Grifols se ha convertido en una de los gigantes del Ibex, con una capitalización de unos 12.500 millones de euros. Sus ingresos son seguros y además los analistas la consideran una empresa de crecimiento, como prueba la escalada de compras que ha ido efectuando en los últimos años.
El pasado 24 de febrero, la empresa de hemoderivados anunció que comenzaba el proceso refinanciación de su deuda, de unos 4.000 millones de euros, y menos de un mes despuíés está a punto de anunciar su firma. Los bancos están dispuestos a financiarla, incluso bajando su margen de beneficios. La compañía ha cumplido con el mercado, al reducir su ratio de deuda neta desde cinco veces, tras la compra de Talecris a comienzos de 2011, hasta las 2,3 veces de finales del año pasado.
El coste medio de su financiación se reducirá por debajo del 4%, cuando ahora se sitúa en el 5,4%, según fuentes financieras. La reducción será superior al 26%. Una portavoz de la compañía declinó hacer comentarios sobre esta información y ha explicado que el proceso continúa abierto.
El 5 de marzo, Grifols colocó bonos por 1.000 millones de dólares (unos 721 millones de euros al cambio actual) a un tipo de interíés del 5,25%, frente al 8,25% que pagaba en la deuda que colocó en enero de 2011 con motivo de la compra de Talecris.
La financiación de las entidades financieras era la que faltaba por cerrarse, y los analistas estaban expectantes por ver cómo concluía, ante el aumento del endeudamiento por la compra de la unidad de diagnóstico de Novartis. Para adquirirla, el fabricante de hemoderivados utilizó un príéstamo puente por 1.500 millones de dólares (unos 1.100 millones de euros)firmado por Nomura, BBVA y Morgan Stanley. Este críédito se integrará en la nueva estructura de financiación de Grifols y así unirá los dos tramos de un críédito sindicado que ya había renegociado en febrero de 2012.
La financiación bancaria a cierre de 2013 ascendía a cerca de 2.300 millones de euros con unos diferenciales sobre el euríbor y el líbor de entre 3,25 y 3,5 puntos porcentuales. Ahora los intereses bajarán de forma sustancial. Grifols se liberará tambiíén de los compromisos financieros con los acreedores (convenants, por su jerga en inglíés) relativos al pago de dividendos. Actualmente, no podía remunerar a sus socios si su ratio de deuda neta respecto a Ebitda superaba las 3,75 veces. De hecho, no pagó a sus socios con dinero en efectivo ni en 2011 ni en 2012, con el objetivo de reducir al máximo su deuda.
El importe en tíérminos absolutos destinado por Grifols a abonar los intereses de la deuda en 2013 fue de 237,4 millones de euros. El montante se mantendrá o disminuirá este ejercicio, pese a que la deuda crecerá debido a la adquisición de la unidad de Novartis.
Los expertos consultados destacan cuatro claves del íéxito de la estrategia de Grifols. Primera, su fuerte presencia en Estados Unidos y Canadá, países que representan el 62% de sus ingresos totales. Segunda, la apuesta por la integración vertical. Tras la compra de la división de diagnóstico de Novartis, la empresa es capaz de ofrecer soluciones a los centros de donación de sangre y plasma. Tercera, su expansión en mercados emergentes, donde sus ventas crecieron el pasado ejercicio un 14,7%. Y, cuarta, que no ha descuidado la inversión en investigación con la adquisición de participaciones en diversas biotecnológicas. En 2013, adquirió el 21,3% de TiGenix, el 35% de Aradigm y el 60% de Progenika.