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Autor Tema: El pesimismo de los consumidores apunta que lo peor de la crisis está por llegar  (Leído 666 veces)

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http://www.elpais.com/solotexto/articulo.html?xref=20080831elpneglse_2&type=Tes

David tiene un concesionario de coches a las afueras de Madrid. Este mes de agosto apenas ha concretado un par de operaciones de venta y eso en las gamas más altas de vehí­culos, las que menos sienten la crisis. "Los fontaneros, los electricistas y los albañiles hace meses que dejaron de renovar sus coches que, al fin y al cabo, son parte de sus instrumentos de trabajo. A diferencia de otros años, en junio y julio ni siquiera se han notado las reparaciones de última hora antes de las vacaciones".
David teme que la vuelta sea aún peor precisamente porque su negocio es uno de los más sensibles a la parálisis en la que parece haber entrado la demanda interna. De hecho, se calcula que las ventas de coches han caí­do un 40% en agosto, un dato sólo superado en enero de 1993.

Un indicador más de que es el consumo de las familias uno de los que más se han resentido de la desaceleración económica, como han confirmado los datos del producto interior bruto (INE) del segundo trimestre. La extensión de la crisis inmobiliaria y financiera al resto de la economí­a y la consiguiente destrucción de empleo en todos los sectores ha llenado de pesimismo a las familias españolas, cuyo gasto apenas ha subido el 1,2% entre abril y junio, frente al 4,1% de un año antes. "La situación económica es mala pero no tanto como apunta la confianza de los ciudadanos. Está incluso peor que en la crisis de 1992-1993. Los ciudadanos están muy asustados", subraya David Cano, de Analistas Financieros Internacionales (AFI).

Y eso que los bolsillos de los españoles han recibido un empujoncito nada más y nada menos que de 3.000 millones de euros al hacerse efectiva en junio la paga de la mitad de la deducción de los 400 euros comprometida por el Gobierno en la campaña electoral. Ni por íésas. Las ventas de los comercios en la campaña de primavera-verano han caí­do un 5%, el primer descenso despuíés de 10 años de crecimiento continuado. Con este precedente, la Confederación Española de Comercio prevíé una campaña de otoño-invierno "difí­cil, complicada y de ajuste", según su secretario general, Miguel íngel Fraile. Las vacaciones, que parecí­an sagradas, tampoco han sido muy rumbosas. Según los datos del Instituto de Estudios Turí­sticos, la ocupación hotelera por ciudadanos españoles habí­a caí­do un 0,5% hasta julio y las pernoctaciones se redujeron un 2,2%.

En estas circunstancias, "los datos que se publican están en niveles tan bajos que todo apunta a una contracción [de la actividad] en los próximos meses", asegura BNP Paribas. Un análisis que dibuja un otoño bajo cero, en tíérminos económicos, y del que costará mucho recuperarse. "El colapso del crecimiento en medio de un desempleo al alza y el endurecimiento del acceso al príéstamo sugieren que está en marcha una fuerte desaceleración. Incluso con el paquete de medidas de emergencia aprobado por el Gobierno, el alcance colosal de los desequilibrios españoles apunta que lo peor está por venir", decí­a recientemente Michael Saunders, de Citigroup, en un informe.

Los analistas internacionales muestran su preocupación por el elevado endeudamiento de las empresas españolas [hasta del 127% del PIB según algunos cálculos], que les obliga a acudir a un mercado muy caro y restrictivo para refinanciar esa deuda. En un momento, además, en que el Tesoro de EE UU vuelve a demandar ingentes cantidades de dólares para pagar el plan de rescate de Bear Stearns y el más que probable de Fannie Mae y Freddie Mac.

"Lo peor no es sólo que las restricciones financieras no vayan a mejorar a corto plazo sino que pueden incluso deteriorarse de aquí­ a final de año", asegura Josíé Carlos Dí­ez, economista jefe de Intermoney. Una disfunción para la que no duda en pedir la intervención del Estado a travíés del Banco de España. "Un sistema en el que una elíéctrica obtiene financiación más barata que un banco y que, por tanto, puede dedicarse a prestar dinero a otras compañí­as es un sistema que no funciona", insiste.

Si el otoño se presenta bajo cero, la primavera puede ser siberiana. Estos datos revelan que la segunda mitad del año va a ser peor que la primera, "pero peor será aún la primera mitad de 2009", advierte Cano. El Servicio de Estudios del BBVA ya rebajó sus previsiones de crecimiento para 2009 antes del verano a un rango entre el 0% y el 1%. AFI lo sitúa en el 0,3%, Intermoney en el 0,2% y tanto Citigroup como BNP Paribas auguran una recesión para el próximo ejercicio. El BCE presentará esta misma semana sus nuevas previsiones. El Gobierno ha ratificado las suyas: espera una recuperación a partir de junio de 2009 y prevíé un crecimiento para el año del 1%.

Todo apunta a que esa recuperación se retrasará, al menos, hasta 2010. "Si algo bueno ha traí­do agosto ha sido la rebaja del Eurí­bor -el primer descenso en seis meses- y del precio del petróleo", reconoce David Cano, aunque su efecto sobre la economí­a aún se hará esperar. El Eurí­bor cierra agosto en el 5,32%, todaví­a por encima de la tasa registrada un año antes. Así­ que los consumidores aún tardarán varios meses en percibir la nueva tendencia de los tipos.

Sí­ servirá, en cambio, para que el Banco Central Europeo (BCE) empiece a cambiar el sesgo de su polí­tica monetaria y "le permita hacer la necesaria bajada de tipos de interíés en 2009", precisa Cano. No hay que olvidar que justo cuando las principales economí­as de la zona euro entraban en números rojos (Alemania, Francia e Italia), el BCE ha subido los tipos. "Para España es una gran noticia que la recesión amenace a Alemania. Eso obligará al BCE a poner los pies en la tierra", afirma Dí­ez. -