BBVA reventó ayer el mercado de CoCos (bonos convertibles contingentes), las nuevas preferentes de la banca, al cosechar una demanda de 14.000 millones para una emisión de 1.500. Eso le ha permitido pagar un tipo de interíés del 7%, frente al 9% que tuvo que ofrecer en la primera colocación de estos instrumentos en abril del año pasado. Esta mejoría del mercado no obedece sólo al mayor apetito por activos españoles, sino a que BBVA ha dado a los inversores las mismas garantías que ofreció Popular en su políémica emisión de octubre; básicamente, ha rebajado el nivel de capital al que los CoCos se convierten en acciones del 7% al 5,125%.
Lo que ha colocado el banco que preside Francisco González son las nuevas preferentes, que no pueden comercializarse a minorista sino sólo a inversores institucionales: títulos perpetuos cuyo pago del cupón está a discreción del banco y que se convierten en capital para absorber píérdidas si se dan ciertas condiciones, básicamente que la ratio de core capital del banco baje de un determinado nivel, que se denomina trigger. Ahí está el quid de la cuestión: en la emisión de abril, este nivel se situaba en el 7% y ahora se ha rebajado al 5,125%. Este es el nivel mínimo que permite la EBA (Autoridad Bancaria Europea) para que computen estos títulos.
Cuanto más bajo sea este nivel, más garantías tiene el inversor de que estos títulos no se van a convertir en acciones, lo cual permite a BBVA pagar un tipo de interíés más bajo; visto al contrario, cuanto más alto es el trigger, más probabilidades teóricas hay de que lo alcance, lo que supone un mayor riesgo que hay que compensar con un interíés más elevado. Según la última presentación de resultados, el capital de BBVA supera ese umbral por 19.000 millones (tendría que tener píérdidas superiores a esa cantidad para que los CoCos se convirtieran en acciones).
Por tanto, la bajada de este nivel respecto a la colocación de abril es lo que ha disparado la demanda y lo que ha posibilitado al banco reducir el cupón hasta el 7%. De hecho, fuentes del mercado aseguran que habría podido pagar el 6,5%, pero ha preferido no forzar la máquina con vistas a nuevas colocaciones en el futuro.
En el caso de Popular, la políémica se derivó de que tuvo que pagar un cupón del 11,5% a pesar de fijar un trigger tan bajo, lo que dejó encantados a los inversores pero aterrorizados a sus competidores puramente nacionales por poner el listón demasiado alto. No obstante, BBVA y Santander son bancos internacionales que tienen una percepción diferente en los mercados, lo que reduce las exigencias de los inversores en sus emisiones de deuda. Si se descuenta el efecto fiscal –estas emisiones son deducibles–, el coste real para el Popular queda en el 8% y para el BBVA, en el 4,9%.
Más barato que ampliar capital
Estos CoCos no computan como core capital, sino como lo que se conoce como extended Tier 1, que es otro colchón de capital que los bancos deben llenar tambiíén. Además, estas emisiones son una forma de reforzar el capital que sale más barata que una ampliación pura con emisión de nuevas acciones: el coste de esa opción se sitúa en torno al 10%.
Por esta razón, otros muchos bancos europeos están haciendo emisiones similares: Críédit Agricole emitió 1.300 millones el 15 de enero al 7,875% y el volumen total desde que se abrió este mercado el año pasado alcanza ya 9.230 millones. Un indicador del apetito inversor es que los CoCos del BBVA de abril, emitidos al 9%, cotizan al 6,88%; eso implica que han subido de precio, puesto que este se mueve al revíés que la rentabilidad. Eso obedece a que los inversores están comprando en el mercado secundario pagando más de lo que costaron originalmente estos títulos.
Tambiíén es una señal de que continúa el interíés inversor por España, un interíés que ha permitido salir al mercado a Bankia por primera vez desde su nacionalización, a BMN e incluso a la Comunidad de Madrid, que ha batido en dos ocasiones el ríécord histórico de colocación de deuda de una comunidad autónoma: 1.400 millones en enero y otros 1.600 esta semana.