El Servicio de Estudios del BBVA (BBVA Research) ha publicado un documento titulado ¿Puede la moderación salarial reducir los desequilibrios económicos? en el que asegura que el empleo podría subir un 10,4% y el PIB un 8,3% si los salarios reales bajaran un 7%.
Además, asegura que esta respuesta positiva del empleo, mayor que la reducción de los salarios, garantizaría que las rentas salariales (el producto del empleo por el salario medio) lejos de disminuir aumentaría en aproximadamente un 3%.
En consecuencia, el aumento del PIB, el empleo y las rentas salariales daría lugar un aumento del consumo privado, de la inversión y del stock del capital, con efectos sobre el PIB de los periodos siguientes.
Además, mejoraría la balanza por cuenta corriente, elevaría los ingresos públicos, reduciría el gasto en prestaciones por desempleo y permitiría disminuir el díéficit público.
En el informe, BBVA Research explica que la reducción del 7% no tendría que suponer una disminución en todos los salarios. Así, los de los trabajadores ocupados que ya estíén ajustados a su productividad no tendrían que reducirse.
Además, cuando la situación económica cambie, la negociación colectiva a nivel de empresa debería asegurar que los salarios aumentan o disminuyen en función de las variaciones de productividad. Los trabajadores desempleados, por su parte, deberían ajustar su salario de reentrada a la productividad del nuevo puesto de trabajo con el que pasan a ser ocupados.
En los casos en los que la productividad sea inferior al salario mínimo, las ayudas públicas deben cubrir ese gap y asegurar el salario mínimo, a cambio de que las empresas que las reciban aseguren formación y mejora de la productividad de esos trabajadores. Por otro lado, el informe pone de manifiesto que la reasignación del empleo de unos sectores a otros llevará menos tiempo cuanto menores sean las rigideces salariales.
El informe plantea además una alternativa que es aumentar la productividad y mantener unos salarios reales rígidos. En este caso, afirma, los incrementos de la productividad por ocupado podrían elevar el empleo un 20% manteniendo los salarios reales. Sin embargo, asegura que este proceso es más lento y se podría tardar 8,4 años más que bajando los salarios.
Finalmente, presenta una tercera opción que pasa por reducir los márgenes de precios, aunque afirma que los efectos serían más lentos y más inciertos. Además, recuerda que los márgenes son una fuente de autofinanciación en una crisis financiera para algunas empresas.
GENERAR UN CíRCULO VIRTUOSO
Con todo, indica que existen diferentes estrategias que, a su parecer, deben complementarse entre sí para generar un círculo virtuoso. De esta forma, apuesta por acelerar la creación de empleo mediante la flexibilidad salarial necesaria para ajustar los salarios reales a la productividad y facilitar la reasignación sectorial de factores productivos, junto con otras medidas que mejoren la eficiencia del mercado de trabajo.
Además, pone de manifiesto la necesidad de llevar a cabo reformas que aumenten el crecimiento de la productividad para generar empleo, aumentar los salarios reales y reducir la desigualdad salarial, así como la importancia de hacer cambios que eleven la competencia para reducir los márgenes de precios porque cuánto más flexibles sean, más rápida será la creación de empleo.
En cualquier caso, afirma que la flexibilidad salarial es la estrategia con efectos más rápidos porque aceleraría la salida de la crisis con aumentos del PIB, del empleo y las rentas salariales, reduciendo los principales desequilibrios macroeconómicos.