Agosto 10, 2008, 11:21:26 am por Zorro »


Estoy inmerso en la nueva fiebre del oro.