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Autor Tema: La banca gana 17.300 millones comprando y vendiendo deuda píºblica  (Leído 183 veces)

Eguzki

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La deuda pública se ha convertido en algo más que un negocio para la banca. Hasta el extremo de que uno de cada cuatro euros que ingresan las entidades de críédito por operaciones financieras procede de comprar y vender tí­tulos públicos de renta fija. En concreto, unos 17.300 millones de euros que representan el 26% de sus ingresos financieros totales. No en vano, su cartera de renta fija asciende ya a 540.000 millones de euros. O lo que es lo mismo, el 17% de su balance tiene que ver con operaciones a tipos de interíés convenidos con anterioridad.

Así­ aparece en un reciente informe que Analistas Financieros Internacionales (AFI) ha distribuido entre sus clientes, en el que se pone de manifiesto que la mitad de ese medio billón largo de euros está invertido en deuda pública; otros 50.000 millones son bonos de la Sareb, el ‘banco malo’, y 38.000 millones corresponden a bonos procedentes de la recapitalización de entidades.

La conclusión que saca AFI es que este año la cuarta parte de los ingresos financieros totales de la banca vendrán de la renta fija, mientras que, por el contrario, se producirá una reducción a casi la mitad de los ingresos derivados del críédito. Es decir, el negocio tí­picamente bancario (la concesión de príéstamos) se desploma. Por el contrario, el relacionado con la intermediación de la deuda pública se expande hasta lí­mites desconocidos en su cuenta resultados.

La causa de este fenómeno tiene que ver con las operaciones de liquidez lanzadas por el BCE (hasta un billón de euros) y con la fuerte rentabilidad de la deuda pública a consecuencia de la prima de riesgo. Expresado en tíérminos más directos, el negocio viene del hecho de que las entidades de críédito se financian al 0,5% y compran tí­tulos (dependiendo de los plazos) al 3% o al 4% sin apenas riesgo. Y, además, sin consumir capital, al contrario que en el caso de los críéditos a familias y empresas, que hay que cubrirlos parcialmente con recursos propios.

Hay que tener en cuenta que la banca española mantiene todaví­a príéstamos con el BCE equivalentes a 241.089 millones (datos hasta septiembre), pero es que en agosto del año pasado alcanzó los 388.736 millones. Una parte de este dinero se ha destinado a comprar deuda pública.

Margen de intereses

Con esta práctica, sostienen los analistas de AFI, las entidades están en condiciones de amortiguar la caí­da del margen de intereses derivada de la menor actividad crediticia, así­ como del aumento de los activos improductivos y de los tipos de interíés reducidos por la polí­tica extremadamente acomodaticia del banco central. Algo que explica, según las cuentas que hace AFI, que los ingresos por renta fija hayan pasado de 12.500 millones de euros en 2009 a 16.500 en 2012, “manteniíéndose esta tendencia creciente en 2013 y, previsiblemente, en 2014”. Es decir que el negocio de la banca al margen de la concesión de críéditos durará todaví­a algún tiempo.

Se da, además, otra circunstancia. Como la rentabilidad de la renta fija está cayendo al reducirse la aversión al riego (precisamente por las inyecciones de liquidez del BCE y las expectativas de que el euro no se va a romper), las entidades están generando abultados resultados por operaciones financieras con las carteras de deuda pública, toda vez que gran parte de la misma se constituyó a raí­z de las operaciones del banco central, cuando las rentabilidades se situaban en niveles superiores a los actuales y, por tanto, “a dí­a de hoy presentan plusvalí­as”. A medida que baja la rentabilidad, sube el precio de los activos. Y viceversa.

El problema, como asegura AFI, es que esos ingresos son de carácter extraordinario, y, por lo tanto, no son recurrentes, por lo que cuando los mercados se normalicen, las entidades financieras estarán obligadas a volver al negocio tradicional. O dicho en otros tíérminos, al ritmo que el BCE comience a retirar los estí­mulos de liquidez, irá desapareciendo el actual volumen de negocio financiero de los bancos, si bien ese escenario no es probable a corto plazo. Los tipos de interíés bajos durarán todaví­a mucho tiempo.

En palabras de AFI, más del 90% de los príéstamos hipotecarios son a tipo variable más un diferencial, y la mayorí­a de ellos están vinculados al Euribor 12 meses. Esta referencia (0,543% en septiembre) lleva por debajo del 1% desde agosto de 2012, “y con expectativas de que se mantenga así­ hasta mitad de 2015”. Por tanto, cabe esperar que la rentabilidad del críédito hipotecario difí­cilmente supere el 3% en los próximos años, teniendo en cuenta el bajo ritmo de rotación de la cartera.