Red Bull está protagonizando un inicio de temporada de pesadilla. Del primero con diferencia en los últimos años a rodar casi el último, Marussia y Caterham al margen. Un bajón en toda regla que está a tiempo de solucionar aunque no parece en disposición de pelear por las victorias en las primeras carreras.
De confirmarse los malos augurios, algo que en el paddock se empieza a barruntar, el equipo austriaco, que ha conquistado las ocho coronas en liza desde 2010, estaría en la senda de otros grandes ciclos que terminaron de forma abrupta en la era moderna.
Benetton, de 11 victorias en 1995 a ninguna
Siempre al borde del reglamento en el diseño, con Briatore, Brawn y Schumacher al frente, la joven escudería Benetton fue capaz de eclipsar al dúo Williams-Renault a mediados de los 90 y arañarle tres títulos entre 1994 y 1995. Sin embargo, en 1996 el grueso de la masa gris del equipo se marchó a Ferrari y tanto Jean Alesi como Gerhard Berger saltaron de las 11 victorias de 1995 a nueve podios sin triunfo y a terceros en constructores. La excusa era que el coche estaba hecho para Schumacher y era inconducible.
Williams, de campeón en 1996 y 97 a tres podios
Williams fue la fuerza dominadora en los años 90. Solo el Benetton de un joven Schumacher hizo sombra a Adrian Newey y sus diseños, que se llevaron nueve títulos mundiales. Sin embargo, Renault se empachó de ganar con sus motores en 1998, se los dejó a Mecachrome para explotarlos, y la cosa no funcionó. Como no fue lo mismo el diseño del FW20, ya sin Newey en el equipo, que el de las temporadas anteriores.
Tanto el campeón Jacques Villeneuve, como Heinz-Harald Frentzen, fueron incapaces de ganar una sola carrera con su monoplaza rojo por el nuevo patrocinador -Winfield por Rothmans- y apenas sumaron tres podios cuando venían de ocho victorias el año anterior.
Ferrari, sorprendido en 2005 tras ganarlo todo
Ferrari vivía días de vino y rosas en 2005 tras los cinco Mundiales de Michael Schumacher y los seis en constructores, todos consecutivos desde 1999. Iniciaron la temporada con el coche de 2004, confiando en que les daría suficientes puntos, de lo superior que había sido, hasta estrenar el nuevo.
Pero Renault y McLaren, con Alonso y Rí¤ikkí¶nen al frente, tenían su propia agenda y Ferrari, por una vez por debajo en las prestaciones de sus neumáticos Bridgestone, quedó tan relegado que ganó una carrera y fue la infame de Indianápolis donde solo corrieron contra Jordan y Minardi. Acabaron terceros el Mundial.
Renault sin Alonso dejó de ganar tras cuatro títulos
Dos títulos encadenó Fernando Alonso en Renault, cuatro sumando los de constructores. Su marcha a McLaren en 2007 dejó sin líder al equipo galo, que además perdió a Michelin como proveedor de neumáticos. El R27 no era ni sombra del flamante R26 y de las ocho victorias de Fernando y Fisichella se pasó a un escuálido podio de Kovalainen y terceros en el campeonato de constructores. Renault no volvió a ganar carreras hasta el regreso del propio Fernando en 2008.
De carroza Brawn a calabaza Mercedes en 2010
Ross Brawn compró la plaza de Honda, hizo un arabesco reglamentario con el doble difusor, ganó con Jenson Button en 2009 y al vender lo reciíén comprado a Mercedes el encanto se rompió. En 2010, con Schumacher y Rosberg al volante, el primer Mercedes de la era moderna apenas logró dos podios tras las siete victorias la temporada anterior.
