La nueva normativa de provisiones que tiene que elaborar España, conocida como 'Guindos 3' una vez que han caducado los 'Decretos Guindos 1 y 2', obligará a las entidades a considerar morosas buena parte de las refinanciaciones empresariales que ocultan críéditos incobrables, es decir, la "morosidad oculta" del sector, según varias fuentes conocedoras de la situación. Esta política, que puede adoptarse mediante circular o mera "recomendación", supondrá un aumento de las provisiones que minará la recuperación de los beneficios del sector prevista para este año. A cambio, Bruselas ha transigido con que no se eleven los porcentajes de cobertura de los críéditos empresariales -en especial de pymes-, como pretendía inicialmente.
Como adelantó El Confidencial en marzo, la Comisión Europea quiere imponer fuertes coberturas sobre los riesgos de la banca que habían quedado fuera de los dos 'Decretos de Guindos' -centrados en la exposición inmobiliaria-, es decir, los críéditos a empresas de otros sectores, en especial los refinanciados. En la negociación que se entabló, España consiguió inicialmente dejar fuera los críéditos hipotecarios residenciales, dada su baja morosidad y el brutal impacto que tendría su inclusión sobre las necesidades de capital del sector. Ahora, tambiíén ha conseguido que no haya que elevar los porcentajes de provisiones que se necesitan dotar para cubrir estos críéditos, aunque a costa de incrementar el volumen que se considera moroso.
"La Comisión Europea va a obligar a los bancos españoles a pasar a mora todo el críédito refinanciado subestándar, sea para pymes o para grandes empresas, y a reclasificar muchos críéditos que ahora se consideran sanos, con el consiguiente incremento de las provisiones", según una de las fuentes consultadas.
Todavía no está claro si esta nueva política de provisiones se plasmará en una circular del Banco de España o si, simplemente, se transmitirá a las entidades individualmente para que cada una revise la calificación de su cartera de críédito de acuerdo con sus características concretas. Es decir, podría quedarse en una "recomendación" como la de limitar los tipos de los depósitos. Lo que parece descartado es que haya un nuevo real decreto como los del año pasado. De momento, el supervisor ha contactado con varios bancos para informarles de esta medida y está recabando su opinión al respecto.
Y la reacción no está siendo muy positiva. El consejero delegado de un banco sano asegura que "no estoy de acuerdo con que haya que reclasificar los críéditos porque eso implica que los tenías mal, es decir, que habías hecho mal tu trabajo. Además, cuando un críédito está en subestándar ya está marcado, y lo normal es que acabe pasando a mora". Ahora bien, los críéditos subestándar sólo tienen obligación de estar cubiertos al 15%, mientras que para los morosos hay que dotar un 50% de entrada.
Evitar nuevas inyecciones de dinero publico
En todo caso, Bruselas tiene que buscar el equilibrio para obligar a las entidades españolas a hacer aflorar y provisionar la morosidad oculta, pero sin llegar a ponerlos en la situación de necesitar nuevas inyecciones de capital público, que Alemania no está dispuesta a aportar, como ya ha dejado claro en el caso de Chipre (lo cual obligaría a asumir quitas en los depósitos por encima de 100.000 euros). Además, en la Comisión Europea tienen claro que esta vez crecería el número de entidades que necesitarían ayudas. En todo caso, las mayores provisiones amenazan la recuperación del beneficio de la banca española esperada para este año.
Lo que sí ha decidido Bruselas, según las fuentes consultadas, es que se ha acabado la política de refinanciar masivamente y que, a partir de ahora, las entidades deben dejar quebrar a las empresas inviables. "Hay que ver más quiebras, no se pueden mantener empresas zombis indefinidamente como se hace en España", según otra fuente.
La práctica de las refinanciaciones es conocida en el sector como la "patada a seguir", y JP Morgan la denominaba "delay and pray" (retrasar y rezar). Es decir, cuando un cliente no puede pagar un príéstamo, se le da más tiempo con la esperanza de que en el futuro las cosas le vayan mejor y logre saldar la deuda. Ahora bien, en muchos casos esas esperanzas no tienen ningún fundamento, como evidencia el reciente caso de Reyal Urbis, con lo que lo único que hacen es retrasar lo inevitable: el reconocimiento de que esos críéditos son morosos y la consiguiente obligación de provisionarlos.
No liberar el exceso de provisiones
Por otro lado, el Banco de España tampoco va a permitir a las entidades que se apunten como beneficio el exceso de provisiones dotadas con los 'Decretos Guindos' para cubrir el críédito promotor sano que finalmente no pase a moroso. Según informaba la semana pasada el periódico Cinco Días y confirman las fuentes consultadas, ese "exceso de provisiones" tendrá que pasarse a geníérica para cubrir otros riesgos y no podrá llevarse a beneficios. "No hace falta conocer mucho al Banco de España para saber que no nos iba a dejar llevarlo a beneficios", señala el citado consejero delegado.
No obstante, parece difícil que se produzca ese exceso a corto plazo. "La mora de promotores oficial se sitúa en el 35%, pero la real anda por el 75% o el 80%. Eso es lo que van a tener que provisionar ahora con la nueva normativa, y eso va a hacer que no sobren provisiones, sino todo lo contrario", según la primera de las fuentes.