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Autor Tema: ACS lanza la venta y salida a bolsa de su división de renovables por 3.100  (Leído 117 veces)

Eguzki

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A Florentino Píérez le han entrado las prisas. Despuíés de casi cuatro años consiguiendo que Deloitte, el auditor de ACS, le permitiese aparcar la millonaria deuda vinculada con el negocio elíéctrico de la compañí­a, el presidente del holding ha encargado poner de nuevo a la venta sus activos en energí­as renovables, cuyo valor ronda los 3.100 millones de euros. La operación es paralela a la salida a bolsa de esta división, que se realizará antes de fin de año.

Según aseguran fuentes financieras, ACS ha encargado a Sociíétíé Gíéníérale y a Mediobanca la venta de sus plantas termosolares, fotovoltaicas y eólicas tanto en España como en el extranjero. Unos activos que suman 1.056,5 megavatios de potencia instalada, un 70% de ellos en la Pení­nsula Ibíérica.

Fuentes financieras indican que ACS no deberí­a tener muchos problemas para encontrar compradores para estas actividades, ya que un gran número de fondos de infraestructuras internacionales están buscando oportunidades de inversión en España una vez resuelta la incertidumbre regulatoria. “Una rentabilidad de entre el 5 y el 6% no está mal si tenemos en cuenta que los tipos de interíés están cercanos a cero”, señalan desde un banco de inversión.

Otras son más cautas porque consideran que los continuos cambios adoptados por los actuales inquilinos del Ministerio de Industria no dan precisamente ninguna garantí­a de que vuelvan a modificar las primas que se pagan por estas energí­as. Las demandas interpuestas por muchos fondos institucionales en tribunales internacionales de arbitraje contra el Reino de España tampoco juegan favor de ACS por la inseguridad jurí­dica. Además, la salida al mercado de los activos de E.ON por cerca de 3.000 millones tambiíén es un obstáculo debido al exceso de oferta de negocios similares.

Por este motivo, Florentino Píérez ha decidido jugar a dos cartas: o la venta de todo el negocio a un comprador o la salida a bolsa del 51% de una sociedad de nueva creación que agrupará todas las plantas. Es lo que se conoce como un dual track. Esta maniobra gusta muy poco en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ya que se trabaja en preparar el folleto de una potencial oferta pública de venta (OPV) que en muchas ocasiones no se realiza. Así­ sucedió con ONO, finalmente adquirida por Vodafone a pocos dí­as de iniciarse la colocación de las acciones.

Un truco contable

La división de renovables de ACS tiene el cartel de "activos disponibles para la venta” desde finales del año 2010. Sin embargo, los continuos cambios en la regulación elíéctrica le han impedido a la constructora desprenderse de la totalidad de ellos, pese a que entre 2011 y 2012 consiguió cerrar algunas operaciones con Gas Natural y con Bridgepoint a unos precios de venta que estaban condicionados a la baja a posibles modificaciones del Ministerio de Industria en la retribución que el Estado pagaba por fomentar la producción de renovables.

La denominación de “disponible para la venta” no ha sido más que un truco contable por parte de los gestores de ACS, ya que la normativa internacional permite a cualquier empresa sacar del balance los pasivos asociados a un negocio que se considera no estratíégico. En el caso de la constructora presidida por Florentino Píérez, esta maniobra –empleada más allá del lí­mite durante cuatro años– le ha permitido maquillar sus cuentas y sus ratios de beneficio sobre apalancamiento, puesto que los príéstamos vinculados a los negocios de renovables llegaron a ascender a 4.000 millones.
Las últimas cuentas de ACS indican que sus activos de energí­as verdes estaban valorados en 3.161 millones, de los que 2.626 millones son deuda bancaria. En consecuencia, en el mejor de los casos, la constructora obtendrí­a cerca de 500 millones de euros limpios por esta desinversión. Sin embargo, la tasación está siendo revisada por sus dos bancos asesores para ajustarla a la última revisión de la reforma elíéctrica, que ha penalizado la retribución de este tipo de energí­as alternativas. El grupo ya ha provisionado 300 millones en los dos últimos años por la píérdida de valor de sus plantas de renovables.

A ACS le urge quitarse de encima estos negocios porque Deloitte ya ha avisado a Florentino Píérez de que, una vez resulta la incertidumbre sobre la regulación por parte de Industria, no le puede admitir un nuevo aparcamiento. Es decir, de no venderlas antes del 31 de diciembre, deberá volver a reintegrar las plantas termosolares y fotovoltaicas en el balance del grupo, con su deuda incluida.