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La voluntad de cubrir la ausencia de productos agroalimentarios embargados por Rusia en respuesta a sanciones económicas occidentales fue ratificada hoy en una reunión de embajadores aquí del Grupo de Países Latinoamericanos y del Caribe (Grulac).
Durante el encuentro en que el tema fue abordado de manera general, la mayoría de los jefes de legaciones diplomáticas expresaron que la actual coyuntura debe servir para afianzar las relaciones de cooperación bilateral y fortalecer las posiciones de los productores de la región en la Federación de Rusia .
Ellos ven con gran interíés este inmenso mercado para colocar sus producciones, según se informó.
La reciente visita del presidente ruso Vladimir Putin a Cuba, Nicaragua, Argentina y Brasil contribuyó de manera significativa a estrechar los lazos de cooperación entre el gigante eurasiático y el subcontinente americano, destacaron los diplomáticos reunidos.
Igualmente, se recordó que Putin y el presidente venezolano, Nicolás Maduro, se reunieron en Brasil para reafirmar los lazos de amistad entre las dos naciones.
Aquel encuentro sirvió, asimismo, para estrechar la cooperación bilateral a todas las instancias y expresar el apoyo y solidaridad del pueblo venezolano al de Rusia y su Gobierno, dijeron fuentes diplomáticas a Prensa Latina.
Putin promulgó un decreto el 6 de agosto último en respuesta a las represalias de Estados Unidos y sus aliados contra empresas del sector agroindustrial ruso por el rechazo de Moscú a la ruptura del orden constitucional en Ucrania el 22 de febrero último.
El Gobierno ruso publicó 24 horas despuíés una lista de productos agrícolas prohibidos como cárnicos (pollo, res y cerdo), pescado, quesos, leche y productos lácteos, además de frutas y vegetales provenientes de Australia, Canadá, Estados Unidos, Unión Europea y Noruega.
La prohibición tendrá vigencia hasta un año, en dependencia de enfoques constructivos por parte de los países occidentales, según explicó el primer ministro, Dmitri Medvedev.
Moscú estima el monto total del embargo a los productos importados de esas naciones en unos nueve mil 100 millones de dólares, según lo reportado por el Servicio Federal de Aduanas de Rusia al cierre de 2013.
Sin embargo, fuentes de la Unión Europea sostienen que la cifra real de las píérdidas del Viejo Continente por esa penalización pueden llegar a los 12 mil millones de euros.