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Autor Tema: EL VALOR DE UNA IDEA TONTA...  (Leído 435 veces)

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EL VALOR DE UNA IDEA TONTA...
« en: Octubre 17, 2014, 12:13:33 pm »
Por...   RAMIRO VELíSQUEZ Gí“MEZ
 


Cuán a menudo olvidamos que la sencillez es guí­a para todas las cosas y actividades de la vida.

Una historia aleccionadora: Saul Schanberg, neurocientí­fico de la Universidad Duke, realizaba en 1979 experimentos con ratones para estudiar los factores que influyen en los niveles de la hormona del crecimiento.

Los estudios exigí­an separar los ratoncitos de las madres. A pesar de que los mantení­an bien alimentados, con buena temperatura y todos los cuidados, los bebecitos abandonados de sus madres dejaron de crecer. Los expusieron a las feromonas de sus madres, pero no hubo resultado positivo.

Schanberg, con sus colaboradores Cynthia Kuhn y Gary Eboniuk, se idearon algo: tratar de imitar con un cepillito la acción de la lengua materna cuando acicala sus pequeños.

Ese masaje suave reactivó el crecimiento de los ratones. Hasta aquí­, una investigación más.

Pero el hallazgo inspiró a Tiffany Martini Field, sicóloga de la Universidad de Miami, a estudiar los efectos del masaje en los niños prematuros. Desde entonces, millones de bebíés de todo el mundo han salido adelante gracias a aquel extraño descubrimiento de Schanberg y colegas.

Los cuatro se hicieron merecedores este año el premio Golden Goose del Congreso de Estados Unidos y varias asociaciones cientí­ficas, establecido en 2012, que destaca descubrimientos que al comienzo parecen frí­volos pero que luego entregan importantes resultados a la sociedad. Y este sí­ que lo fue.

Nadie sabe para quiíén trabaja, pero ese no es el cuento. Las cosas que parecen pequeñas, intrascendentes son muchas veces el pilar sólido de conquistas más grandes, algo que olvidamos con demasiada frecuencia en todas nuestras actividades.

Siempre queremos tener lo mejor, lo más grande, lo más rimbombante, lo último, cuando hay otras cosas que dan más satisfacciones.

Y el gobernante cree que en las megaobras quedará la gratitud perenne por su aporte a la civilización y a sus ciudadanos, cuando en no pocas ocasiones con una obra menor pero bien diseñada se solucionan grandes problemas.

Schanberg falleció sin saber del reconocimiento que se le brinda hoy por esa pequeña gran idea. No habí­a que darles a los ratoncitos los últimos avances en alimentación, ni procurarles la mejor tecnologí­a. No, todo se resumí­a a un simple masaje, a sentir el contacto con "otro".

Una lección para los dí­as actuales, cuando por todos lados buscamos esa gran idea, espectacular, que nadie se habí­a atrevido, para salir adelante.

El innegable valor de las cosas sencillas.


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...

pedrogrullo

  • Visitante
Re: EL VALOR DE UNA IDEA TONTA...
« Respuesta #1 en: Octubre 18, 2014, 03:40:59 am »
Quíé bonito.